Urgencias en el CHUS: “Ni en la pandemia llegamos a 40 personas en los pasillos sin poder ni ver”

La doctora Fátima Nercellas explica que hay 5 compañeros médicos de baja

“Es una barbaridad lo que estamos viviendo ahí”, indica

Pacientes en los pasillos de Urgencias del Hospital Clínico

Pacientes en los pasillos de Urgencias del Hospital Clínico / ASOCIACIÓN DE PACIENTES DEL CHUS

La doctora de Urgencias Fátima Nercellas no recuerda una situación igual en su vida. Ni en los momentos más duros del coronavirus. “Está siendo peor, no recuerdo nada igual, ni durante la pandemia llegamos a tener a 40 personas en los pasillos sin poder ni ver”, relata sobre la situación que se está viviendo en el Hospital Clínico esta última semana en la que la elevada incidencia de la gripe se ha juntado con el covid y el virus sincitial.

Delegada de prevención del sindicato Omega, Nercellas lleva tiempo denunciando ante la gerencia del área sanitaria la saturación que se produce de forma recurrente en el servicio. Pero explica que en los últimos días, los médicos de Urgencias se han visto totalmente desbordados. “Los enfermos llegaron a esperar hasta 8 horas para recibir una primera atención, pasamos por el pasillo para ver si respiran, pero allí no los podemos mirar convenientemente”, subraya.

El problema radica en que las zonas habilitadas para atenderlos están ocupadas por los pacientes que esperan ingreso en planta, que se pueden pasar “de 24 a 48 horas en Urgencias”, indica Nercellas. La delegada sindical explica que en el servicio se produce un cuello de botella, porque hay camas cerradas en el complejo hospitalario y responsabiliza a la gerencia de mala planificación. “No hay ningún plan de prevención. En el Gil Casares toda una planta de medicina interna está en obras y esto ya se sabía que se nos venía encima”, denuncia. Nercellas explica que en el verano, en el servicio de Urgencias suelen estar pendientes de cómo se comporta la gripe en Australia. “Allí es invierno y este año vino antes y grave, por lo que ya pensé: la que se nos viene encima”, subraya. Con esta previsión no entiende como el área sanitaria ha dejado que el Gil Casares se convierta en una ruina y ahora tarde tanto en rehabilitarlo.

Desde la gerencia del Complejo Hospitalario aseguran que en previsión de la incidencia de los virus respiratorios se ha reforzado el servicio. Nercellas indica que en el caso de la plantilla de médicos no ha sido así. “Tenemos cinco bajas por gripe entre los compañeros, uno tiene hasta gripe y covid al mismo tiempo”, explica. “Es una barbaridad lo que estamos viviendo ahí”, indica la delegada sindical de prevención de Omega. La plantilla, indica, lo está afrontando con “mucho cansancio, mucho estrés y angustia, la verdad no sé cuánto aguantará”.

Ante los llamamientos de la consellería a la población para que no acudan a Urgencias si no es estrictamente necesario, Nercellas recuerda que el problema es que en muchos centros de salud de la ciudad para conseguir una cita hay que esperar hasta 10 días. “Yo si tengo 39 o 40 de fiebre también quiero que me vea un médico”, subraya. Es consciente de los problemas para contratar doctores de atención primaria, pero aventura que si “las cosas siguen así, será aún más difícil”. “Yo cada vez escucho a más compañeros decir que se van a otro lado”.

Asociación de Pacientes: “El servicio sigue colapsado”

En los últimos días, el número de personas atendidas en el servicio de Urgencias del CHUS ha ido descendiendo. Durante 24 horas desde el martes al miércoles, entraron en el hospital 596 enfermos, pero la cifra ha caído a los 504. Pese al descenso, la Asociación de Pacientes y Usuarios del CHUS denunció ayer en un comunicado que “el servicio sigue colapsado”. En un vídeo remitido se puede ver que los pasillos de Urgencias continúan repletos de camillas y de gente esperando en sillas. “El día 28 de diciembre, a las 16:40 horas 31 pacientes graves, en sillas de ruedas, fueron colocados en los corredores de acceso esperando a ser atendidos”, indica la asociación. A la misma hora, 41 personas con ingresos firmados esperaban para subir a planta. “Mientras los que tienen que tomar decisiones para poner fin a esta situación no asuman que deben abrir las camas que ahora permanecen cerradas por falta de personal los pacientes seguiremos sufriendo un trato que vulnera el derecho fundamental a la intimidad “, censura la asociación que asevera que los “profesionales estarán sometidos a una presión física y psicológica que inexorablemente redunda en una peor calidad asistencial y en un aumento en los errores de atención”.