El coronavirus no coge vacaciones en agosto y sigue activo con más de 200 contagios diarios

El Sergas contabiliza cerca de 2.700 gallegos infectados, pero en las farmacias estiman que pueden ser más, porque muchos enfermos “no llegan a contactar con su centro de salud”

Hay 271 personas hospitalizadas

Un hombre recibe la vacuna del covid

Un hombre recibe la vacuna del covid

Mes y medio después de que el Consejo de Ministros declarase oficialmente el fin de la crisis sanitaria causada por el covid-19, Galicia vuelve a superar la barrera de los 200 contagios diarios. Un repunte de casos que se produce en el ecuador del verano, cuando aumenta la interacción social, y que tiene mucho que ver con la aparición de nuevos sublinajes más contagiosos, como la variante EG.5, más conocida como Eris, que, sin embargo y según los epidemiólogos, no reviste mayor gravedad que las anteriores.

A fecha de 17 de agosto, el Sergas contabilizaba un total de 2.668 infecciones activas en Galicia, con 271 personas hospitalizadas, doce de ellas en las unidades de cuidados intensivos. Una nueva ola de la enfermedad que llega en medio del cierre de camas hospitalarias habitual en los meses de verano.

Sea porque hay sospechas de una infección o como medida de precaución, lo cierto es que la venta de los test de antígenos se ha disparado en los últimos días. Lo confirma el farmacéutico pontevedrés Eduardo Esteban. “Hace un mes no nos pedían más que tres o cuatro test de antígenos al día y ahora mismo estamos vendiendo unos 40”, asevera. “Lógicamente, el repunte de contagios se empieza a notar antes en la venta de test que en las medicaciones”, explica. En su farmacia esa mayor demanda de pruebas para detectar el Covid se viene notando, sobre todo, desde hace dos semanas. “No es solo que vengan a comprar los test. Es que acuden también muchos clientes que tienen el virus o que tienen un familiar en casa que está infectado y necesitan algún tipo de medicación”, señala.

Al boticario no le sorprende este repunte de casos, dada la época del año en la que nos encontramos. “Es un momento de mucha interacción social y, por supuesto, la proximidad ayuda a la expansión del virus”, recuerda. No obstante, Esteban sí echa en falta que las autoridades sanitarias insistan más en que el virus sigue muy presente, con nuevas variantes más contagiosas. “No se está avisando tanto a la población como el año pasado”, señala.

Son, en todo caso, casos leves, indica Esteban, con la patología normal de mocos, afonías, toses y fiebres en algunos casos. “Vemos que están dos o tres días aplanados, a veces con fiebre y con una tos que persiste durante algunos días”, explica. El farmacéutico sí ha constatado que son muchos los clientes con Covid que después de dar positivo no llegan a ponerse en contacto con su centro de salud. “Les preguntamos si han llamado al médico y ya nos dicen que no, que una vez se han hecho el test, van a la farmacia y compran medicación”, apunta. Es por eso que, en su opinión, las cifras oficiales pueden estar muy por debajo del número real de contagios.

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Llevamos días por encima de los 2.000 casos activos de COVID-19 registrados por el Sergas, con más de 200 casos diarios. ¿Hasta qué punto es preocupante?

No es en absoluto una situación preocupante. Se trata de casos en su mayoría muy leves, con cuadros de tipo catarral, que no suponen ningún problema serio de salud para las personas sanas y tampoco están suponiendo un incremento importante de ingresos hospitalarios.

¿Era lo esperable, dada la época del año en la que estamos?

El aumento de casos responde a varios factores. De una parte a la elevada movilidad y contactos entre personas procedentes de muy diferentes lugares, como consecuencia de las vacaciones, algunas de las cuales pueden ser portadoras de diferentes sublinajes de virus frente a los que otros sean susceptibles; de otra a la disminución en la población de los anticuerpos circulantes que protegen frente a la infección, por haber transcurrido ya mucho tiempo desde que recibieron la última dosis de vacuna o que sufrieron la infección, y finalmente también por la circulación de nuevos sublinajes más contagiosos, entre otros el EG.5 con ventaja de crecimiento y mayor escape inmune, que ya se ha detectado en España, pero que no tiene gravedad.

En todo caso, ¿estamos siendo irresponsables los ciudadanos?

No me parece que seamos irresponsables o inconscientes. Ya no estamos en pandemia. El SARS-CoV-2 se ha quedado endémico entre nosotros, y tendremos que adaptarnos a convivir con él, al igual que hacemos con otros virus respiratorios responsables de cuadros catarrales. Tenemos una sólida inmunidad que nos protege frente a las formas graves de la enfermedad. Pero como ni la infección ni las vacunas inducen inmunidad a nivel de la mucosa respiratoria, puerta de entrada del virus, podemos sufrir repetidas infecciones, aunque no graves, salvo las personas vulnerables con problemas en su sistema inmune. Nuestra defensa frente a la infección son los anticuerpos específicos circulantes en la sangre que disminuyen con el paso del tiempo (6-8 meses) tras la infección o la vacunación, y esa disminución explica que nos volvamos a infectar, aunque estemos sólidamente inmunizados, pues nuestro sistema inmune, tras volver a contactar con el virus, tarda unas dos semanas en producir los anticuerpos, mientras el virus solo 2-4 días en producirnos la infección.

¿Es necesario recuperar algún tipo de precaución?

Salvo en las personas vulnerables, no creo que sea necesario adoptar ningún tipo de precaución. Tampoco quiero decir que uno deba exponerse conscientemente a infectarse, pero estas infecciones leves están reforzando la inmunidad de las personas que las padecen.

La variante EG.5 es muy contagiosa, pero parece que los nuevos casos están siendo leves...

Sí, en su gran mayoría son casos muy leves de tipo catarral, con dolor de garganta, secreción y congestión nasal, estornudos, tos, dolor de cabeza, voz ronca, a veces también dolores musculares, alteración del olfato, pérdida de apetito y diarrea, siendo raro que presenten fiebre o dificultad para respirar.

En un hospital valenciano han recuperado el uso de la mascarilla ante el elevado número de contagios. ¿Sería conveniente volver a la mascarilla en áreas que están especialmente masificadas?

En absoluto. Las personas vulnerables deben evitar las aglomeraciones y pueden puntualmente utilizarla a modo individual. El resto debemos hacer vida normal.

Respecto a la vacunación, y ante los nuevos casos, ¿debe limitarse solo a la población de riesgo?

Sí, la vacunación en el próximo otoño sólo está indicada para la población de riesgo. Como ya ha aprobado el pasado 12 de julio la Comisión de Salud Pública a propuesta de la Ponencia de Vacunas, son los mayores de 60 años; mayores de 5 años internados en residencias y centros de discapacidad; personas institucionalizadas de manera prolongada y en lugares cerrados; personas con condiciones de salud que los hacen más vulnerables (inmunodeprimidos, cáncer, trastornos con disfunción cognitiva como Down, demencias y otros, patologías crónicas, embarazadas en cualquier trimestre y puérperas); convivientes con personas con alto grado de inmunodepresión, con mayores o en riesgo, y personal sanitario, sociosanitario, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, bomberos y protección civil.

¿Cree que toda esta población vulnerable se ha podido relajar también con la vacunación?

No, en absoluto. En España los porcentajes de vacunados son muy elevados, por encima del 93%. Existe un nivel muy elevado de concienciación de la población sobre la importancia de las vacunas y su adherencia a ellas.