Entrevista | Fran Pati Humorista

“Ser manchego y cómico predispone pero el listón está alto y hay que trabajar”

Fran Pati, humorista

Fran Pati, humorista / Cedida

Tras actuar el pasado viernes en A Coruña y ayer en Vigo, Fran Pati llega este domingo a Santiago. Va a mostrar su humor en el Riquela Club a las 18:30 horas, con las entradas a 14 euros. Gira con un espectáculo llamado Moder-No. Y basta decir que es manchego y se dedica a la comedia para que broten los espíritus de Muchachada Nui y La hora chanante, pogramas televisivos que ayudaron a renovar el deporte de la risa en este país.

¿Cómo se convive con esa herencia cómica manchega?

A ver, al ser manchego, y concretamente de Albacete, que es donde parece que se unifican todos los cómicos manchegos, la predisposición a ser humorista es mayor y está ahí pero, obviamente, el listón está bastante alto, así que luego hay que trabajar mucho. Cuando empezaba, me decían: ‘Es que imitas a Julián López’. Y es que Julián López es de un pueblo que está a media hora del mío, entonces yo hablo como Julián López y los otros 17.000 habitantes de mi pueblo también. Hasta que creas tu estilo, más menos, las comparaciones son odiosas.

Y para crear ese estilo al inicio, ¿a qué fuentes acude?

He descubierto mucho la comedia americana, que es donde nace el formato del stand up comedy, eso que aquí llamamos monólogos, pero en España tengo la referencia de los Chanantes, obviamente, de otros paisanos míos como Goyo Giménez, que aunque no es chanante, también es de Albacete, o de Berto Romero. Me gusta hablar de mi origen manchego pero luego mezclar eso con lo que he mamado de especiales de televisión o en internet de cómicos americanos. Yo, sin querer, era el clásico niño gracioso en el colegio y llega un momento en que la gente te empieza a hacer saber que eres gracioso, pero en el instituto, eso me venía peor porque los profesores me echaban a veces al pasillo. Y ya de mayor, vi que muchos amigos me decían: ‘Tú vales para monólogos, tú vales para monólogos’.

Más allá de dotes naturales, al irse a Madrid, buscó formación específica cómica, algo que no siempre sucede en su gremio.

Yo con 18 años me vine a Madrid a hacer unas pruebas pero aquello no funcionó y me volví al pueblo, en plan: ‘Vaya, no soy gracioso’. Fue un casting para el programa de Televisión Española El rey de la comedia. Me apuntó un amigo pero aquello fue un desastre y entonces lo dejé apartado. Lo aparqué durante unos diez años, y cuando tenía 28 y estaba ya harto de trabajar siempre en lo mismo, viendo a las mismas personas siempre durante mi trabajo como diseñador gráfico, de hecho, tenía mi propia empresa de rotulación y diseño gráfico porque yo estudié Gráfica Publicitaria, dejé todo apartado y me fui a Madrid. En esos diez años todo había cambiado, internet había crecido, Youtube había crecido, había mucha más información y descubrí que en Madrid había una escuela de artes de la comedia, y me apunté. Y ahí conocí a Eva Soriano, porque empezamos los dos juntos ahí. Esos fueron mis inicios. Y cuando Eva tenía una sección en el Late Motiv de Andreu Buenafuente me pidió que colaborase dos veces con ella, y conocí a Buenafuente. Aunque no abrí la boca, como me gusta mucho la comedia gestual, al acabar, vino Andreu y me dio la enhorabuena. Y luego cuando Eva ya tenía su propio programa en Europa FM, Cuerpos especiales, ahí ya trabajé más, iba al programa una semana sí y otra no.

¿Nexos con el humor gallego?

De los cómicos gallegos conozco, de haber coincidido en Madrid, a Danny Boy-Rivera, que es guionista en La Resistencia, a Rober Bodegas, y a Denny Horror. Y de Galicia, hasta ahora, conozco A Estrada, A Coruña y Lugo.

¿Dos o tres series para reír o sonreír que nos recomiende?

Me ha gustado Macho Alfa, de los hermanos Caballero, Alberto y Laura, que son los parte del equipo de los creadores de La que se avecina; y también me han gustado Vergüenza y Poquita fe, en esta última está Raúl Cimas, y es muy divertida. Esas tres me parecen top 3.