Una peregrina deja su "huella" en el Obradoiro para posturear en redes sociales

La mujer decidió dejar plasmada la distancia recorrida, escribiendo en el suelo "3.472 km" para luego tomarse una fotografía

La peregrina alemana posando ante la pintada en el Obradoiro

La peregrina alemana posando ante la pintada en el Obradoiro / Twitter

La finalización del Camino de Santiago es considerada por muchos como una experiencia única, tanto desde el punto de vista sentimental y espiritual como turístico. La majestuosa Plaza del Obradoiro y la imponente Catedral de Santiago, reconocidas como Patrimonio Mundial de la UNESCO, añaden un significado adicional a este logro.

Sin embargo, no todos los peregrinos que llegan a Santiago de Compostela son conscientes de la importancia histórica y cultural de este emblemático escenario. Tal es el caso de una mujer alemana, quien, al alcanzar su destino, decidió dejar plasmada la distancia recorrida sobre las piedras de la plaza. Utilizando tiza, escribió en el suelo "3.472 km", para luego tomarse una fotografía junto a sus zapatillas, flores, mochila y un mapa desplegado, con el objetivo de conmemorar su logro. Lamentablemente, parecía no importarle el posible daño causado.

Esta acción ha generado duras críticas por parte de numerosos peregrinos. El escritor e historiador Miguel Ángel Cagijal, por ejemplo, ha instado a la mujer a "no ensuciar la vía pública", recordándole que ese espacio no es su hogar. Sus palabras reflejan el sentimiento compartido en diversos foros, grupos de WhatsApp y Telegram de asociaciones jacobeas, donde se ha compartido la imagen con un tono similar de desaprobación.

El grupo oficial de Facebook de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago también se pronunció al respecto, destacando la importancia de respetar un patrimonio protegido. En su publicación, hacen hincapié en que esta tendencia se está acentuando cada vez más entre los peregrinos, y solicitan una reflexión colectiva sobre el tema.

La asociación no duda en señalar a la peregrina, instándola a que ella misma limpie el rastro dejado. Consideran que esta situación refleja una deriva preocupante en la que cada individuo realiza el Camino según su propio criterio, llevando al egoísmo absoluto y la falta de solidaridad.

La polémica generada por esta acción plantea una discusión sobre la libertad de expresión versus el respeto hacia un patrimonio histórico y cultural. Mientras algunos defienden el derecho de la peregrina a expresarse, otros argumentan que la preservación y el cuidado del entorno son responsabilidades compartidas por todos aquellos que recorren el Camino de Santiago.