La odisea de conseguir la nacionalidad en Galicia: “Lo más engorroso es el primer paso, conseguir cita en el Registro Civil”

Cada año miles de residentes en Galicia solicitan la ciudadanía española, un trámite que puede llevar varios años

Entre 2018 y 2022, últimos datos que proporciona el INE, fueron más de 13.000 en la comunidad

Cartel que apunta donde está el Registro Civil

Cartel que apunta donde está el Registro Civil / E. P.

Los trámites administrativos acostumbran a ser engorrosos. Lo son aún más para aquellos que, nacidos en España o emigrados de otros países, tratan de conseguir la nacionalidad para ser ciudadanos de pleno derecho en el país. “Lo más engorroso es el primer paso, que es conseguir una cita en el Registro Civil”, señala Javier Larrea, un cubano descendiente de gallegos que se mudó a Santiago de Compostela hace apenas unos meses.

Larrea puntualiza que él ya ha conseguido esa cita y ahora se encuentra a la espera de saber si recibirá o no la nacionalidad española. En su caso no ha sido necesario certificar la residencia permanente en España, ya que, dada su situación familiar, tiene derecho a acogerse a la Ley de Memoria Democrática. Vigente desde octubre de 2022, esta opción permite que los hijos y nietos de españoles nacidos fuera por razones relacionadas con el exilio, entre otras circunstancias, puedan pedir la ciudadanía.” Una vez entregada la documentación lo único que puedes hacer es esperar a que la revisen”, asegura. En estas situaciones, el plazo de resolución acostumbra a oscilar entre los seis meses y el año.

Javier Larrea, cubano en trámites para conseguir la nacionalidad

Javier Larrea, cubano en trámites para conseguir la nacionalidad / Cedida

Laura García, colombiana de nacimiento consiguió la nacionalidad española siendo aún menor de edad, si bien su hermano mayor no corrió tanta suerte. “Mi madre solicitó la nacionalidad de los tres después de llevar residiendo en España el tiempo mínimo que pedían y de hacer el examen correspondiente. La persona que la atendió en el Registro Civil tuvo un fallo cuando hizo la gestión y no registró la solicitud de mi hermano ni la mía”, explica la joven, que tiene la residencia fijada en la ciudad de Lugo. La resolución de la nacionalidad de su madre llegó alrededor de cinco años después de aquella solicitud, en 2018, pero ellos dos, tras ese error, quedaron fuera del trámite.

“Yo conseguí la nacionalidad por opción, puesto que aún era menor”, apunta García. Esta vía permite obtener la documentación en casos concretos, como puede ser tener un progenitor que sea ya ciudadano español de pleno derecho. “Presentamos los papeles que nos pidieron, como el empadronamiento, y, más o menos un año después, ya la tenía”, alega. El caso de su hermano mayor fue distinto, ya que en ese lapsus temporal superó los 20 años, la edad máxima para conseguir la nacionalidad por opción. “Él, si quiere conseguirla ahora, tiene que hacerlo todo por su cuenta”, relata.

Los suyos son solo dos de los casi 13.000 casos de personas residentes en la comunidad gallega que entre 2018 y 2022 consiguieron la nacionalidad española, según los últimos datos que proporciona el Instituto Nacional de Estadística. García hace, además, hincapié en el dinero. “Se gasta bastante”, apunta. Y es que más allá de las tasas, cuyo importe actual es de 104,05 euros a pagar al Ministerio de Justicia, “es necesario solicitar documentos, en nuestro caso a Colombia, que hay que apostillar y pagar el envío”.

Laura García, colombiana con nacionalidad española

Laura García, colombiana con nacionalidad española / Cedida

En esto coincide Larrea, que remarca “el alto coste” que tiene conseguir la nacionalidad. En este sentido puntualiza que el problema no son las tasas, sino, entre otras cosas “los abogados para que te arreglen toda la documentación”.

Situación muy distinta es la de Noé Paynther, nacido en Francia, pero con residencia fijada en Galicia desde hace algo más de 18 años, adonde llegó cuando apenas tenía cinco. Paynther viajó a España contando ya con una doble nacionalidad, puesto que además de la francesa, cuenta con la estadounidense, lo que hace que no pueda contar con una tercera. “Nunca intenté iniciar el trámite en España porque tendría que renunciar una de mis nacionalidades y sería mucha burocracia”, explica. 

En su caso, la opción más sencilla era solicitar la tarjeta de residencia de carácter permanente, a la que tenía derecho como miembro de la Unión Europea, por llevar más de cinco años en Galicia de forma continuada. “Con ella ya tengo acceso a todo”, indica el joven, que reside en Vigo. Eso sí, como contrapunto , y a las puertas de los comicios autonómicos, señala que “lo malo es que no puedo votar aquí”, cosa a la que sí que tiene derecho tanto en Estados Unidos como en el país vecino.