Los peregrinos que llegaron antes del descubrimiento de la tumba del Apóstol

El catedrático de la Universidad de Seattle, Alberto Ferreiro, imparte un seminario en el Padre Sarmiento

De familia mexicana –su abuelo luchó con Pancho Villa y con Emiliano Zapata– y apellido de origen gallego, el estadounidense Alberto Ferreiro se especializó en la historia antigua en España y Portugal. Catedrático de la Seattle Pacific University, retirado este curso, está estos días en Santiago para impartir un seminario en el Instituto Padre Sarmiento del CSIC. Ferreiro aborda los inicios de las peregrinaciones en la Galaecia anterior al descubrimiento de la tumba del Apóstol, allá por el siglo IX.

Los primeros peregrinos llegaban para rendir culto a San Martín de Tours, no a Santiago”, explica Ferreiro. El santo, muy venerado en Francia, cuenta con una iglesia en Braga —que en aquella época formaba parte del Reino de Galicia— que comenzó a recibir devotos. El catedrático de historia antigua explica que por aquella época las peregrinaciones hacia el santuario eran de tipo “local” y nunca alcanzaron los niveles que después consiguió el Apóstol. “En el siglo XII venían más peregrinos a Santiago que a Roma y desde Roma montaron una campaña de propaganda en la que le decían a los peregrinos que fuesen a la ciudad porque allí estaba San Pedro”, relata Ferreiro.

Las peregrinaciones a Braga para rendir culto a San Martín tendrían su apogeo en el siglo VI y estarían protagonizadas por “gente de la región de Galicia antigua, que también incluye parte del actual Portugal”, subraya el catedrático. Pero se mantuvieron en el tiempo y llegaron a soslayarse con los inicios del fenómeno jacobeo de la Edad Media. Santiago no acogería peregrinos devotos de San Martín, indica Ferreiro, pese a que en el siglo X se fundaría un monasterio en la ciudad. “Los peregrinos iban a Braga donde hay una iglesia del siglo VI y también a Tours en Francia”, prosigue.

Los peregrinos que llegaron antes del descubrimiento de la tumba del Apóstol

Alberto Ferreiro, el catedrático de la Universidad de Seattle / natalia sequeiro

San Martín tuvo “mucho éxito” en el país galo como misionero. Había sido un soldado romano, que dejó el ejército después de que un día decidiese romper su capa para dar la mitad a un mendigo que tenía frío. “Algunos amigos se rieron de él por tener compasión, como sigue pasando hoy con la gente que se burla de los sin techo. Por la noche se puso a pensar por qué había tenido compasión y luego durante el sueño se le apareció el mendigo y al preguntarle cómo se llamaba, le respondió que Jesús”, explica Ferreiro. La mitad de la capa se convertiría en una importante reliquia y se cuenta que el mismo Carlo Magno la vestía justo antes de lanzarse al campo de batalla para que San Martín le concediese éxito en el frente.

Además del culto a San Martín, Ferreiro abordará también el fenómeno de las peregrinaciones en la época sueva. “La Galicia sueva tenía muchos contactos con el imperio bizantino, con Roma, con Francia, con Constantinopla”, no estaba para nada aíslada”, indica el catedrático de la Seattle Pacific University. Durante el seminario que prosigue hoy, analizará también la figura de Egeria, una viajera y escritora hispanorromana del siglo IV, autora de un famoso libro de viajes, el Itinerarium Egeriae / Peregrinatio Aetheriae / Peregrinatio ad Loca Sancta. “Era gallega, y en el siglo IV no sabemos por qué, se echó una peregrinación a Tierra Santa”, indica. Ferreiro destaca que antes de Santiago e incluso antes de Martín de Tours, “había viajes frecuentes de Occidente a Oriente y de Oriente a Occidente y en la Galicia sueva también se producían”.