Lucía Freitas, galardonada con un Sol Sostenible Repsol: "Es el premio a una manera de trabajar y de ver la vida"

La cocinera compostelana cree que se reconoce su apuesta por “la sostenibilidad ambiental y la social”

Lucía Freitas, al frente de A Tafona y Lume en Santiago, con el Sol Sostenible Repsol

Lucía Freitas, al frente de A Tafona y Lume en Santiago, con el Sol Sostenible Repsol / Cedida

Comprometida con el entorno más cercano en el que desarrolla su actividad como cocinera en Santiago, tanto al frente de su restaurante estrella Michelin y dos Soles Guía Repsol de A Tafona como en Lume, Lucía Freitas acaba de ser distinguida con la obtención de uno de los cuatro premios Sol Sostenible que otorga la Guía Repsol, y que se entregarán el 4 de marzo en Cartagena.

Una distinción que, según admite en conversación con este periódico, “para mí es muy importante porque es el premio a una manera de trabajar y de ver la vida, cada uno tiene unos valores y yo los sigo en paralelo a mis restaurantes”.

Entiende este reconocimiento como el premio “a ese ecosistema, a esa manera de trabajar y de vivir, con mi huerto, mi mercado y el trabajo con las mujeres de la cadena alimentaria para visiblizar su labor, apoyarlas y transmitirles fuerza”. 

De ahí que considere que este galardón “tiene muchos apoyos, hay muchas mujeres que forman parte de él, desde mi equipo hasta todas aquellas con las que estamos en contacto” y es que, como subraya, “yo siempre he pensado que la sostenibilidad ambiental está muy bien y hay que interiorizar y trabajar activamente cada día por ella, pero a veces la gente se olvida de otro tipo de sostenibilidad, que es la social”.

Se refiere con este concepto a “esa conciencia de apoyar al ecosistema que te rodea, en mi caso a las mujeres, pero a los productores y productoras pequeñas, a la gente que realmente hace las cosas de corazón y necesita ese apoyo”.

Por ello, entiende que el Sol Sostenible Repsol es el resultado de “un promedio de esas dos sostenibilidades, un 360 en el que los restaurantes, lo menos sostenible que hay, trabajan cada vez más activamente para cambiar eso, desde en la manera de pensar los platos hasta en su elaboración”, y recalca que en todo ese proceso “a mí me ha venido muy bien trabajar también en colaboración con la Universidade de Santiago, que está haciendo un estudio sobre la huella de carbono de alguno de mis platos, y que me ha abierto los ojos a pensar en pequeños detalles en los que antes no reparaba, como cuánta agua hace falta para cultivar los vegetales que llevaré a la mesa”.

Lucía Freitas resalta que “yo tengo el apoyo de mucha gente que me ayuda a continuar en el camino de la sostenibilidad, un camino que creo todos debemos interiorizar porque estamos acabando con nuestros recursos”.

Para la reconocida chef compostelana, “el Sol Sostenible, la Estrella Verde Michelin, son fundamentales para poner las pilas al sector de la gastronomía porque debemos ser conscientes de que tenemos que minimizar todos los recursos que estamos utilizando, tenemos que lograr que un restaurante sea sostenible y equilibrado para la gente que trabaja en él, para los productores que generan recursos con nosotros y para nosotros mismos”.

Galardonada con el Sol Sostenible en esta edición junto a Fina Puigdevall y Martina Puigvert, de Les Cols (Olot); Irene y Eva López, de Loreto (Jumilla), y Fernando González, de La Revelía (Amorebieta), explica sobre el análisis respecto a la huella de carbono de algunos de sus platos que solo ya el hecho de analizarlos la USC “me ha abierto los ojos porque siempre estuve convencidísima de que era muy sostenible, y ahí me di cuenta de que a veces no lo era tanto, como al usar un rábano picante que no se cultiva en Galicia, y entonces te paras a pensar en lo que supone que tenga que venir en avión”.

Una web con el mapeo del talento femenino de Amas da terra

Impulsora del proyecto Amas da terra, a través del que desde hace dos años busca dar visibilidad a “las productoras y cocineras del rural, que tienen un talento innato, en un trabajo continuo de querer estar abierta a conocer gente que hace unas cosas increíbles y que a lo mejor no tiene apoyo porque está en un pueblo perdido”, Lucía Freitas avanza que acaban de crear la asociación con más de setenta integrantes, y que están buscando ya un local social.

Asimismo, y en colaboración con el Centro de Investigación Interuniversitario de los Paisajes Atlánticos Culturales (Cispac), “nos va a ayudar a documentar todo el saber de esas mujeres del rural, calculando no solo el tiempo que emplean en la producción o en la casa de comidas, sino el que también ocupan criando a los hijos o cuidando a los mayores; mujeres que son invisibles y de cuyos problemas nadie se preocupa”.

El Cispac se encarga de toda la labor de documentación, que “nos ayudará en la elaboración de una página web en la que podamos tener el mapeo de todo ese talento femenino”, iniciativa para la que cuentan con un fotógrafo y con informáticos y que, según subraya, “forma parte de un proyecto de vida, de una forma de pensar y de creer, asociándote con gente que tiene la misma visión que tú y que quiere trabajar por lo mismo”, convencidos de que “el futuro es de las personas, de este ecosistema que creamos a nuestro alrededor, y en el que solo ayudándonos unos a otros podemos hacer que se mantengan estas profesiones”.