La borrasca Karlotta golpea Galicia con un temporal de viento y lluvia: este será el peor día en Santiago

La borrasca Karlotta, undécima de gran impacto de la temporada, golpea Galicia desde este jueves con vientos huracanados y lluvias que serán generalizadas hasta el sábado. En un aviso lanzado por la AEMET, su portavoz Francisco Infante, ha señalado que "los efectos más importantes de la borrasca se notarán el jueves, y en menor medida el viernes, en las zonas más expuestas como el oeste peninsular, sobre todo en Galicia". Ante esta situación, la Aemet mantiene activado para este jueves el aviso naranja (riesgo importante) en la comunidad gallega por fuertes vientos por encima de los 100 kilómetros por hora, por fenómenos costeros adversos con olas que podrían subir a 7 metros y por lluvias de 80 litros en 12 horas.

Infante ha explicado que este tipo de borrascas atlánticas se forman normalmente por el choque de masas, una de aire frío de origen polar y otras de aire más cálido procedente del sur, y, en este caso la masa más cálida "tiene ciertas características subtropicales, viene con más humedad, lo que potencia la actividad de los frentes".

Cambio radical del tiempo en Galicia: una DANA y varios frentes traen de nuevo la lluvia a Santiago

Según los pronósticos metereológicos sobre la llegada de Karlotta, Meteogalicia ha anunciado para última hora de este miércoles que la llegada de esta profunda borrasca a Santiago dejará lluvias débiles y vientos que serán localmente intensos durante la noche. Pero el peor día en Compostela será mañana jueves, con lluvias abundantes y fuertes vientos durante toda la jornada. En cuanto a las temperaturas no habrá grandes cambios, llegando a los 13 grados de máxima y descendiendo hasta los 11 grados en los momentos más frescos del día.

Posibilidad de nevadas el sábado

Ya el viernes, los efectos de Karlotta irán remitiendo en toda la comunidad gallega y para el sábado, se espera una situación post-frontal, es decir, los frentes se alejarán y las lluvias perderán intensidad, para dar paso a una masa de aire más fría que podría dejar nevadas "no muy copiosas en general", en zonas de montaña en una cota entre los 1.000 y 1.500 metros, dependiendo de la zona.