San Pedro: de la masificación a la pérdida de identidad de un barrio ahogado por el turismo

Las obras de Concheiros y la vivienda son dos de las problemáticas que más sacuden al barrio compostelano

“O barrio non ten nada que ver co que era, agora é todo para o turista”, se lamenta una vecina que lleva viviendo más de veinte años en la zona

Los comportamientos poco cívicos de turistas son la tónica constante, especialmente en épocas altas como el verano

San Pedro: de la masificación a la pérdida de identidad de un barrio ahogado por el turismo

San Pedro: de la masificación a la pérdida de identidad de un barrio ahogado por el turismo / Lucía Martínez

Lois Lázara

Calles abarrotadas en las que caminar es casi un deporte de riesgo, proliferación de viviendas de uso turístico (VUT) y otros negocios dirigidos a este sector, pisos de alquiler con precios disparatados, basuras apiladas, falta de mantenimiento, de aparcamiento, comercios “dos de sempre” que han bajado la persiana y lucen en estado de abandono carteles de se alquila o se vende…

Estos son los ingredientes de un cóctel molotov llamado turistificación que lleva haciendo mella en el barrio compostelano de San Pedro desde hace ya unos años.

Aunque algunas de estas problemáticas son extrapolables a cualquier otro barrio de la capital gallega, desentonan con mayor intensidad en esa zona, especialmente durante la temporada alta de turismo y al tratarse el Barrio de San Pedro, además, de la entrada natural del Camino en Compostela.

Por situar algún dato: la capital gallega cerró 2023 con 446.039 peregrinos según cifras aportadas por la Oficina de Peregrinos.

Cierre de locales tradicionales con el cambio de modelo turístico del barrio

Cierre de locales tradicionales con el cambio de modelo turístico del barrio / Lucía Martínez

La falta de vivienda

Precisamente en el turismo es donde muchos vecinos y comerciantes ponen el foco al origen de algunos de sus principales problemas, como es el caso de la vivienda. Así lo cuenta en declaraciones a EL CORREO GALLEGO la presidenta de la AAVV A Xuntanza, Montse Vilar, haciendo hincapié en la falta de vivienda residencial disponible y en la subida desmedida del precio del alquiler y de compra de los pisos. Además de ser la problemática sobre la que más número de quejas recibe la asociación vecinal, en los últimos meses es también una realidad “preocupante, porque no momento no que a vivenda é o principal problema para asentarse no barrio ten toda unha deriva”, desencadenando un proceso que acaba por afectar al comercio local y de proximidad que “é do que se sostén o barrio”.

“O barrio non ten nada que ver co que era, agora é todo para o turista”

Si bien es cierto que el problema de la vivienda “é moito máis amplo e multicausal”, forma parte de un “cambio importante que levamos vivindo no barrio, nós levamos falando xa da turistificación dende 2019” y que se evidencia, entre otras cuestiones, en la subida del precio de la vivienda y en la proliferación “de negocios que non están dirixidos aos servizos, senón a outros perfiles de poboación que poidan estar polo barrio, principalmente turístico”, relata Montse.

Un cambio visible para cualquier vecino del barrio o para aquellos que ven imposible alquilar una vivienda en la zona. “O barrio non ten nada que ver co que era, agora é todo para o turista”, cuenta en declaraciones a ELCORREO una vecina que lleva más de veinte años viviendo en San Pedro y, por tanto, presenciando su transformación.

Un barrio en el que es prácticamente imposible encontrar un piso asequible, pues como fruto de la turistificación, muchos propietarios de viviendas optan por subir los precios, ya que según su parecer “el barrio lo vale”.

La transformación del modelo

Hai unha transformación real do modelo de barrio (como fruto de esa turistificación), que se acelerou trala pandemia”, a la que se suman una “serie de actuacións a nivel das administracións sobre o espazo físico que están transformando de maneira clara o que son os modos de vida das comunidades que habitan San Pedro”, explica Montse Vilar.

Entre esas actuaciones, la presidenta de la asociación destaca las obras de humanización de Concheiros que, desde su inicio, estuvieron marcadas por la polémica y el malestar de los vecinos, especialmente por la gran demora, pues los nueve meses del plazo de ejecución previstos inicialmente, se convirtieron en más de dos años.

Un edificio dedicado por completo a Apartamentos Turísticos en Concheiros

Un edificio dedicado por completo a Apartamentos Turísticos en Concheiros / Lucía Martínez

Las obras, que los vecinos denominan como “impostas”, estaban enmarcadas en un proyecto impulsado por el Gobierno gallego para mejorar e integrar las entradas de los Caminos de Santiago en la capital gallega. Siendo el barrio de San Pedro la entrada del camino francés, se convirtió, por lo tanto, en el gran foco.

De la obra de Concheiros a los problemas de aparcamiento

Durante meses, las obras de humanización de Concheiros mantuvieron en vilo a vecinos y comerciantes, que se vieron afectados por una intervención que duró más de la cuenta y que afectó a una de las calles más transitadas de Santiago. Para muchos, como es el caso de Fernando Lema, uno de los socios fundadores de la Unitaria, la obra “é un cúmulo de despropósitos e é para facer tres tempadas de Netflix”, comenta sobre todas las problemáticas que derivaron de dicha intervención.

Estado actual de Concheiros tras las obras de humanización

Estado actual de Concheiros tras las obras de humanización / Lucía Martínez

Y es que, en la actualidad, muchos vecinos siguen sufriendo sus consecuencias, pues como fruto de la remodelación de las calles, se redujo el número de aparcamientos disponibles.

“Os negocios non funcionan se non hai onde aparcar, hai xente que deixou de vir por iso”

Una situación muy criticada por los comerciantes de la zona, ya que llegó incluso a afectar en la productividad de sus establecimientos. “Os negocios non funcionan se non hai onde aparcar, hai xente que deixou de vir por iso”, cuenta Ramona Martínez, que regenta la Churrería San Pedro junto a su marido desde hace ya 19 años. Una afirmación que también ratifica la peluquera Marta Álvarez, asentada en el barrio desde hace casi dos años con su negocio, y que también ve como la falta de aparcamiento “repercute a nivel clientes”. “Algunos no vienen porque no tienen donde aparcar”, sentencia al respecto.

El mantenimiento del ascensor de Triacastela deja mucho que desear

El mantenimiento del ascensor de Triacastela deja mucho que desear / Lois Lázara

La pandemia: punto de inflexión

A pesar de que tras la pandemia ese proceso de turistificación se ve incrementado, el confinamiento también supuso un antes y un después para los vecinos y comerciantes de San Pedro. “O confinamento permitiunos evidenciar o que era a cidade sen turistas (...) e fumos plenamente conscientes de que non necesitábamos saír do barrio para subsistir”, explica Montse Vilar. Una percepción que permitió al vecindario “redescubrir o que era a cidade, que a sostén e cal é a súa identidade”.

Esta ‘revelación’ se vio interrumpida con la llegada de la desescalada, donde se produjo un incremento de visitas “hasta o punto que había unha sobreturistificacion e masificación de chegadas, un descontrol de números que a cidade non era capaz de manter”, cuenta Vilar.

Así, a los problemas derivados de la vivienda, de la falta de aparcamientos y de la obra de Concheiros, con el fin del encierro volvía un viejo conocido con mucha más fuerza: la masificación turística.

Por aquel entonces, raro era el día en el que por San Pedro no entraban grandes grupos de turistas sin control y con actitudes poco cívicas con el vecindario. “Todo é ruído, cantan seguido, eu non entendo porque teñen que entrar cantando a San Pedro”, se queja una vecina en alusión a varios grupos de peregrinos que inundaron el barrio gritando, una estampa que no dejó de repetirse durante los meses de verano.

"Todo é ruído, cantan seguido, eu non entendo porque teñen que entrar cantando a San Pedro"

Grupo de peregrinos de las JMJ de Lisboa a su paso por el Barrio de San Pedro

El Correo Gallego

Al respecto, Lema lamenta “que se siga promocionando tan salvaxemente e se obvie que hai un problema”. Los últimos acontecimientos (en alusión a la llegada masiva de la JMJ Lisboa o el Ecofin, en el que no había taxis) evidencian que “a cidade non ten capacidade nin está preparada para aturar máis turistas nas tempadas altas”.

“Desde Semana Santa ata setembro, ti non podes pedir un taxi”, explica el socio de Unitaria que hace mención además a que “hai un desprazamento, están botando aos veciños”.

Como consecuencia de esa masificación, que irrumpe en el día a día del vecindario, se asentó un gran descontento y malestar social entre vecinos y comerciantes, especialmente por los ruídos y la ocupación del espacio público.

Lema también pone el foco en estos ruidos: “eu vivo en Concheiros e é que non podes descansar un día, é esgotador”. En los mismos términos habla la peluquera, que ironiza sobre la “convivencia maravillosa” con los turistas, pues hay ocasiones en las que la masa de peregrinos es tal que “no nos dejan entrar por las puertas, salir del garaje o incluso tomar algo en una terraza porque no hay sitio”.

Otro de los conflictos con los peregrinos se debe al uso de la bicicleta para bajar la calle de San Pedro, lo cual está prohibido y señalizado, pero “aínda que non se pode baixar, baixan igual”, explica Lema, que incluso llega a decir que “se non vivira xa no barrio, agora mesmo non decidiría vivir aquí”.

Es muy triste que no vean que la gente que vive aquí no está muy cómoda”, es otra de las opiniones más reiteradas en un barrio ahogado por el turismo.

Código de Boas Prácticas

A esta “chegada descontrolada” se sumó “unha falta de responsabilidade a nivel afectivo por parte das administracións” que evidenciaban “o modelo turístico polo que está apostando a cidade”. “Parece que todo é camiño e é Xacobeo, que todo é camiñizable e xacobilizable”, incide Montse Vilar.

Un cartel de la campaña de Raxoi "Compostela é fráxil"

Un cartel de la campaña de Raxoi "Compostela é fráxil" / Lucía Martínez

Por ello, y tras lo vivido durante el confinamiento, “a veciñanza puxo un freno, unha barrreira como dicindo: ‘estamos aquí, vivimos aquí, necesitamos que alguén o teña en conta’”, explica la presidenta de A Xuntanza.

Como fruto de esta sensación, la organización vecinal recopiló las principales quejas de los vecinos y surgió el Código de Boas Prácticas, que además de tener como objetivo trasladarlo a las administraciones, tenía otro mucho más amplio: el de repensar el modelo turístico de la ciudad.

Al respecto de la iniciativa, Vilar sostiene que tuvo bastante más repercusión de lo esperado y que incluso “pensamos que o goberno actual recolleu un pouco o espíritu e empezou a mover a campaña esta de Compostela Fráxil”.

Con todo, esta iniciativa de la asociación, que también tuvo un trabajo audiovisual por detrás, supone solo un grano de arena de todo lo que aun queda por hacer.

Montse vuelve a incidir en que la solución pasa por “repensar o modelo turístico de Compostela”. É necesario poñer sobre a mesa todo isto e ver cara onde queremos camiñar (…) senón esto desembocará na expulsión da veciñanza e a cidade convertida nun parque temático”, sentencia.

Y es que, el modelo apuesta por un turismo que presiona, que invade y cuya consecuencia más directa, además de la expulsión de los vecinos, será la pérdida de identidad que antaño caracterizaba y atraía de este barrio compostelano a partes iguales.

Otras claves

La otra cara de la moneda

A pesar de todas las consecuencias negativas que la turistificación puede tener sobre los establecimientos de San Pedro (como el cierre de comercios y su sustitución por otro tipo de negocios como albergues o lavanderías autoservice), existen locales en los que su supervivencia depende, en mayor medida, del gasto de los peregrinos.

Es el caso de la Churrería San Pedro. Su dueña nos cuenta que durante el verano apenas queda gente del barrio, por lo que “traballamos moitisimo, sobre todo do peregrino”. A su parecer, “se tiveramos que traballar no verán sen ningún peregrino, teríamos que cerrar”.

Una situación que para ella sufren muchos hosteleros, ya no solo de la zona sino del casco histórico compostelano: “Creo que se a Santiago lle falta o peregrino, os negocios pecharían”, finaliza.

El ascensor y otras problemáticas

Siempre la hubo, pero no tanta como ahora”, así habla de la droga la vecina que lleva más de veinte años viviendo en San Pedro. Y es que, junto a todos los problemas mencionados, la droga y los okupas son otras dos cuestiones por las que el vecindario “está tendo bastantes conflictos”, explica.

Una situación que se vive en otros barrios de la ciudad y en la que, en los últimos meses, se produjeron varias redadas en narcopisos.

Por otro lado, la falta de mantenimiento es otra de las peticiones más reiteradas. “Está moi desatendida a calle principal, o barrio de San Pedro abarca moito máis”, exclama otra vecina de la zona.

Finalmente, fuentes consultadas por este medio también incidieron en la falta de mantenimiento del ascensor de Triacastela que, a pesar de ser fundamental para conectar los barrios de Fontiñas y San Pedro, acumula ya varios fallos en su funcionamiento.

(Des)facendo barrio: el documental

“As admnistracións só se preocupan do récord”, é unha das voces que protagoniza o documental transmedia (Des)facendo barrio. San Pedro, autovía para turistas.

Un corto de unos aproximadamente 15 minutos en los que son los vecinos los que cuentan lo que están sufriendo. Fue grabado entre abril y julio de 2023 por dos estudiantes para su TFM: Érika Martínez y Samuel Pérez; y ha sido presentado recientemente en la Unitaria.

“O obxectivo era poñer sobre a mesa a problemática, visibilizala. Vimos que había bastantes novas pero non había ningún traballo audiovisual”, comenta Érika. "Queríamos poñerlle cara á xente que sufre este problema", añade Samuel. Ambos coinciden y destacan la gran implicación de los vecinos durante la grabación.