Del veto a los pisos turísticos al ‘caso Pichel’: las causas del desgaste de Bugallo

Xosé Sánchez Bugallo, ayer, en la rueda de prensa en Raxoi / jesús prieto

Xosé Sánchez Bugallo, ayer, en la rueda de prensa en Raxoi / jesús prieto / arturo reboyras

Xosé Sánchez Bugallo tenía muy claro desde hacía meses que no sería el ganador de estas elecciones municipales. El hasta ahora alcalde de Santiago confesó ayer ante los medios que contemplaba tres posibles escenarios como resultado de los comicios de este domingo: ninguno como vencedor. El primero y más optimista, la suma de ocho concejales, que le permitiría formar un gobierno de coalición “estable”; el segundo, siete ediles, que le dejaría ante un “goberno complexo”, y el tercero, solo seis ediles, “aínda que superando sempre ao BNG”, una situación ante la que “faría o mesmo que acabo de facer”, es decir, retirarse.

Ninguna de sus previsiones se ha cumplido, puesto que el sorpasso del BNG con empate en actas no entraba en sus planes. ¿Cuáles han sido las causas del desgaste político que ha provocado que el PSdeG compostelano haya caído de diez a seis ediles y haya perdido casi 8.000 votos, bajando de 18.150 a 10.513? El propio regidor en funciones admitía en su comparecencia de ayer que una de las decisiones de este mandato que le han pasado una factura muy alta es la regulación de los pisos turísticos. “Tomamos esa determinación porque considerábamos que había que tomala”, señaló el candidato socialista, antes de admitir que provocó el enfado de una parte importante de sus administradores.

Pero más allá del debate sobre las VUTs, la salida a la luz del polémico caso Pichel en la última etapa del mandato también supuso un duro golpe para el gobierno socialista. Principalmente, cuando se descubrió que el Concello había alquilado una nave que, además de encontrarse en situación irregular, era propiedad de uno de los concejales de su equipo, concretamente del responsable de Medio Rural, José Manuel Pichel, quien tras el escándalo presentó su dimisión. El también conocido como caso Desproi, nombre de la empresa propiedad de la nave emplazada en Costa Vella, fue más allá del debate político y acabó en el juzgado, tras presentar el Partido Popular una denuncia que ha sido incoada y está siendo investigada judicialmente.

Sánchez Bugallo también ha hablado en distintas ocasiones de obstruccionismo político de la oposición para referirse a otros compromisos políticos que no ha sido capaz de cumplir esta legislatura.

Al culebrón que se generó en torno a la operación Peleteiro, que sigue sin resolver y con el edificio en estado de abandono en el Ensanche, se suma la paralización del contrato de agua, lo cual ha impedido que muchas zonas del rural compostelano hayan sido dotadas del servicio de abastecimiento y saneamiento del que todavía carecen. En pleno siglo XXI. También ha tenido Bugallo serias dificultades con el contrato del transporte, que sigue sin materializarse, con autobuses en muy mal estado prestando servicio en la ciudad.

El alcalde en funciones tuvo en su contra enfrenar el imprevisto de una pandemia que generó serios problemas sociales. Pero parece que los 10 millones de euros que distribuyó en ayudas directas a sectores como el comercio o la hostelería no le ha sido recompensado en las urnas. Este “esfuerzo” que ha defendido en la campaña también le habría impedido, argumenta, llevar a cabo otro tipo de actuaciones que los vecinos demandaban, como obras de mantenimiento básico tanto en el rural como la zona urbana, o planificar nuevos proyectos de futuro para la ciudad.