La madre de una fallecida en el descarrilamiento del Alvia: "Ningún día he dejado de llorar"

El día del accidente la mujer esperaba en A Coruña a su hija // Todo el tiempo estaba en contacto con ella y la última vez que hablaron por teléfono fue cuando el tren pasaba por A Gudiña.

Un tren Alvia circula por la curva de Angrois

Un tren Alvia circula por la curva de Angrois / EFE

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"Han pasado 10 años y ni un solo día he dejado de llorar. No puedo entender que ella, con todos sus sueños y proyectos, haya quedado en el vagón de un tren", ha declarado este martes la madre de una de las víctimas del accidente del Alvia, que en julio 2013 se saldó con 80 muertes y 145 heridos tras descarrilar el tren en Angrois, poco antes de llegar a Santiago.

"Queremos que se sepa la verdad para que esto jamás se vuelva a repetir", ha sentenciado la mujer, que ha añadido durante su comparecencia como testigo en la parte civil del juicio del Alvia que se celebra en Santiago que las víctimas "merecen justicia".

El día del accidente la mujer esperaba en A Coruña a su hija. Todo el tiempo estaba en contacto con ella y la última vez que hablaron por teléfono fue cuando el tren pasaba por A Gudiña.

La testigo ha comentado que en la estación apareció un mensaje en la pantalla en el que informaba que el tren iba con retraso. Su hija ya no contestaba. En aquel momento, la madre se dirigió a la cafetería y allí, en la televisión, observó que se había producido el siniestro.

En ese momento preguntó en los mostradores de información y le dijeron que no sabían nada: "Nos decían que no tenían noticia de nada, que nos calmásemos", ha declarado.

Entonces, un familiar la llevó a Santiago y en el Multiusos del Sar preguntaron por su hija, que no estaba en la lista de fallecidos: "En mi cabeza no quería pensar que a ella le había sucedido nada. Pensaba que podía haber perdido el conocimiento", ha reconocido la mujer.

Cuando le informaron que su hija había muerto, la mujer no pudo asimilarlo: "Ella estudiaba en Lleida, siempre viajaba en tren, era su medio de transporte favorito. Fue el golpe más grande de toda mi vida. No podía soportarlo", ha añadido.

A lo largo de su testimonio, esta madre ha señalado que su vida cambió "totalmente" y que durante estos años ha estado tratando de "sobrevivir" con una "enorme pena".

"Durante ocho años iba caminando al cementerio todos los días. Me pasaba allí una hora y me sentaba bien", ha relatado la mujer, que ha dicho que todo este tiempo ha tratado de mantenerse "ocupada" para afrontar lo sucedido.

Ha afirmado que tanto ella como su otro hijo y su marido formaron "una piña" para tratar de salir de ese momento tan duro. Sin embargo, reconoce que esperaba que los responsables les dieran algo de información veraz y transparente, algo de apoyo.

"Esto no ocurrió. Solo vivimos ocultaciones y zancadillas todo este tiempo", ha criticado.

En la vista también ha declarado el padre de la fallecida, que ha reconocido que tuvo que prejubilarse porque ya no era capaz de trabajar.

"Yo ya no vivo. A mí me da todo igual. No soy una persona que quiera vivir ya. Cuando ella murió, la enterramos y yo quería dormir en un nicho al lado de ella", ha señalado ante la jueza, con la voz entrecortada.

En el juicio también ha declarado otra testigo que perdió a su hija de 37 años. La víctima se dedicaba al sector audiovisual y tenía una brillante carrera por delante, además de un proyecto propio que había comenzado a desarrollar.

Cuando su madre se enteró a través de la televisión del accidente se dirigió hasta Santiago en coche, acompañada de su hermano. Esperaba que su hija estuviera con vida, pero a la tarde siguiente del accidente recibió la noticia de que su hija había fallecido."Me indigna que mi hija haya muerto de esta manera", ha señalado la mujer ante la jueza.

La testigo ha señalado que fueron momentos "muy duros" y que no quiso ver el cuerpo de su hija debido a la recomendación de los expertos, ya que iba a ser "una impresión muy grande".

"Yo dije que no, pero su padre dijo que sí. Mi marido sí quiso verla. Sí que era ella. A veces, cuando me da la tontuna, pienso que puede aparecer por ahí, me dejo llevar por la imaginación o el deseo", ha confesado.

Días después, tras la incineración de su hija, sufrió un fuerte mazazo al recibir una llamada telefónica en la que le informaban que tenían algunos restos mortales de su hija.

"Me enfadé mucho. Le dije cosas muy horribles. ¿Cómo se puede hacer eso? Dije que ya pensaría qué hacer. Mi hija ya estaba incinerada. Fue todo muy macabro pero es lo que hay", ha declarado.

En el juicio también ha testificado una de las víctimas, que viajaba en el tren desde Alicante para comenzar una nueva vida en A Coruña.

Durante su declaración ha afirmado que en el trayecto estaba dormida y que de repente se despertó para mirar el móvil. Luego lo guardó y se puso a mirar por la ventana y percibió que algo "no iba bien".

"Fue un pensamiento súper rápido, pero yo sabía que iba a pasar, que el tren iba a volcar. Pensé que no podía ser, que eso solo pasaba en las películas y no en la vida real", ha señalado.

Tras el descarrilamiento estaba atrapada. Un joven la ayudó y ella solamente alcanzó a pedirle que llamara a su familia para decirles que estaba viva.

"No podía decir otra cosa. Por lo menos estaba viva, sin saber tampoco si eso iba a cambiar en cuestión de minutos", ha relatado.Como el resto de víctimas, ha tenido que hacer frente a secuelas tanto físicas como psicológicas: "Fue un milagro, no entendía cómo no me había desnucado en el accidente. Los médicos me dijeron que estuviera tranquila, que volvería a caminar", ha comentado.

Según ha dicho, tras diez años ha recuperado "mucho" y puede "tener relativamente una vida normal", aunque el accidente le ha pasado "una gran factura".

La vista oral del juicio sobre el tren Alvia que descarriló en la curva de A Grandeira por exceso de velocidad, al circular a más de 190 kilómetros por hora en una zona limitada a 80, se encuentra ahora en una fase civil de evaluación de los daños a las víctimas.

A mediados de este año está prevista la conclusión del juicio, a la cual seguirá una decisión sobre la responsabilidad penal de los dos únicos encausados, el maquinista Francisco José Garzón Amo y el exdirigente de Adif Andrés Cortabitarte.