Iván, pasajero del Alvia: "Ese día noté demasiada velocidad al entrar en la curva"

La vista oral del juicio sobre el tren Alvia que descarriló en la curva de A Grandeira por exceso de velocidad, en un accidente con 80 muertos al circular a más de 190 kilómetros por hora en una zona limitada a 80, se encuentra ahora en una fase civil de evaluación de los daños a las víctimas

Concentración en la curva en la que se salió el tren de Alvia en Santiago de Compostela en el sexto aniversario del accidente

Concentración en la curva en la que se salió el tren de Alvia en Santiago de Compostela en el sexto aniversario del accidente / EP

EFE

Iván, un joven que viajaba en el Alvia el día del trágico accidente en las proximidades de la estación de Santiago de Compostela, reconoció en la mañana de este miércoles durante su testimonio en el juicio que ese 24 de julio de 2013 percibió que el convoy enfiló la curva de Angrois a una velocidad que no era la habitual. "Sí, noté demasiada velocidad al entrar en la curva y la fuerza..., sí", afirmó a la pregunta de su abogada este joven que estudiaba un máster en Madrid y viajaba hasta la capital gallega, a la que se había desplazado en el mismo medio de transporte en ocasiones anteriores.

El joven explicó que seguía acudiendo a rehabilitación tras haber sufrido a causa del accidente un traumatismo craneoencefálico, una lesión frontotemporal derecha profunda, un esguince cervical, y contusiones en el ojo y en la parte derecha de la cara. Narró igualmente que el trauma vivido en el fatídico accidente del Alvia no solo le dejaron secuelas físicas sino también psíquicas, las cuales le diagnosticaron en el servicio de Psicología del Hospital Clínico de Santiago de Compostela.

Estrés postraumático y apnea del sueño, estos dos trastornos fueron los que le diagnosticaron a Iván en el citado servicio hospitalario, y reconoció que ninguno de ellos lo había padecido antes de sufrir el accidente ferroviario.

De vuelta en Madrid, Iván explicó que tuvo que acudir a la Fundación Jiménez Díaz ya que sufría episodios de ansiedad "relacionados con el uso del transporte público", aseguró, todo ello relacionado con el estrés postraumático que padecía. "¿Consiguió volver a viajar en todos los transportes públicos?", preguntó su letrada al joven, a lo que respondió que sí lo hizo en metro y tren pero que "desde entonces no he vuelto a subir a un avión".

En la sesión del juicio que se sigue por el accidente del tren Alvia en la curva de Angrois también testificaron en la mañana de este miércoles los padres, las dos hermanas y el hermano de Marta, que con 29 años fue una de las jóvenes víctimas mortales de la tragedia. Sonia y Nuria, sus hermanas, se limitaron a contestar afirmativamente a su abogado que desean reclamar los daños y perjuicios que la pérdida de Marta les ha ocasionado, al igual que hicieron Alfonso y María José, padres de la joven fallecida. "Por su puesto", se limitó a decir el progenitor cuando el letrado les preguntó si su deseo era reclamar por el triste daño sufrido.

La vista oral del juicio sobre el tren Alvia que descarriló en la curva de A Grandeira por exceso de velocidad, en un accidente con 80 muertos al circular a más de 190 kilómetros por hora en una zona limitada a 80, se encuentra ahora en una fase civil de evaluación de los daños a las víctimas.

El presidente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, José María Gómez, ha asegurado que prevé que la sentencia del caso Alvia esté lista este año, en la que se adoptará una decisión sobre la responsabilidad penal de los dos únicos encausados, el maquinista Francisco José Garzón Amo y el exdirector de seguridad en la circulación de Adif Andrés Cortabitarte.