CULTURA

La entrega del premio literario San Clemente subraya el bum de la literatura escrita por mujeres

Nell Leyshon, Brenda Navarro y Sica Romero reciben en Santiago sus respectivos galardones y charlan con el alumnado del IES Rosalía de Castro

Premiadas, personas organizadoras y autoridades en el IES Rosalía de Castro (Santiago)

Premiadas, personas organizadoras y autoridades en el IES Rosalía de Castro (Santiago) / Jesús Prieto

El premio literario Arzobispo Juan de San Clemente prueba el bum de la literatura escrita por mujeres, igual aquí que en otras latitudes. Este galardón convocado por el Instituto Rosalía de Castro (de Santiago), en colaboración con la Consellería de Cultura, Educación, FP y Universidades, aplaudió ayer la escritura de Nell Leyshon, Brenda Navarro y Sica Romero, respectivas ganadoras de los apartados en lengua extranjera, castellano y gallego.

La entrega de este premio que vota el estudiantado de bachillerato del IES Rosalía de Castro y de otros cuatro centros gallegos (elegidos por sorteo), tuvo lugar ayer tarde en dicho instituto con la presencia de la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín y del secretario general de Política Lingüística, Valentín García, entre más participantes.

Antes, las autoras compartieron coloquio con el alumnado y dieron una rueda de prensa, donde, el director del centro, Xabier Mouriño, agradeció su complicidad y recordó el trabajo previo de su antecesor en el cargo, “Ubaldo Rueda”, y del resto de quienes han contribuido al crecimiento de un certamen que ya suma su edición número 27.

Las autoras premiadas han logrado conmovernos”, dijo en nombre del jurado, Noah Viñas, que del libro de Sica Romero (Carnota, 1995) titulado Avelaíñas eléctricas (Editorial Néspera) destacó “su intertextualidad con Rosalía de Castro”, en alusión al uso de un poema de la gran dama de las letras gallegas al abrir cada capítulo de esa novela. Del libro de Nell Leyshon (Glastonbury, Reino Unido, 1962), La escuela de canto (Ed. Sexto Piso), el jurado valoró de forma especial su “oda al feminismo”. Y de Ceniza en la boca (S. P.), escrito por Brenda Navarro (Ciudad de México, 1982), mencionó su valentía en el modo de plasmar “lo miserable que puede ser la vida de una persona migrante”.

Sica Romero abrió la ronda de intervenciones ante la prensa, profesorado y alumnado, en una sala con unas 80 personas y un ambiente cultural con una frescura amateur que la autora gallega resaltó: “Me siento totalmente excedida por este genuino amor por la lectura y por esa forma de valorar los libros de una manera genuinamente libre de prejuicios. No esperaba para nada recibir el premio. Lo de ser finalista me llegó de forma imprevista y que lo vote el alumnado es algo que me llega mucho porque Avelaíñas... es un libro hecho para ellas y ellos”.

Romero describió además su impulso narrativo: “Escribo porque sale de mí. Lo hago sin ningún esfuerzo. Escribo porque lo necesito”.

La británica Nell Leyshon inició sus palabras con una firme defensa del puente entre los verbos leer y escribir. “Quienes escribimos no somos nada sin quienes leen. Los escritores somos la mitad sin lectores”. Y respecto al target juvenil del jurado, indicó: “Los adolescentes no son tan diferentes, todos los escritores somos, de alguna manera, adolescentes porque tenemos que ver el mundo con ojos nuevos. Yo con 17 años leía tres libros en un día pero no tenía televisión ni móvil, y ahora, hablar con los jóvenes me ayuda a ver como es el mundo actual”. Y añadió: “Los libros son muy peligrosos porque tienen ideas y una fuerza increíble” .

Por su parte, la mexicana Brenda Navarro, detalló como empezó en el mundo editorial: “Cuando tenía mi primera novela en pdf circulando por internet, un agente me dijo: ‘Ven a una cena’. Fui y allí estaba el editor de Sexto Piso, entre otras personas, y al escuchar hablar del premio San Clemente, dije: ‘Yo quiero ganar es premio’. Yo creo que los verdaderos premios son los de los lectores, no esos donde hay que decirle al agente: ‘Quiero ese premio’”.

Obras ganadoras

Obras ganadoras / Cedida

Informe PISA, comprensión lectora y uso de móviles

Los datos publicados por el nuevo informe PISA, que mide a alumnas y alumnos de 15 años en tres áreas clave (lectura, matemáticas y ciencias), prueba educativa considerada la más importante del mundo, ponen a España antes sus peores resultados, y estudios como el PIRLS (test internacional de lectura de cuarto de primaria), que sitúa la comprensión lectora del alumnado español bajo la media de la OCDE, elevan el debate dentro y fuera de la comunidad educativa en busca de mejora y de medir la influencia de las nuevas tecnologías.

Al hilo de ello, la Xunta de Galicia publicó en enero el protocolo que regula el uso de los móviles en los centros educativos durante el tiempo de ocio, ampliando a toda la jornada escolar la limitación del uso de teléfonos y dispositivos electrónicos que ya imperaba en el interior del aula desde 2015 en los centros sostenidos con fondos públicos. Y a preguntas de EL CORREO sobre dicho tema, así se pronuncian las escritoras ganadoras del XXVII premio San Clemente.

Sica Romero: “Mis profesores decían que yo tenía una comprensión lectora regular... Creo que a veces se tiende a ver a las nuevas generaciones diciendo que se va a peor pero yo creo que lo que venga en el futuro va a ser maravilloso”.

Brenda Navarro: “Dile a alguien que le prohíbes algo y lo va a querer... Los jóvenes, al final, van a encontrar formas de burlar la prohibición. Creo que es mejor discutir por qué hay más presupuestos en las (escuelas) concertadas que en las públicas”.

Nell Leyshon: “Yo veo un problema con la IA (Inteligencia Artificial) que puede escribir guiones y novelas y ha generado una reciente huelga en Hollywood... Han entrenado a las máquinas de IA para escribir, como hacen con Chat GPT, que, sin mi permiso, está usando mis libros y no me ha pagado por ello”, dijo.

“El teléfono móvil es una máquina, una ventana y creo que hoy lo que es peligroso es la falta de información, ahí está la llegada de Boris Johnson, Trump, lo que está pasando en Alemania... Los móviles no son el peligro”, concluyó la autora británica que se comunicó en un correcto castellano durante toda la jornada literaria vivida en Santiago.