Marcos García: “Buscamos nanomedicinas que eleven la respuesta inmune de la radioterapia”

Coordinador del proyecto europeo RAIN, se ocupa en el Cimus del desarrollo de los nanovehículos y el diseño del RNA mensajero para cánceres como el gliobastoma

El investigador del Cimus y coordinador del proyecto RAIN, Marcos García Fuentes /Antonio hernández

El investigador del Cimus y coordinador del proyecto RAIN, Marcos García Fuentes /Antonio hernández / koro martínez

Con la vista puesta en conseguir desarrollar una serie de nanomedicinas que activen la acción inmunitaria y abran una nueva vía de actuación en la lucha contra el gliobastoma -considerado uno de los tipos de cánceres más mortíferos-, el investigador del Cimus Marcos García Fuentes coordina el proyecto europeo RAIN, Nichos inmoduladores activados por radioterapia.

Un proyecto en el que participan una quincena de científicos de toda Europa y que, en el caso del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermidades Crónicas, se ocupan de “la parte del desarrollo de los nanovehículos y el diseño del RNA mensajero”, según indica el propio Marcos García en una entrevista con este periódico, en la que apunta que la parte española está representada por el Cimus, con él y su compañera Noémi Csaba como investigadores principales, y con la implicación de todo su equipo.

Aclara que también está presente el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago, puesto que “al tratarse de un proyecto de carácter trasnacional, necesitamos el paraguas del IDIS y, además, estamos asociados a él. El trabajo lo desarrollamos en el Cimus, pero lo solicitamos a través del IDIS”.

Lo que intentan desarrollar es una tecnología que “trata de utilizar herramientas nanotecnológicas para conseguir aumentar la respuesta inmune que de por sí genera la radioterapia cuando la aplicamos en pacientes con glioblastoma, ya que se empieza a ver que uno de los efectos que tiene la radioterapia es que genera una cierta respuesta inmune, aunque los cánceres tienen mecanismos propios que les ayudan a evadir esa respuesta inmune y a proliferar a pesar del ataque de nuestro sistema inmune”.

De ahí que recalque que “nosotros lo que pretendemos es aplicar una serie de moléculas que nos ayuden a mejorar dicha respuesta inmune y a potenciarla para que tenga un efecto terapéutico”. Moléculas que “están basadas en el RNA mensajero, en concreto una que nos ayuda a suprimir ciertos mecanismos de evasión, y otros tipos de RNA que nos ayudan a generar un ambiente inmunoestimulante”. Y añade que “parte del RNA que utilizamos es el RNA mensajero, similar al que utilizan por ejemplo algunas vacunas contra el covid”, y que “los sistemas neurotecnológicos que desarrollamos están pensados para ser implantados en la cavidad cerebral, de forma que en el momento de la resección del tumor se implanta el sistema nanotecnológico para que ayude durante las etapas de la radioterapia en la terapia adyuvante”.

Responsable de una iniciativa que inició su andadura hace poco más de un año y que está previsto que termine en marzo de 2025, señala que de la misma forman parte investigadores del Instituto Curie de Francia, de la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica y del Instituto Oncológico Veneto de Italia, así como del Instituto Nacional de Taiwán y del Hospital Universitario de Taipei.

Su objetivo, que culminado ese período de tiempo “si conseguimos que todo salga bien, la idea es haber obtenido un paquete suficiente de datos que nos permita o bien intentar transferirlo a una empresa o bien generar nosotros mismos algún tipo de empresa que nos permita hacer el desarrollo futuro de esta tecnología” de lucha contra el cáncer para, a partir de ahí, poder iniciar el camino hacia la aplicación clínica.

Reconoce que “todo lo que son desarrollos tecnológicos con productos farmacéuticos es algo que cuesta muchísimo dinero, normalmente es muy difícil hacer esa transacción si no es con fondos que, además generalmente son privados, de ahí que lo que haya que buscar sea una herramienta que nos permita hacer eso a través de una empresa que ya exista o bien quizás generar nosotros mismos esa empresa”.

De momento, esta semana a caban de poner en común los primeros datos de esta investigación en un encuentro internacional en el Cimus, en el que han participado los implicados en la misma; un proyecto con un presupuesto de un millón y medio de euros, dentro de una iniciativa evaluada a nivel de la Unión Europea pero en la que cada país financia su parte.