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Incendios y ruidos en discotecas, pubs y hoteles

Carlos Pajares Vales

Carlos Pajares Vales

Las desafortunadas muertes sucedidas en dos discotecas de Murcia han revelado la laxitud e incompetencia de varios servicios municipales así como policías municipales de varias ciudades. Las dos discotecas no tenían licencia de apertura y había decretos de cierre de ellas que no se cumplieron y además no se sabe por qué no se cumplieron. A raíz de este incendio en más de quince ciudades españolas se ha constatado que también había varios pubs y discotecas con orden de cierre que estaban abiertos sin que nadie impidiese su apertura. Solo la incompetencia o la corrupción puede explicar esa dejadez de las autoridades competentes.

En Santiago de vez en cuando aparecen quejas por los ruidos e incomodidades que tienen que padecer los vecinos por causa de determinadas salas de música y discotecas, incluso en hoteles que organizan fiestas al aire libre con actuaciones musicales a todo volumen. La vida de estos vecinos es tan incómoda que alguna familia ha tenido que cambiar de domicilio, en vista de la inoperancia de las autoridades. Los servicios municipales, parece que en lugar de proteger a los vecinos, están más preocupados por no incomodar al sector de la hostelería y ocio nocturno permitiendo, o actuando laxamente, frente a las denuncias y quejas de los vecinos por causa de ruidos y otras molestias.

Estos días se ha producido un incendio de cierta entidad en una sala musical, aunque afortunadamente no ha habido que lamentar desgracias personales. Con motivo del incendio, han salido a la luz las diversas quejas y denuncias por parte de los vecinos que fueron hechas sin que hubiera una respuesta decidida que resolviese los inconvenientes que dicha sala presenta a los vecinos. Parece que incluso un policía municipal dijo que le tenían frito los vecinos por sus quejas. Tampoco hay ninguna inspección o investigación para averiguar el destino de las denuncias y quejas de los vecinos y si la policía municipal y los servicios municipales tuvieron en su momento la diligencia debida.

Es normal en Santiago que una sala o un hotel organice una actuación musical ya sea al aire libre o en el interior con un nivel de intensidad tal que se oiga en el interior de las casas. Si son de día, la policía municipal dirá que es normal que haya ruidos de día y que para saber si los sonidos tienen una gran intensidad es necesario hacer una medición con un sonógrafo autorizado, mientras tanto pueden seguir los ruidos a todo volumen.

No se trata que cualquier acto o verbena puntual pueda realizarse, ni de instalar unos métodos de actuación puritanos, sino simplemente que Santiago sea como una ciudad normal europea donde los servicios municipales estén al servicio de las personas, para que así Santiago sea una ciudad cómoda para vivir, y esa comodidad se añada a sus muchos encantos y no suceda que los ruidos y las molestias la transformen en una ciudad insufrible.