Entrevista | RAMONCÍN CANTANTE Y AUTOR DE ROCK

Ramoncín: "La gente esta harta del secuestro musical que se ha producido"

El cantante y autor madrileño de rock, galardonado con un Disco de Diamante, da un concierto el sábado 16 de marzo en la sala Capitol. Viene con seis músicos tras llenar en Bilbao y Barcelona. Las entradas para su actuación en Compostela valen 25 euros.

Ramoncín durante una actuación previa a su concierto de Santiago el 16 de marzo

Ramoncín durante una actuación previa a su concierto de Santiago el 16 de marzo / Cedida

A José Ramón Julio Márquez Martínez (Ramoncín), que ya en 2006 recibió un Disco de Diamante tras superar el millón de discos vendidos en su carrera, le gusta casi tanto conversar como hacer música. Atiende a EL CORREO GALLEGO por teléfono, amable y lenguaraz. Cantante y compositor de 68 años, con carrera rock desde 1976, da un concierto el sábado 16 de marzo en la sala Capitol (25 euros) de Santiago, capital de una tierra con la que tiene “una relación profundísima”, asegura: “El padre de mi mujer era de Maceda, Ourense, y ahí tenemos grandes amigos y familiares”, aclara. Ramoncín gira junto a una banda con tres guitarristas, bajo, batería y teclados, y un repertorio con hits como Litros de alcohol, Como un susurro, La cita o Putney Bridge. Nos hablan bien de su paso por ciudades como Bilbao y si aquí acuden a verle la mitad de quienes han comentado esta entrevista antes de publicarse, habrá lleno. Cantará arropado por los teclados de Jesus Varas, la guitarra eléctrica de Jota Naranja, la guitarra acústica de Gabi Abril, la batería de Carlos Expósito, el bajo de Danny Growl y la guitarra eléctrica: Guss Martín. Hay entradas a 25 euros en la venta anticipada.

¿Por qué ha vuelto?

Yo no he dejado nunca de hacer conciertos, no he vuelto de ningún sitio, no me he ido nunca...

Sí, pero hace bastante tiempo que no hilaba una gira así de tantos conciertos seguidos, a los recientes en Zaragoza, Bilbao, Barcelona, une los del 16 de marzo en Santiago, el del 5 de abril en Burgos...

Bueno, sí, sí... poco a poco vamos haciendo lo que queremos hacer. Primero, porque quería tener la banda montada tal y como yo la sueño, tal y como yo entiendo y tal y como yo creo que deben ser las personas que estén conmigo en el escenario, y eso supone simplemente encontrar gente que vaya entendiendo las canciones, que sepa, en el momento en el que estamos y que vivimos, buscar los sonidos y las maneras de eso, y que, de verdad, les guste lo que están haciendo.

Yo he tenido banda siempre, no he parado nunca, pero hemos hecho menos conciertos por razones que no son muy claras, y ahora toca hacerlo y se hace… y ahora va bien. Te pones ahí y demuestras que estás en plena forma y la banda interpreta las canciones como hay que interpretarlas. Hay una diferencia entre tocar e interpretar. Hay muchos grupos que tocan las canciones correctamente, dan las notas, están en el tempo, en el ritmo, pero las canciones son como una obra de teatro en miniatura y lo que hay que hacer es interpretarlas. Eso significa que tienen otro sentimiento, que tienen que ver con lo que estás diciendo, que entienden perfectamente en qué momento se hizo, por qué se hizo, y qué significa, y cuando todo eso ha estado claro para mí, he dicho: ‘Ahora vamos a por todas’. Y en eso estamos.

En su primera etapa como músico, iba a un ritmo casi de disco por año, ¿por qué se frenó en 1992? Tras ese periodo, luego aparece un álbum en 1998 y varios recopilatorios… ¿Sentía que ya había dicho como músico todo lo que le correspondía?, ¿ve ahora factible un disco con nuevos temas en 2025?

Empecé en 1976, grabé mi primer disco en 1977 y salió en 1978, y seguí del tirón hasta que grabamos el doble disco en directo de 1990, con una gira que paramos en 1992, cuando dije: ‘¡Basta!’ Nadie sabía si iba a volver… Tras sacar nueve discos en diez años, una cosa que a día de hoy todavía no entiendo, reflexioné: ‘Ya está bien’. ¿Qué hacía? Componer, ensayar, grabar, editar y salir a la carretera, durante un año, otro año y otro. Y llega un momento en que tú, como autor, debes plantearte si eso lo puedes seguir haciendo siempre, si es un ritmo sano, si eso es algo que debes hacer. Yo dije: ‘Ya está bien, he grabado la mayor parte de los discos que tenía que grabar, la mayor parte de los músicos que me gustan, no han grabado más de cinco o seis discos, algunos han grabado cuatro, tres o dos, así que, estoy hay que pararlo’. Si no hubiera parado en ese momento seguramente no hubiera hecho Miedo a soñar, la canción que da título al disco de 1998 y que considero que es la mejor canción que he hecho, por el concepto, la letras, la manera, los sonidos, el balanceo, los ambientes… Y eso ocurrió en 1998 y, por las mismas, nosotros seguimos tocando pero, claro, te alejas del foco, hay un momento en que, después de haber estado todo el rato en el centro del huracán y estar tranquilo haciendo lo que quieras, tocar lo que te apetece, cuando te apetece y tal, te alejas del foco, y eso está muy bien. La diferencia respecto a hoy día es que ahora el foco está muy abierto porque tú tienes la posibilidad de decir lo que haces en unos medios de los que antes no disponías, y yo creo que ahora la gente está muy hartita de lo que ve y de lo que oye.

Yo creo que la gente está un poco hasta los mismos del secuestro musical que se ha producido, especialmente en un par de emisoras de radio, donde se decidió como tienen que ser los gustos, que es lo que suena, que es número uno y que no lo es. Y hay un público, que es sobre todo el público del rock, que decide que le gusta un artista por encima de cualquier otra cosa y le importa un pepino todo lo demás que tenga que ver con la comercialización o la comercialidad de otras propuestas. Y ahí es donde está la clave, tú sigues. Yo después grabo Cuándo el diablo canta (2011), y grabo cinco canciones para una recopilación, Ramoncín en los huesos (2017) y Cover Band (2009), un homenaje a las bandas de los años 60 y 70: los Bravos, los Brincos, los Canarios, Pop Top, Lone Star, un poco diciendo: ‘Estos son mis padres y mis abuelos’; y yo siento un profundo respeto por ellos, cosa que se había diluido con esa idea de: O tienes 20 años o no puedes estar en un escenario; lo que es un error gravísimo porque la música, como todo, necesita raíces… Sé que es pecar de falta de humildad, lo cual no me preocupa en absoluto, pero la gente cuando nos ve tocar a nosotros, ve algo que no está acostumbrada a ver porque es algo que no se ve habitualmente.

Ramoncín en dos planos durante un directo de su actual gira, que llega a la sala Capitol el 16 de marzo

Ramoncín en dos planos durante un directo de su actual gira, que llega a la sala Capitol el 16 de marzo / Cedida

Su intensa actividad como tertuliano de radio y tele, ¿ha chocado con su faceta más creativa de músico, autor de libros, o actor, como en el reciente musical ‘Los Titanes’ ...? Desde fuera parece que sí, pero que ha superado esa tensión y que hay quien piensa: ‘Hace diez años a lo mejor no iba a ver a Ramoncín, ahora sí’.

Pues... ya era hora, ¿no? Qué pena de país y que pena de ciudadanos que, en vez de alabar el hecho que uno sea capaz de hacer una serie de cosas distintas a las que se le supone que tiene que hacer, y reconocer el valor.... Busco y rebusco entre los artistas que me han gustado toda la vida, los americanos especialmente, y no he visto a nadie criticarles por hacer una actividad distinta a la que se les supone, si es actor, actor, si es músico, músico. Aquí ha habido un problema muy grave, aparte del secuestro de los gustos con una música clínex que no vale absolutamente para nada y que, pasa el tiempo, y la gente se olvida por completo de eso, y es que el mundo del rock ha sido de un fundamentalismo alucinante, es decir, eso del sexo, drogas y rock and roll, y‘Yo no hago otra cosa que no sea esto porque de lo contrario no eres auténtico’, ha habido muchos artistas, autores y compositores, en el rock sobre todo, que han descubierto un filón auténtico. Se ha convertido en un filón para muchos artistas, sobre todo en el rock: ‘Yo soy auténtico, aparentemente, y estoy aquí y la gente traga con lo que les dé, da lo mismo si cada vez hago el mismo disco, si no he aprendido a cantar una mierda, si no soy capaz de escribir una letra que de verdad esté contando algo y tenga un valor literario’ y, claro, si a eso le ríe la gracia un público que es incapaz de separar el aspecto, o el disfraz, de la realidad, pues claro, normal, que pase eso, me parece cojonudo.

Yo ahora voy una vez a la semana, la palabra tertuliano me da igual, pero yo soy un analista. Yo me siento ahí y analizo desde la libertad y desde una manera de pensar, y al que no le guste ese Ramoncín pues que no le guste el otro. A mí me da exactamente igual, nunca he pedido permiso. Primero, que si la tele, que si presentando un concurso, que si escribe libros, que si hace películas, que si se pone a defender los derechos... pasa el tiempo, lo piensas y dices: ‘Bueno, vamos a ver, ¿esto qué es?, ¿un mundo de gilipollas o de gente que no se entera de lo que pasa y tal?

Pues qué bien que haya un artista o varios o muchos que son capaces de estar en la tele o de escribir un libro, de hacer una obra teatro... Claro, hay un mundo que es bastante más generoso que todo eso, porque el mundo del teatro, del cine, de la televisión y de la literatura ha sido siempre muy generoso conmigo, siempre, porque han entendido que escribir un diccionario de jergas tiene un mérito, y que uno de los escritores más grandes del siglo XX como Paco Umbral, dijera que él solo consultaba el diccionario de Ramoncín y que tenían que haberlo hecho varios académicos aplicados y lo ha hecho él solo, hay quien lo valora. Y al final, te encuentras con que, el lunes que viene, en el Ateneo de Madrid, en ese templo de la libertad y del pensamiento, voy a hacer un texto dramatizado con un grupo de actores que son lo mejor de ese mundo (Manuel Galiana, Luis Merlo, Amparo Pascual, Esther Acevedo...) y ese mundo te acoge y te abraza. Y a quien le gusta el rock no entiende eso como un valor, entonces es que es gilipollas profundo.

¿Qué opina de la revisión retrospectiva de las letras? Pensando en ciertas alusiones hechas a algún tema suyo concreto, en alguno de Hombres G, ¿cree que es algo puntual...?

Yo creo que es una tontería que se va a olvidar inmediatamente. A mí no me puede señalar nadie por no haber luchado por todos los colectivos. En mi primer disco (Ramoncín y WC?’, 1978), que tenía ocho canciones, seis tratan de temas actuales y tiene 45 años. El loco de la calle larga, habla de los conflictos mentales; Noche de cinco horas, del asesinato de una mujer en un hotel; Paga a tu hombre, del machismo; Marica de terciopelo reivindica el derecho de los colectivos LGTBI; El rey del pollo frito está dibujando a Donald Trump, a Milei, y a tantos otros, y, claro, revisionar todo eso me parece algo imposible de comprender.

El presentismo tiene un lado bueno y un lado malo. El presentismo es reconocer que aquello que se hizo en su momento no estaba bien, es decir, que John Wayne, en una película de John Huston, ponga a una actriz entre sus rodillas, y la azote, no está bien, y hay que saber que eso no está bien ni ahora ni antes, pero la mentalidad de antes lo permitía. La mentalidad de antes y las normas sociales permitían cosas que hoy no se deben permitir.

Y hay que saber que hay cosas que no debes hacer, no está bien contar chistes de negros, ni de maricas, todo eso lo sabemos pero lo que tú no puedes hacer es pretender que desaparezca lo que se hizo en un momento determinado, eso es un gravísimo error. Es absurdo. Si yo tengo ahora 18 años, y me dicen que se van a publicar la sobras del agente 007, de Ian Fleming, pero todas corregidas a lo políticamente correcto, ¿qué haré? Buscar las otras, las que no están corregidas. Y ese debate sobre que Hombres G digan Sufre mamón o que yo diga: Estoy loco por comerte el chochito, o cante Noche de cinco horas…. y leer las letras de lo que está oyéndose mayoritariamente a nivel universal… Tú, ¿has tenido ocasión de leer esas letras?

En 2023, el festival O Son do Camiño, el más importante de Santiago, centró su programación en trap y rap, y hubo cierta polémica por ello, y de cara a la edición de 2024, hay un cartel de otro estilo, con Green Day como grupo estrella.

Claro, es que… que alguien me venga a decir a mí que Litros de alcohol es una canción machista, algo que se escribió hace 35 o 40 años, y que toleren que los niños más jóvenes estén oyendo a un tío decir que te va a meter tres dedos en el toto y te va a dar por donde haces pipi y por donde haces popo, último single del Conejo Malo, pues, que se vayan directamente a la mierda. (Señala Ramoncín en alusión al tema de Bad Bunny, ‘Baticano’, así, con “b”) .

¿Qué destaca de su relación con Galicia?

Es profundísima, porque el padre de mi mujer era de Maceda, uno de los concellos de Ourense, y en ese Ourense todavía vive algún familiar, y hace años fuimos a esa aldeíta para que ell se reuniera con su familia, y tenemos grandes amigos y familiares ahí, y esa relación se ha ido profundizando. También tuve de pequeño un tío gallego, que era una persona muy bondadosa y, a partir de ahí, tuve un gran amigo que era de Monforte de Lemos, que desgraciadamente está enterrado, Julio Vázquez, que era como un hermano para mí en nuestra época de niños y, actualmente, cuando podemos nos perdemos por ahí: vamos a Maceda, visitamos el castillo, vemos a la familia, en fin, tenemos una verdadera atracción por Galicia, en general. Y de santiago, recuerdo perfectamente un concierto que dimos en el pabellón de Santa Isabel, un concierto maravilloso, que recuerdo perfectamente, y ese fue el último gran concierto que hemos dado nosotros en Galicia, aunque luego hemos estado en Boimorto, durante el pasado año.

En el Festival de la Luz, cierto, el que promueve Luz Casal en su aldea natal. Un curtido músico compostelano como Suso Alonso, que tocó allí como parte de Los Vagos, me habló bien de ese concierto. “Molo que te pasas, y no me lo esperaba”, dijo literalmente.

Fue tremendo, nuestros 45 minutos fueron un incendio y estuvimos también hace un par de años en la Plaza Mayor de Ourense, así que ahí estamos, pegados a Galicia.

¿Una recomendación cultural para concluir la charla?

A nivel musical, recomendar a la gente que escuche a Chris Stapleton, un músico norteamericano que tiene cinco discos, y en el cuarto, Starting Over, hay un tema llamado Cold, Frío, que se lo recomiendo a todo el mundo. Y estoy leyendo ahora un libro llamado Cunnus. Sexo y poder en Roma, de Patricia González Gutiérrez, muy recomendable, realmente interesante. Y estoy leyendo también a Alfred Tennyson, La Dama de Shalott y otros poemas.