Prieto: “El cuidador es el enfermo oculto en el alzhéimer, y hay que enseñarle a manejarlo”

El jefe de Neurología del CHUS espera que en un plazo corto de tiempo “dispongamos de tratamientos que permitan ralentizar esta patología en uno de cada tres pacientes”

Taida Sánchez y Andrés Vicente actuando ante los participantes en la convocatoria de Agadea en el CHUS

Taida Sánchez y Andrés Vicente actuando ante los participantes en la convocatoria de Agadea en el CHUS / koro martínez

Con una esperanza cautelosa porque “aunque me gustaría que fuese antes, hay que ser realista, yo creo que en un plazo de entre tres y cinco años tendremos la disponibilidad técnica para poder realizar una diagnóstico precoz de los pacientes con alzhéimer y dispondremos de fármacos que nos permitan ralentizar al menos la enfermedad en un 30% de los pacientes”, así se mostraba ayer el jefe del Servicio de Neurología del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago, José María Prieto.

Tras participar en un acto conmemorativo del Día Mundial del Alzhéimer organizado por la asociación Agadea en el Clínico, en una conversación con este periódico quiso poner el acento en el papel de los cuidadores de personas afectadas por esta dolencia, a los que calificó como “el enfermo oculto”, y destacó la importancia de enseñarles a “comportarse ante determinadas situaciones de sus familiares, a manejar síntomas como la incertidumbre, la agitación, la agresividad o la falta de sueño”.

Insistió en que es necesario ayudarles sobre “cómo comportarse ante un enfermo con una demencia, en un proceso que es progresivo y que precisa de apoyo constante”.

Consideró que uno de los grandes problemas en la lucha contra esta patología está en que “normalmente cuando hacemos el diagnóstico la enfermedad ya se ha manifestado y recuperar lo perdido ya no es posible”.

Recalcó que “la demencia es un problema muy grave desde el punto de vista social, económico y, obviamente, personal y familiar”, y aunque reconoció que la investigación en enfermedades de este tipo es muy compleja, quiso poner en valor el nivel de su especialidad en Galicia.

El también presidente de la Sociedad Gallega de Neurología reivindicó el papel que junto a los cuidadores realizan los médicos de primaria, “nosotros estamos a su servicio y no al revés, puesto que les damos lo que precisen de alta especialización, pero luego son ellos los que controlan al paciente en muchos casos, evitando así que el afectado por una demencia se desubique al salir de su rutina para acudir al hospital si no es necesario hacerlo”.

Partidario de hablar de demencia más que de alzhéimer, que “es un tipo de demencia”, indicó que en el área sanitaria de Santiago y Barbanza hay unos 3.500 aquejados por deterioro cognitivo, y de ellos se realiza seguimiento a en torno 2.600.

Arropados también por la gerente del CHUS, Eloína Núñez; la directora de enfermería, Victoria Carral, y la presidenta de Agadea, Isabel Gey, la neuropsicóloga de la asociación Taida Sánchez tocó al piano junto al clarinetista Andrés Vicente la pieza The last waltz, y puso el acento en la labor que desde Agadea se está llevando a cabo en materia de prevención del deterioro cognitivo, con cursos de envejecimiento activo que intentan trasladar incluso al rural.

Isabel Gey recalcó por su parte la necesidad de “contar con un plan galego de alzhéimer para que a atención sexa a mesma en toda Galicia, e a desinstitucionalización dos pacientes, que poidan estar o maior tempo posible nas súas casas con calidade de vida”.

Aseguró que como asociación se encuentran ante el gran reto de que el perfil de los afectados está cambiando, ya que “estamos atendiendo a gente que aún mantiene muchas capacidades, y eso nos está obligando a reinventarnos para poder llegar a ellos y que no se aíslen como consecuencia de un estigma que aún se sigue viendo”.

Destacó la importancia ante este nuevo perfil de centros terapéuticos en los que se atiende a grupos homogéneos en estas primeras fases, sin olvidar que en el alzhéimer siempre hablamos del binomio “persona con demencia y cuidador porque éste sufre un duelo con el diagnóstico”.

Agradeció la estrecha colaboración que mantienen con Neurología del CHUS y habló de la necesidad de sensibilizar sobre factores de riesgo modificables con actividad cognitiva y vida social, evitando el aislamiento”.

Prevención en la que también incidió el enfermero de Neurología Jaime Rodríguez, quien abogó por ejercitar la mente y dejar que los mayores sin patologías neurológicas sigan encargándose de labores intelectuales para que no desaprendan rápido”.