Notas de actualidad

Alfonso Graña en la Historia y la Literatura

José Manuel García Iglesias

José Manuel García Iglesias

En Alfonso Graña, nacido en la aldea de Amiudal (Avión-Ourense), allá por 1878, nos encontramos con un hombre que, como tantos otros, tomó, cuando finalizaba el siglo XIX, el camino de la emigración, en este caso hacia Brasil. La vida le llevó, después, a las tierras peruanas y su talante aventurero le hizo adentrarse en la selva amazónica configurando una singular experiencia vital de la que Víctor de la Serna se hizo eco en 1933. A partir de entonces, más de una vez, se volvió sobre este singular personaje que, en el año 2005, se vería tratado por Maximino Fernández Sendín, en un libro titulado Alfonso I de la Amazonia, rey de los jíbaros. La increíble y veraz historia de Alfonso Graña, el gallego que reinó entre las tribus jíbaras del Alto Marañón.

Más artículos en la prensa, acercamientos a su persona en distintas emisoras de radio, y hasta documentales preparados para la televisión, volvieron, también, su mirada hacia Alfonso Graña que, hasta su muerte, en 1934, construiría una historia personal propia de un audaz aventurero que, en cierto modo, cambió la vida de los jibaros, aportándoles conocimiento y mejoras en su día a día.

Ahora Carlos A. Rodríguez Calvo ( O Carballiño, 1954) , que cuenta con una trayectoria como periodista sólida y amplia, se ha atrevido a construir, a partir de este personaje, su primera novela que responde al título El hombre blanco del río Nieva. Sus trescientas treinta páginas, repartidas en doce capítulos, se inician en el momento en que Graña decide adentrarse en la selva amazónica y, a partir de ahí, construye un fantástico relato, repleto de erudición y agilidad, que concluye con la muerte del protagonista, en las entrañas de la Amazonia. 

Para hacer este libro es necesaria, qué duda cabe, una importante labor de documentación para que, quien lo escribe, cuente con los conocimientos de antropología, etnografía y geografía precisos, partiendo para ello, sobre todo, de estudios realizados tanto sobre la Amazonia del Ecuador como la de Perú, algo que esta novela refleja nítidamente, como, también, la investigación en archivos, como el del Reino de Galicia, que le aportó información de la que se vale, así como del trabajo previo de Fernández Sendín.

Lugares como la ciudad peruana de Iquitos es uno de los escenarios a los que va, de cuando en cuando, Graña y tienen el debido tratamiento en la novela, como toda una serie de personajes, bastantes de ellos reales, que avivan una trama en la que se suman paisajes, peligros, encuentros y desencuentros, también amor y, cómo no, muerte. Galicia no deja de estar, en todo caso presente, de forma más o menos directa. Su relación con Cesáreo Mosquera, que escribe y dará a conocer lo que Graña le cuenta, resulta sumamente atractiva; en la librería de su propiedad, que respondía al nombre de Amigos del País, sucede parte de lo relatado...