Experta en tecnología educativa

Apuesta por una incorporación gradual en la vida del menor

Carmen Fernández destaca el papel de los padres y la escuela para un acceso controlado y con garantías

La conflictividad escolar ha disminuido en los institutos con las restricciones al uso del móvil

La conflictividad escolar ha disminuido en los institutos con las restricciones al uso del móvil / koro martínez

Experta en tecnología educativa y profesora de la USC, Carmen Fernández Morante recuerda que el móvil es “un instrumento al alcance de todo el mundo y que puede utilizarse con un fin didáctico”, por lo que aboga por incorporarlo gradualmente en la vida del menor, partiendo de una educación primaria a nivel familiar, y después en la escuela, frente a enfoques radicales.

Considera imprescindible una formación de los padres sobre los riesgos y el tipo de estrategias que pueden poner en marcha para avanzar en ese “camino progresivo de madurez del menor hasta que veamos que las funcionalidades están bien definidas y que es capaz de utilizarlo con autonomía y siendo consciente de los riesgos, entendiendo que el móvil no es un instrumento de recreo, se debe incorporar cuando es necesario por alguna razón y con las funcionalidades que se requieran”.

Insiste en que la vía “no es prohibir, pero tampoco abrir por completo y dejarles un instrumento que puede tener consecuencias para la salud física e integral”.

Totalmente a favor de que el teléfono en las aulas únicamente se use con fines didácticos, advierte sobre los riesgos de algunas redes sociales como TikTok. “A nuestro grupo de investigación le preocupa mucho porque es una herramienta generalizada entre los adolescentes y menores, que está permitiendo canalizar determinados discursos, prácticas, conductas y valores que no vemos adecuados, con total desprotección”, pero señala que “si forma parte de la cultura de los jóvenes, habrá que abordarlo en el aula para que sepan lo que hay detrás y ayudarles a desarrollar hábitos saludables”.

Insiste en la necesidad de que la familia y los docentes colaboren en este proceso y, aunque cree que los padres precisan de una mayor formación, aboga por la idea de que “el propio centro y las ANPAs pongan en marcha acciones para proveerles de estrategias que puedan ayudar si lo precisan”. Añade que también pueden recurrir a grupos de investigación específicos en la Facultad de Ciencias de la Educación, o a la iniciativa Pantallas Amigas, un proyecto europeo “de referencia para profesores y familias en alfabetización digital del alumnado y de seguridad digital”.