Dictino Maceira, un hombre adelantado a su tiempo

'Dicti', como lo conocíamos muchos, fue una persona excepcional y un gestor extraordinario. Su carácter innovador haría languidecer cualquier manual contemporáneo de gestión empresarial

Dictino Maceira

Dictino Maceira / Xoán Álvarez

José Franqueria Pazos

Dictino Maceira Fernández ('Dicti', como lo conocíamos y tratábamos muchos) falleció la madrugada del jueves, a los recién cumplidos ochenta años de edad, rodeado del afecto de su esposa Isabel, sus hijas Sagrario, Patricia y Mirian, su hijo Marcos, sus hijos políticos y sus ocho nietos, en su domicilio de San Mamed de Rivadulla, en medio de la consternación y cariño de todos los que le queremos.

Despedirse de forma pública de alguien tan querido, cuando aún casi puedo escuchar su sonrisa grave, rotunda y contagiosa, no es en absoluto fácil, pero es tanto lo que le debo, lo que le debemos quienes vivimos con él, que necesariamente necesitaba compartir con todos lo verdaderamente importante de mi mentor, jefe y, por encima de todo, amigo.

En lo profesional, Dictino fue en todo un ejemplo y alguien adelantado a su tiempo. Su forma de gestionar a las personas que formábamos su equipo, su dedicación incondicional a su Caja, su ética, lealtad y vocación de servicio hacia los clientes, a los que jamás dejó de mano (eso del cliencentrismo lo inventaron personas como él), y su carácter innovador en muy diferentes aspectos, harían languidecer cualquier manual contemporáneo de gestión empresarial que se le quisiera comparar. Y fueron su humildad y modestia lo que le convirtieron en un gestor realmente extraordinario, como no habrá otro igual.

Fue una persona excepcional, también, fuera del trabajo. Su afiladísima inteligencia como gestor se traducía con su familia y amigos en una generosidad legendaria, y una actitud ante la vida que todos los que le disfrutábamos, queríamos imitar. Y sé, porque me dio innumerables muestras de ello a lo largo de casi sesenta años, que Dictino amaba por encima de todas las cosas a su querida esposa Isabel, a sus hijos y nietos, a su familia en general, y a unos cuantos y muy afortunados buenos amigos.

No hemos tenido que esperar a un día como hoy para darnos cuenta de la inmensa fortuna que hemos tenido por disfrutar de su inmensa amistad. Es algo que hemos agradecido a menudo, y más estos últimos meses en los que también ha sido un ser humano excepcional. Lo que sí debemos hacer hoy, día de dolor y pena, es compartirlo con todos, para celebrar una vida que empezó en 1943 a la sombra alargada del Pico Sacro, en Vedra.

Muy joven, con apenas 23 años, ingresó como auxiliar en la desaparecida Caja de Ahorros Monte de Piedad de Santiago, donde ejerció una buena parte de su vida profesional y donde conoció a su mentor, el director general de esa institución compostelana, Juan José Hernández Rodríguez. Allí llegó a ocupar uno de los puestos más importantes, como era el de subdirector general, siendo uno de los principales impulsores de la fusión con la Caja de Ahorros de Galicia, donde después ejerció como Director Territorial en las ciudades de A Coruña y Santiago durante veinticuatro años, hasta que se jubiló en 2004.

Durante su larga trayectoria profesional también desempeñó importantes puestos de consejero en varias empresas, secretario de las Cajas de Ahorros de Galicia, miembro de la Cámara de Comercio de Santiago, delegado de la Federación Gallega de Fútbol en Santiago y, como no, como jugador, directivo y entrenador de su amado y querido Club Deportivo San Mamed. Tras Jubilarse, el Arzobispado de Santiago, con muy buen criterio, lo fichó como ecónomo, ocupación a la que se dedicó durante catorce años.

En el mes de Agosto del año 2003, como reconocimiento a su trayectoria profesional y humana, El Correo Gallego, Galicia Hoxe y la antigua emisora de Radio Obradoiro, le distinguieron por unanimidad con el galardón de Gallego del Mes de Agosto, que recibió emocionado en octubre del mismo año.

Allá donde estés 'Dicti', recibe el cariño, gratitud y admiración de todos tus amigos y compañeros de Caixa de Aforros de Santiago, Caixa de Aforros de Galicia y ABANCA.

Por José Franqueira Pazos, ex Jefe de Zona de Caixa Galicia

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