Un emocionado Pedro Puy se despide de su segunda casa ovacionado por todo el hemiciclo

El exportavoz popular en el Pazo do Hórreo se marcha al Congreso de los Diputados con el reconocimiento de todo el arco parlamentario por su trabajo y talante durante catorce años

Puy en su última intervención en el hemiciclo gallego / |  J.PRIETO/A.HERNÁNDEZ

Puy en su última intervención en el hemiciclo gallego / | J.PRIETO/A.HERNÁNDEZ / MAteo g. Triñanes

Visiblemente emocionado y con alguna lágrima que entrecortó su discurso. Así se despidió Pedro Puy del Parlamento de Galicia, en el que ejerció la portavocía popular durante doce años, para encaminarse hacia Madrid, donde continuará su carrera política de la mano de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso de los Diputados.

Una vez terminada su intervención referente a la Proposición de Ley del Panteón de Galegas e Galegos Ilustres, con cuya aprobación, señaló, “no se podría dar una mejor circunstancia” para su despedida. Puy se tomó la licencia de continuar en el turno de palabra para despedirse de la que ha sido su segunda casa desde 2009, cuando fue elegido diputado. “Concluyo abusando por última vez de la ya conocida proverbial generosidad con el reloj del presidente Santalices en las grandes ocasiones”, ironizó.

El ya exportavoz popular comenzó señalando su “gratitud, agradecimiento y deuda” con los presidentes Feijóo y Rueda por haber confiado en su persona para ser la voz del “grupo mayoritario” en la Cámara durante todo este tiempo, así como el “honor” que le supuso el haber trabajado en la sede de la representatividad de Galicia, una “magnífica institución” donde “es muy fácil trabajar”. Tuvo palabras también para sus compañeros de partido, con los que ha coincidido a lo largo de estos casi tres lustros, a quienes agradeció la voluntad de “trabajar en equipo, dejando al margen los legítimos deseos individuales”.

Con su voz ya tocada por la emoción del momento, Puy quiso acordarse de todos los profesionales que con su trabajo logran, precisamente, facilitar la labor de los diputados. En especial, llegaron a su mente María do Carmo y Avelina, dos avezadas trabajadoras del personal de limpieza del Pazo do Hórreo que se ocupan de adecentar las instalaciones del Grupo Popular. “Espero que se lleven una gran alegría cuando puedan hacer su trabajo en un gabinete que pronto se vaciará de las montañas de libros y papeles que ahora mismo están allí”, apuntó.

No se olvidó tampoco de agradecer su trabajo a los grupos de la oposición, que le hicieron sentir “respetado y escuchado en todo momento”, del mismo modo que él siempre trato de tratarlos y atenderlos, ya que sus argumentos “muchas veces nos permitieron corregir errores o tomar conciencia de fallos en nuestra gestión”. Personalizó este reconocimiento en los dos actuales portavoces de la oposición, la nacionalista Ana Pontón y el socialista Luís Álvarez, “personas con las que siempre pude hablar con franqueza y confianza, incluso desde la discrepancia”, apuntó.

Pedro Puy se marcha, no solo siendo el portavoz popular más longevo en el Pazo do Hórreo desde que Galicia comenzó a ejercer el autogobierno por delante de reconocidos oradores parlamentarios como Jaime Pita o Manuel Ruiz Rivas, sino también con el reconocimiento de la sociedad civil, los medios de comunicación e incluso sus adversarios políticos, que han reconocido en él con el paso de los años a una persona de un gran talante y un bagaje intelectual de primer nivel. Así lo confirmaron Luís Álvarez y Ana Pontón, que, tras la intervención del exportavoz popular, pidieron la palabra para poder despedirse de él.

“Creo que es necesario reconocer, señor Puy, no solo su valía parlamentaria, sino también humana. Pues es precisamente su condición personal la que determina de forma decisiva el trabajo y la relación entre grupos parlamentarios, siempre con un excelente y cuidado trato que me facilitaron mi trabajo como portavoz socialista”, señaló Luís Álvarez, que le deseó lo mejor en su futuro próximo con el convencimiento de que el Congreso de los Diputados gana “un excelente representante”.

Ana Pontón, por su parte, reconoció que a lo largo de los años para ella siempre fue un “reto y un aliciente” debatir con Puy. “Le agradecemos que durante todo este tiempo en el lado opuesto del arco parlamentario siempre hubiera alguien con quien poder hablar con honestidad y con claridad”, señaló la portavoz nacionalista.

Previamente a las intervenciones de despedida de los portavoces de la oposición, Puy se despidió ovacionado con toda la bancada popular en pie, y el aplauso unánime del resto de grupos. El exportavoz popular citó un pasaje del libro Las gratitudes de Delphine de Vigan: “Hay que luchar palabra a palabra, no hay que ceder ni una sílaba ni una consonante. Sin el lenguaje, ¿qué nos queda?”. “Nada”, respondió Puy, que deseó a los diputados “que sepan escoger bien sus palabras para alcanzar consensos en esta Casa de la Palabra”. Consensos, como el del Panteón, que él capitaneó y con el que cierra su ciclo en O Hórreo con broche de oro.