El nuevo arzobispo de Santiago aboga por una Iglesia “humilde, pero no acomplejada”

Monseñor Francisco José Prieto Fernández tomó posesión este sábado como nuevo arzobispo de Santiago e invitó a trabajar en la tarea común de construir juntos “espacios de convivencia y humanidad”. “Los hombres y mujeres de este tiempo, especialmente los que más sufren los golpes de esta crisis y de las guerras que aún nos acechan, merecen todo nuestro esfuerzo y empeño. Comparto con vosotros el deseo de trabajar juntos, desde el respeto y el diálogo, en favor de bien común”, subrayó en su primera homilía en la Catedral como nuevo titular de la Mitra compostelana. Defendió, además, una Iglesia “humilde y testimonial, pero no acomplejada”. “El reto no es ser muchos, sino ser significativos. Somos resto, pero no residuo”, subrayó.

Ante la presencia de más de 800 personas, la ceremonia comenzó a las once de la mañana, cuando la comitiva compuesta por el nuncio apostólico en España, monseñor Bernardito Auza; el arzobispo electo, monseñor Prieto; y el administrador apostólico, monseñor Julián Barrio, fue recibida en la Puerta de la Catedral por el Cabildo Metropolitano y el Colegio de Consultores. El deán, José Fernández Lago, ofreció al arzobispo electo el Lignum Crucis para que lo venere besándolo y, de igual modo, al nuncio apostólico y al administrador apostólico. A continuación, se dirigieron en procesión a la Capilla del Santísimo, donde oraron ante el Santísimo Sacramento. Terminada la breve visita, se dirigieron a la sacristía, donde se revistieron para celebrar la Misa Estacional. “Os presento al que, desde hoy, por deseo del papa Francisco, será vuestro pastor”, señaló ya en la homilía el nuncio apostólico en España, invitando a acogerlo con “gozosa gratitud” y “espíritu sobrenatural”.

Durante la misa solemne, y tras 27 años al frente de la Archidiócesis de Compostela, monseñor Barrio tomó la palabra para agradecer a todos los que lo han ayudado y colaborado con él durante su arzobispado. Alabó, además, la “bondad, inteligencia y sencillez” de su sucesor. “En la Iglesia, nada empieza con uno ni termina con uno”, añadió. A continuación, el nuncio apostólico subrayó el "éxito" del arzobispo saliente durante su etapa, "en la que ha gobernado con sabiduría y con total entrega y dedicación", incidió. Asimismo, deseó suerte y acierto al nuevo arzobispo de Santiago.

Y tras las alocuciones iniciales se procedió a dar lectura de las Letras Apostólicas, el nombramiento papal. Luego, el nuncio invitó al nuevo arzobispo a tomar posesión de la cátedra. Monseñor Francisco José Prieto se sentó en la cátedra episcopal y recibió la mitra y el báculo, además del beso de paz. El nuevo prelado, ya proclamado, escuchó entonces los aplausos de los asistentes a la ceremonia, y recibió el abrazo de monseñor Barrio, del que fue obispo auxiliar durante dos años.

Tras su nombramiento, el ya nuevo arzobispo presidió la eucaristía, a la que asistieron el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda; el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices; el rector de la Universidade de Santiago (USC), Antonio López; y el teniente de alcalde en funciones Sindo Guinarte, entre otras autoridades civiles y militares, además de una gran comitiva eclesiástica.

Visiblemente emocionado, el nuevo titular de la Mitra compostelana dio las gracias a todos los que le acompañaron en su toma de posesión y añadió que durante los dos años como obispo auxiliar pudo “apreciar y descubrir el rostro mismo de Cristo en los sacerdotes, en los miembros de la vida consagrada, en los fieles laicos”. “La filósofa H. Arendt dice que somos lo que vivimos. En estos dos años entre vosotros como obispo auxiliar he podido apreciar y descubrir la generosidad, entrega, desvelos y trabajos por parte de miembros de la Iglesia y fieles laicos: catequistas, voluntarios de la acción socio-caritativa, profesores, y colaboradores en la vida parroquial, entre otros. Y hoy quiero agradecerlo”, señaló el nuevo arzobispo, quien reconoció, además, que “no es fácil” ser una Iglesia sinodal y samaritana.

“¿Cómo dejar atrás los refugios de las rutinas que nos acomodan o los fundamentalismos de cualquier signo que nos atrincheran y nos ciegan?”, preguntó, tras lo que proclamó que “no es momento de quejas, de resentimientos, de rendirse, sino de preguntarse si estamos dispuestos a mirar el futuro en clave de Evangelio”.

Asimismo, abogó por desechar una actitud de “avasallamiento y provocativa en exceso”. “El Papa Francisco más bien nos urge a ser humildes y testimoniales, pero no acomplejados. Nos invita a realizar un acompañamiento atento de las situaciones de las personas, hecho de escucha respetuosa, paciente y compasiva. El futuro se llama pequeño rebaño; el reto no es ser muchos, sino ser significativos. Somos resto, pero no residuo”, afirmó.

Monseñor Prieto apeló también al Camino de Santiago y animó a todos los presentes a “seguir haciendo camino”, un camino de “solidaridad y verdadera fraternidad”. “Ese Camino que nos lleva y toma nombre de Santiago, porque halla su sentido en la meta que alberga la memoria y la tumba del Apóstol Santiago”, señaló.

Por último, pidió la ayuda de los presentes para “ser obispo de todos, presidiendo en el servicio, sin restricciones ni pertenencias”. “Obispo con todos, porque solo en la comunión de la diversidad se construye y edifica la Iglesia. Son tiempos de oportunidad y de compromiso, de ponerse a trabajar. Aprender la gramática de la simplicidad, y no instalarnos en el reino de la retórica”, concluyó.