Entrevista | Marta Pazos Pintora y directora de escena

“En el teatro se crea pensamiento crítico y se generan otros discursos”

La pintora y directora de escena Marta Pazos en su estudio de Santiago de Compostela  / Antonio Hernández

La pintora y directora de escena Marta Pazos en su estudio de Santiago de Compostela / Antonio Hernández

Marta Pazos {Vigo, 1976) es pintora, actriz, escenógrafa y directora de escena. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona sus matrias son Pontevedra, ciudad en la que creció, y Santiago, donde reside habitualmente y lugar en el que se inició, y entregó, a la creación escénica. Parte de la compañía Voadora, en los últimos años ha realizado montajes con Teatro de la Abadía, Teatre del Liceu o el Centro Dramático Nacional.

En Santiago a Marta Pazos se la conoce máis como directora de escena o como actriz que como pintora, pero últimamente en sus redes sociales aparecen sobre todo cuadros. ¿Desde cuándo y de qué manera surge la creación de este estudio y su vuelta a ‘los orígenes’?

Nace por la voluntad de tener una habitación propia como Virginia Woolf. Como generalmente trabajo como directora de escena tenía un espacio más pequeño pero con la pandemia, y con la colaboración de Hugo -trabajamos juntos y me propuso que cogiese una habitación mayor- me vine para aquí. Esto supuso que después de 20 años recuperase la pintura, porque en 1999 al venir para Santiago y comenzar a hacer teatro, una de las decisiones que tomé -porque no podía sostener dos grandes amores-, entre la pintura y el teatro decidí quedarme con el teatro. Esto coincidió también cuando estaba en Barcelona, con Viaje a la Luna, de Lorca. Un día pasé por una tienda a la que iba cuando era estudiante, entré y el dueño era el mismo de entonces, le conté que hacía 20 años que no pintaba y que quería recuperar la pintura... saqué la tarjeta y compré todo lo que necesitaba. Fue como subirme con Marty McFly al DeLorean. Después estuvo todo aquí durante meses, hasta que decidí pintarlo todo de amarillo, como la escenografía del Lorca que hice con Teatre Lliure.

Se refiere a estas obras como residuos o como procesos, ¿por qué?

Retomé la pintura desde un lugar que conectaba mucho con el placer y comencé a relacionarme con el trabajo de directora de escena y de dramaturga desde ahí. Sobre todo lo relacionado con a ópera y el teatro musical. Tengo que estudiar partituras y desarrollo una técnica de dirección que requiere más tiempo de preparación. Materializo este proceso en cuadros, aunque no pienso en ellos como un fin, porque el fin es el espectáculo escénico, pero sí son una manera que a mí me ayuda a llegar hasta allí, a que las ideas vengan de otros lugares... Mi oficio tiene un camino ortodoxo y siempre estoy buscando hacer las cosas de manera diferente, no sólo el resultado de las cosas que hago, sino cómo lo hago, el proceso es fundamental.

El estudio y la obra son una explosión de color... ¿Corresponden a un proyecto en construcción?

Influye mi relación con el color, claro, que ha eclosionado en los últimos años. Estos que ves aquí son cuadros de espectáculos de ópera, de circo, de ballet... Safo, Toybox, Alexina B... Todos ellos trabajos de los últimos dos años.

La pintora y directora de escena Marta Pazos

La pintora y directora de escena Marta Pazos / Antonio Hernández

Lo evidente de los colores lleva a pensar en la cuestión estética de la escena, pero imagino que no sólo a ese proceso...

Sí, habla de los personajes, de encontrarlos, de la arquitectura interior de las propias obras. Los cuadros hablan de eso, porque también son cinéticos, remiten a un movimiento y a un encuentro siempre. Como si fuesen una parte de mis conexiones neuronales, pensar sobre qué va a suceder en la escena.

En el terreno de las artes plásticas, ¿qué artista compostelano actual le parece más interesante?

Me parece muy interesante el trabajo de Rubén Ramos Balsa, un artista santiagués que vive en Singapur. Hace poco expuso en la galería Nordés y antes habíamos coincidido en una exposición, y aún antes en la Facultad de Bellas Artes. En la muestra ‘Galicia Futura’, comisariada por Débora García y Miguel Cajigal, fue maravilloso coincidir. Siempre me ha interesado muchísimo su obra, pero sobre todo su trabajo de últimamente, sobre neurociencia, el movimiento... Conceptos muy complejos que él consigue materializar a través de máquinas, de dibujos. También me interesa David Bello, coincidí con él en el Festival Performa, nuestros universos son muy paralelos, e Irene Grau, una artista valenciana que hace mucho tiempo que vive en Santiago y es vecina de esta calle, adoro su trabajo, coincidimos en el impacto que tiene el color, ella lo utiliza en instalaciones muy envolventes.

¿Cómo ve la escena teatral gallega actual?

Aunque llevo tiempo trabajando fuera de aquí, tengo la sensación de que es un momento muy rico, el teatro se profesionalizó hace 40 años, al crearse el Centro Dramático, y ahora estamos muchas generaciones juntas, con diferentes estéticas, distintas formas de hacer y un eclecticismo muy grande a la hora de trasladar temas. Hay gente joven haciendo cosas interesantísimas, no sólo en teatro, también en poesía.

Durante 15 años formó parte de Voadora, ya entonces y también ahora, sus creaciones tienden a poner el foco en reivindicaciones como las del ámbito LGTBI, por ejemplo. ¿Cuál es la importancia del teatro a la hora de la reivindicación social?

La escena tiene un poder que no tienen las pantallas, el poder de la presencia, lo que está sucediendo ante ti. La función de los artistas contemporáneos es poner un espejo delante del público y si yo como ciudadana quiero un mundo diverso, como artista actuaré con diversidad. Hay reivindicar el poder de la cultura para detonar movimientos fascistas, y un ejemplo es lo que está pasando ahora, con Teatro de la Abadía. Están presentado en Madrid, Altsaso, de la dramaturga vasca María Goiricelaya, y Vox está manifestándose a la puerta del teatro. La libertad de expresión es básica, más cuando te critican porque llevas el conflicto vasco a la escena. Dice Juan Mayorga que los teatros son lugares de paz y de libertad porque a ti, nadie te pone una pistola en la sien para ir al teatro, es un espacio donde elaborar un pensamiento crítico y que genera otros discursos, otras formas de hacer y pensar. El alimento del alma!

Hace unos días impartió una master class en el espacio Unitaria del barrio de San Pedro, ¿en qué consistió ese taller?

Hablé de procesos de creación, poniendo sobre la mesa mi metodología de trabajo, desarrollada durante 25 años en contacto con la escena. Un método para que la gente pueda aplicar, basado en la presencia, en el estudio del tiempo como materia y en la eliminación del juicio de valor, esos son los tres pilares. Y no es exclusiva para la gente de la escena, sino para todas aquellas personas con inquietudes creativas.

¿Y cuáles son los próximos proyectos de Marta Pazos?

Ahora a comienzos de febrero me marcho a Uruguay, porque voy a trabajar allí con la Comedia Nacional. Prepararemos en el Teatro Solís otra obra de Federico García Lorca, El público. Y después de eso, que serán un par de meses, tengo proyectos de arte visual, de instalaciones... muchas cosas, aunque la información está todavía ‘embargada’. Pero son cosas chulísimas, ahora mismo estoy cerrando ya el 2026. Son proyectos grandes, que requieren mucho tiempo de preproducción. Y también tengo algún proyecto aquí... pero aún no puedo explicar en que va a consistir...

Decía que ya está cerrando trabajos para 2026... Está claro que está en un gran momento profesional desde hace tiempo... Pero, ¿qué obra? ¿Qué producción o qué personaje o autor es ahora mismo lo que anhela como directora de escena?

Por primera vez en mi vida debo decir que no tengo ningún anhelo, porque en este momento están todos cubiertos. Estoy haciendo lo que quiero, de verdad, pero por supuesto también estoy abierta a que me propongan cosas, y creo que lo que venga será de maravilla.