El CHUS busca servicio de lavandería por tres millones al año para 6.986 kilos de ropa diarios

Con un presupuesto de 3.301.485 euros para 2.550 toneladas de material textil procesadas anualmente en los hospitales del área sanitaria, el concurso está abierto hasta el día 24// Lo más demandado, 6.000 sábanas al día

Personal del Clínico preparando los carros con ropa para distribuir a primera hora del día dentro del hospital

Personal del Clínico preparando los carros con ropa para distribuir a primera hora del día dentro del hospital / Cedida

Koro Martínez

Procesar todo el material textil sucio que se genera en un entorno hospitalario y disponer del relevo que garantice que todas y cada una de las estancias y de las personas que en ellas conviven estén convenientemente adecentadas, representa una cantidad ingente por su enorme volumen. En el caso de los centros hospitalarios que forman parte del Área Sanitaria de Santiago y Barbanza, nada menos que 6.986 kilogramos de ropa al día, 2.550 toneladas de media anualmente. Al menos ésa es la estimación que se recoge en el pliego de condiciones del concurso público para adjudicar el servicio de lavandería del CHUS por un año, al que se pueden presentar ofertas hasta las 14.00 horas de la tarde del próximo 24 de enero.

Con un presupuesto base de licitación de 3.301.485,00 euros con IVA incluido para el conjunto de los hospitales del área sanitaria y por un período que abarcaría de marzo a diciembre de este año y enero y febrero del próximo, la mayor parte se atribuye al Clínico, para el que se reserva una cuantía de 2.200.990 euros, seguido del del Conxo, con 504.933 euros. Al del Barbanza se le reservan 258.940 euros, 213.625,5 al Psiquiátrico y los 122.996,5 restantes al Gil Casares.

A un precio de 1,29 euros por kilo

En las condiciones del concurso, en el que cada uno de estos centros se distribuyen por lotes, de forma que pueda haber ofertas conjuntas para la totalidad como por cada uno, se establece que el precio por kilo de ropa procesada será de 1,2947 euros.

El pago se realizará mensualmente en función de los kilos tratados en cada caso. Kilos que también son muy superiores en el Clínico con respecto al resto de hospitales del CHUS, puesto que se calcula una media de 4.657 diarios, llegando a los 1.700.000 anuales. El de Conxo mueve 1.068 kilos al día, 390.000 en un año;seguido del del Barbanza, con 547 por día y 200.000 anuales. En el Psiquiátrico el volumen es de 452 en una jornada, 165.000 en la suma de doce meses, y el Gil Casares se queda en 260 kilos diarios, 95.000 al año. 

En un cuadro muy detallado sobre una media orientativa de consumo diario de prendas a tratar en los hospitales del área sanitaria, sobresale claramente la demanda de sábanas, con seis mil diarias, de las cuales dos terceras partes (4.000) se quedan en el Clínico, mientras 1.000 van a parar a Conxo, 350 al Gil Casares y otras tantas al Psiquiátrico, yendo las 300 restantes al del Barbanza.

A mucha distancia, y también entre las prendas de las que se hace un mayor uso de promedio diario se encuentran las toallas de lavabo, 2.395 en total, de ellas 1.500 para el Clínico; mientras son 1.400 las fundas de almohada solicitadas cada día por este hospital, 2.250 en conjunto. Los camisones reclamados para cada jornada se elevan a los 1.195, de los cuales 600 van a parar al Clínico; siendo 300 los pijamas para pacientes en dicho hospital, 560 en el cómputo global.

Las cien batas de quirófano computadas van destinadas al Clínico, al igual que 200 de los 405 pijamas verdes de quirófano solicitados por el CHUS, que prácticamente también entrega a este hospital compostelano todo el material textil para los más pequeños. Es el caso del centenar de sabanillas nido, otras tantas sabanillas cuna o las 24 mantas nido contabilizadas. Junto a ellas, 40 camisitas de bebé y el mismo número de pijamas de bebé, así como 400 sabanillas azules de Urgencias.

También se recoge el tratamiento diario de un centenar de batas y otros tantos uniformes en el Clínico, con un total de 155 y 220, respectivamente.

El listado incluye asimismo datos sobre otro tipo de ropa de cama y para el aseo, como las mil toallas de baño diarias, de las cuales 450 son para el Clínico, 400 para el Psiquiátrico, 100 para el de Conxo y 50 para el Gil Casares, sin que se compute ninguna al hospital del Barbanza.

Prendas rechazadas

La adjudicataria o adjudicatarias del servicio deberán descontar del albarán diario de entrega los kilogramos de prendas que se corresponden con aquellas que hayan sido rechazadas, entendiendo por éstas las que el centro hospitalario se ve obligado a devolver “por no reunir los requisitos mínimos de limpieza, asepsia, correcto planchado, roturas u otros motivos que a criterio de la Unidad de Lencería del Centro se observen y no cumplan con lo estipulado”, como recoge el pliego de prescripciones técnicas.

Todo este material textil rechazado será devuelto al adjudicatario para su correcto procesamiento y posterior entrega, y se menciona que “el porcentaje mensual de kilogramos de ropa de rechazo no podrá exceder del 1% del total de kilogramos de la limpia entregada en el mes. 

El albarán tendrá que detallar también el número de prendas entregadas en cada hospital y las que se remiten para costura. Mensualmente deberá presentar un informe en el que se recoja el total por día y en el mes de ropa limpia entregada y de sucia retirada.

El contrato considera que entre las funciones a realizar dentro del proceso de higienización de la ropa se incluyen el lavado, desinfectado, secado, seleccionado, plegado, planchado y empaquetado de todo aquel material textil procedente de los hospitales del Área Sanitaria de Santiago y Barbanza, así como el de distinta procedencia que la Dirección de Recursos Económicos determine.

Un proceso de higienización del que deberán formar parte la ropa de cama y aseo, así como las prendas de uso por parte de los pacientes y del personal, junto a las cortinas, correas, zuecos quirúrgicos y cualquier otro material que pueda ser lavado y desinfectado en una lavandería.

La empresa o cada una de las que estén encargadas de este servicio deberán también separar y entregar las prendas que precisan reparación al departamento de costura de cada hospital, clasificadas por artículos y empaquetadas. Tendrán que seleccionar y clasificar la ropa por prendas y tallas o dimensiones, entregándola en carros diferenciados por unidades de enfermería, además de distribuirla a cada una de las lencerías.

Corresponde a la adjudicataria hacerse cargo si fuera necesario de la limpieza general y desinfección de los carros y vehículos en los que se realiza el transporte de la ropa, garantizando que estén en perfecto estado.

Habrá además un control de calidad previo a la entrega de las prendas a cada uno de los centros hospitalarios, en los que se revisarán posibles roturas, falta de botones o cintas, junto al lavado, planchado y plegado de las mismas. 

Será la concesionaria del servicio la que recoja la ropa sucia en las zonas de depósito de las que dispone cada centro, y también la que suministre el material, bajo supervisión del representante del área sanitaria.

Entre las condiciones para hacerse con el contrato, las empresas aspirantes tienen que reunir también diversos requisitos sobre la estructura de los locales de lavado, recogiéndose expresamente la necesidad de contar con “una barrera sanitaria que prevenga cualquier posible recontaminación durante el proceso”, o sobre la maquinaria mínima disponible, así como sobre su personal.