CARNET DE DONANTES

El servicio esencial a la ciencia que cumplen los cadáveres: casi 2.000 gallegos donan su cuerpo a la USC

La Universidad de Santiago dispone del único Servicio de Donación en toda Galicia, que recoge a cualquier donante registrado que fallezca en la comunidad autónoma

Ana Isabel Rodríguez, profesora de la USC, en la Facultad de Medicina

Ana Isabel Rodríguez, profesora de la USC, en la Facultad de Medicina / Antonio Hernández

Antía Suárez

Donar tu cuerpo a la ciencia comienza como un acto altruista y de enorme generosidad, que cubre una necesidad vital para el estudio y entendimiento del cuerpo humano. Comprender la importancia de estas donaciones es entender que la base de cualquier ciencia es el estudio y la experimentación, y eso incluye a la Ciencia de la Salud. Es esencial que un médico conozca las complejidades del cuerpo humano, en un entorno seguro que permita cierto margen de error, antes de enfrentarse a situaciones donde la vida de personas esté en juego. La donación de cuerpos a la ciencia es la que permite que esta experimentación sea posible y ayuda a que nuevos médicos, estudiantes y profesionales puedan acercarse a entender el cuerpo humano cada día un poco mejor. En Galicia, casi 2.000 personas han dado el paso y cuentan con el carnet de donante para ceder su cadáver a la ciencia.

Ana Isabel Rodríguez Pérez, profesora de la USC del área de Anatomía y Embriología Humana, explica que todo esto es de vital importancia porque “aunque se están desarrollando tecnologías y métodos alternativos, como modelos virtuales y simuladores, estos aún no pueden replicar completamente la complejidad y variabilidad del cuerpo humano. Los cadáveres humanos siguen siendo una herramienta invaluable para la educación y la investigación médica”. En la actualidad, los cuerpos donados al centro universitario santiagués se destinan a la docencia en grado y posgrado, pero la profesora Rodríguez Pérez explica que también se usan en algunas investigaciones.

Estos cadáveres son empleados para el estudio de la anatomía humana, así como para desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas, aprender a manejar instrumentos médicos o a realizar procedimientos médicos invasivos. No sólo eso, si no que además proporciona a los profesionales información detallada sobre la variabilidad anatómica y patológica, lo que es crucial para el desarrollo de nuevos tratamientos, procedimientos quirúrgicos y avances en la comprensión de enfermedades.

Una red de donaciones estatal

En Galicia, este servicio de recogida de cuerpos donados a la ciencia es llevado a cabo por la Universidad de Santiago, desde el Departamento de Ciencias Morfológicas, en la Facultad de Medicina y Odontología, con servicios funerarios contratados por la USC.

La profesora Ana Isabel Rodríguez indica que “todo el procedimiento que se sigue en el servicio de donaciones está diseñado para asegurar que la donación sea un acto voluntario y altruista y que éste se efectúe en pleno uso de facultades del donante”. “Todos los servicios de donaciones que conozco siguen este procedimiento o procedimientos muy similares y piden la misma documentación”, añade.

En caso de fallecimiento fuera de Galicia, la USC señala que es necesario llamar a la facultad de medicina más próxima.

Galicia, comprometida con la ciencia

La profesora afirma, además, que “la sociedad gallega es una sociedad muy concienciada y generosa”. Explica que por lo general reciben en torno a 50 solicitudes anuales, pero que este número se ha ido incrementando en estos últimos años. En 2022 se inscribieron 73 donantes y en 2023, 87. Este año en tan sólo en estos tres meses, la USC ha tramitado ya 21 solicitudes. La diferencia entre donantes de género masculino y de género femenino suele ser mínima. En el año 2023 se inscribieron en el programa 42 donantes masculinos y 45 femeninos. La edad media de los donantes se sitúa en torno a los 77 años.

El número de cadáveres que entran cada año es muy variable, pero estiman que al año aceptan sobre unos 10 cuerpos donados.

Desde la Universidad explican que las instalaciones son muy reducidas para el número creciente de donaciones, pero que están trabajando en solucionarlo a partir de las reformas arquitectónicas de la Facultad de Medicina.

Los engranajes del proceso

El proceso de ingreso en el sistema de donación de cuerpos gallego comienza con una decisión: ser donante. Una vez decidido, la persona tiene que dejar constancia de que una vez fallecida, los restos humanos deberán ser entregados a la USC u otro centro en caso de fallecer fuera de Galicia. En el sistema gallego es preciso dejar clara la donación a través de uno de estos documentos: el carnet de donante o el documento de instrucciones previas.

El carnet de donante, mencionado previamente, se obtiene a través de la Universidad de Santiago, en el Departamento de Ciencias Morfológicas de la Facultad de Medicina. Para solicitarlo, será necesario firmar el documento diseñado a tal efecto en presencia de dos testigos mayores de edad, que tendrán que aportar fotocopias de sus respectivos DNI. Parte del proceso pide que el donante informe a su familia del deseo de donación.

Hay que tener en cuenta que no todo el mundo cumple las características necesarias para donar su cuerpo a la ciencia. Existen especificaciones médicas que impiden que un cuerpo pueda ser preservado o investigado correctamente. Algunos requisitos como no padecer alguna enfermedad infecto-contagiosa o contaminación radioactiva resultan más evidentes. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que cualquier tipo de donación de órganos (excepto córneas), cirugías recientes no cicatrizadas o que se hubiese realizado una autopsia, impide el proceso de donación. Otro impedimento sería tener cuerpos excesivamente gruesos o delgados. En general, cualquier circunstancia que pueda poner en peligro al profesional médico o a la conservación del propio cuerpo impide su donación.

Otra sugerencia que destacan desde la USC es que se informe al centro hospitalario del deseo de donación.

Es importante saber que este carnet no es la única vía por la que es posible donar. El Sergas permite especificar en el documento de instrucciones previas la voluntad del ciudadano sobre los cuidados y tratamientos que podría precisar en el futuro y el destino final del cuerpo. De esta manera, si el individuo decide que tras su muerte su cuerpo será donado a la ciencia, los sanitarios estarán informados y se harán los pasos necesarios para que el cuerpo llegue a la USC o al servicio de recogida de cuerpos más cercano.

Ana Isabel Rodríguez Pérez, profesora de la USC del área de Anatomía y Embriología Humana

Ana Isabel Rodríguez Pérez, profesora de la USC del área de Anatomía y Embriología Humana / Antonio Hernández

El Sergas explica que con el fin de garantizar que este documento sea eficaz, el documento de instrucciones previas está interconectado con el Registro nacional, donde se recogen las instrucciones previas inscritas en los distintos registros autonómicos. De esta manera, aunque el fallecimiento ocurra fuera de Galicia, las instrucciones se seguirán en el centro hospitalario que sea.

Para obtener este documento el Sergas da tres formas de formalizarlo: con tres testigos mayores de edad, ante notario o ante el personal del Registro gallego de instrucciones previas.

Una herramienta tan útil como delicada

Una vez fallece el donante y, con todos los documentos en orden, la familia tendrá que ponerse en contacto con la USC. Existe la posibilidad de que la universidad se vea obligada a rechazar el cuerpo si no tienen los medios necesarios para tratarlo adecuadamente. Si el cuerpo es aceptado, la funeraria contratada se encargará del transporte de forma gratuita hasta las instalaciones universitarias.

La vida útil del cuerpo donado dependerá de su finalidad. La profesora Ana Isabel Rodríguez explica que si la finalidad del cuerpo es la enseñanza a alumnos de grado, el cadáver será fijado utilizando reactivos que lo permiten. Este proceso permite que el cuerpo dure incluso años, con el inconveniente de que aumenta la rigidez y altera la textura original de los tejidos. Por otra parte, si su destino es la formación de estudiantes de posgrado, o por ejemplo, las prácticas de cirujanos, el cadáver se procesa para congelación. Este proceso mantendrá la textura de los tejidos, pero sólo permitirá que el cuerpo pueda ser usado unas horas tras su congelación.

Cuando el cadáver termine su vida útil, la universidad pedirá autorización para poder incinerarlo y las cenizas serán depositadas en una urna en el cementerio de Boisaca.

Un paso más allá: el estudio de embriones y fetos

El tema de la donación de restos humanos a la ciencia es ante todo un asunto muy sensible y puede despertar mucha incertidumbre e incluso sentimientos negativos. Por lo tanto, teniendo en cuenta esto, hablar de la cesión de embriones y fetos para la ciencia y la docencia es aún más complicado y como apunta Ana Isabel Rodríguez “es un tema de discusión ética y moral”. Ante una situación tan delicada es importante dirigir la atención a los beneficios que pueden tener este tipo de donaciones. Podrían ayudar a tener más conocimientos sobre el desarrollo humano, las enfermedades congénitas y los trastornos genéticos. Además, podría ayudar a los expertos a entender mejor los procesos biológicos fundamentales que ocurren durante el desarrollo fetal, es decir, entender mejor como se desarrolla el cuerpo humano y aprender de él. Esto podría llevar al desarrollo de nuevas terapias, intervenciones médicas y técnicas de diagnóstico prenatal. Aún considerando todos éstos beneficios, la profesora advierte que “es muy importante destacar que cualquier investigación o enseñanza que involucre embriones y fetos, en concreto, y material cadavérico humano en general, ha de realizarse con el más alto nivel de ética y respeto. Se deben establecer pautas claras y estrictas para garantizar el consentimiento informado de los donantes, así como la privacidad y el respeto al material”.

La propia profesora indica que aunque ha habido algún caso de este tipo de donaciones a la USC, “este tipo de prácticas en nuestro servicio de donaciones se considera excepcional”.

Mientras que en Galicia este tipo de donaciones son excepcionales, en la Universidad Complutense de Madrid se permite la recogida de embriones y fetos para fines científicos de forma común.

La regulación es clave

A luz de los recientes casos fraudulentos de donación de cuerpos a la ciencia en la comunidad de Valencia, es necesario información fiable y un marco legal que proteja a los donantes. Para ello, la Sociedad Anatómica Española emitió un comunicado oficial donde aseguraba que este era un caso marginal dentro del servicio de donaciones en universidades públicas españolas.

La SAE dispone de una Comisión para la Reglamentación de las Salas de Disección, que ha dado lugar al establecimiento del Programa Nacional de Donación de Cuerpos (Pronadocu), al que se han unido varias Universidades públicas. El objetivo que tienen es conseguir establecer un marco legal común a todo el Estado, que regule todos los aspectos legales y de reglamentación internos, éticos, sanitarios y de seguridad, logísticos, de funcionamiento y económicos de este servicio.

La profesora Ana Isabel Rodríguez es vocal de la junta directiva de la SAE y especifica que este marco legal debería ser común y más definido, específico e incluso tan estricto como el que existe en la donación de órganos.

También aporta que “de momento, no se han producido avances significativos, pero somos optimistas y tenemos confianza en que la distintas instituciones/administraciones implicadas finalmente se sensibilicen ante esta necesidad”, subraya.

Suscríbete para seguir leyendo