Solo uno de cada tres municipios de la comarca han acabado sus parcelarias y nueve carecen de ellas

Se completaron ya en A Baña, Laxe, Cee, Dumbría, Fisterra, A Laracha, Muxía, Lousame, O Son, Frades, Ames, Zas, Brión, Vedra, Rois, Camariñas y Malpica

Estos procesos facilitan el crecimiento de explotaciones y uso de maquinaria, además de evitar incendios, plagas y pérdida de la biodiversidad

Rueda, izquierda, con González y Trenor en la entrega de títulos de concentración parcelaria para Santa Cruz de Montaos

Rueda, izquierda, con González y Trenor en la entrega de títulos de concentración parcelaria para Santa Cruz de Montaos / Xunta

Las concentraciones parcelarias, uno de los mecanismos para mejorar la productividad de los terrenos y superar el minifundismo, avanzan en los concellos de la comarca compostelana, pero a ritmo desigual. Así, únicamente 17 de los 58 ayuntamientos (el 29,3% del total) han conseguido terminar los procesos abiertos, mientras que otros nueve no han hecho uso de este instrumento. De esta forma, han llevado a buen puerto la redistribución de parcelas A Baña (con 15 concentraciones), Laxe (4), Cee (3), Dumbría (7), Fisterra (3), A Laracha (1), Muxía (12), Lousame (5), Porto do Son (2), Frades (19), Ames (15), Brión (7), Vedra (9), Rois (13), Camariñas (3), Malpica (1) y Zas (12).

Se trata de un instrumento para superar la histórica fragmentación de la propiedad de la tierra, que dificultó el crecimiento de las explotaciones agrarias, la utilización de maquinaria y el óptimo aprovechamiento de la superficie. Con las parcelarias (arrancan en la fase de inicio y acaban con el acta de reorganización) se busca una ordenación de la superficie agraria que permita un uso adaptado a las necesidades agrícolas y forestales concretas.

En el lado opuesto se encuentran los ayuntamientos que han prescindido de este instrumento, ya sea por su orografía litoral, reducidas dimensiones o simplemente porque no ha existido voluntad de empezarlas (o concluirlas) por parte de los colectivos de ganaderos y agricultores involucrados. Este es el caso de Carballo, pero también de Pontecesures, A Pobra, Rianxo, Ribeira, Corcubión, Muros, Noia y Moraña.

Respecto de los que aún tienen pendientes procesos de concentración, en Arzúa faltan dos (actualmente en fase de acuerdo, que son San Pedro de Vilantime y Dombodán-Branzá II); una en O Pino (Gonzar II está con las bases definitivas); dos en Touro (acuerdo en Monte de San Miguel de Vilar y decreto en la de Montes de Fao-Novefontes); dos en Negreira (acuerdo en A Pena-Broño y Montes de Aro-Campelo-Gonte); una en Boiro (acuerdo en Cures-Botro); una en Cabana (se declaró caducada la de Silvarredonda); tres en Coristanco (se consideran caducadas las de Cereo, Seavia y Verdes); una en Ponteceso (acta de reorganización en Cores-Nemeño); una en Carnota (está parada la de Santa Columba-San Mamede); dos en Outes (hay acuerdo firme en San Pedro de Outes-Valadares, y la de Tarás se declaró caducada); ocho en Ordes (consta acuerdo en las de Mercurín-Lesta, Parada y Buscás, figuran caducadas la de Santa María de Ordes, Poulo II y San Xulián de Poulo, hay decreto en San Xulián de Poulo y acta de reorganización en Vilamaior-Barbeiros); dos en Oroso (acuerdo en Senra-Cardama-Vilaromarís III y acta de reorganización en Ánxeles-Pasarelos-Marzoa II); tres en Tordoia (caducadas en Cabaleiros y Tordoia, y en decreto la de Castenda).

EXTRARRADIO. También faltan dos en Trazo (acuerdo en San Pedro de Benza y Santa María de Trazo); una en Boqueixón (decreto en Lamas-Loureda-Sergude-Vigo); tres en Teo (están caducadas las de Lampai-Luou, Lucí-Rarís y Oza-Teo-Bamonde-Vilariño); una en Dubra (está caducada la de Buxán II); una en Dodro (acuerdo en Dodro-Laíño); dos en Padrón (decreto en Herbón y caducada la de Padrón); cuatro en Melide (están caducadas las de Baltar-Grobas, Monte do Castro y Grobas y en decreto la de Baltar-Golán-Grobas); una en Vimianzo (acuerdo firme en Santiago do Cereixo-San Cristovo de Carnés); una en Mazaricos (acuerdo en Santiago de Arcos); tres en Santa Comba (caducadas las de San Félix de Freixeiro y la privada de Montes de Truebe, más el decreto para la de Freixeiro); diez en Lalín (hay acuerdo en la de Santa Baia de Losón, decretos en la de Cristimil, Galegos y Goias-Xaxán y A Veiga, acta de reorganización en Vilatuxe y bases definitivas para las de Cercio y Noceda-Bendoiro-Anzo-Madriñán-Busto, mientras que se nombran como caducadas las de Filgueira, Monte de Baixo y Montes de Castro); dos en Silleda (bases definitivas en Oleiros y caducada la de Refoxos); tres en A Estrada (acuerdo en las de Monte Val do Vea-Sector II, Codeseda y Arcai-Nigoi-Sector Arca).

Por fin, en Valga no han conseguido acabar dos (está caducada la de Os Vilares y en decreto la de San Miguel de Valga); dos en Portas (acuerdo en Briallos y bases definitivas en Romai); dos en Catoira (bases definitivas en Catoira Norte y Catoira Sur); tres en Caldas (acuerdo en Godos, acta de reorganización en Saiar y decreto en Santa María de Bemia); dos en Cuntis (acuerdos en Troáns Sector I y Troáns sector II) y dos en Vila de Cruces (acuerdo en Duxame-Insua-Portodemouros y bases definitivas en Brandariz-Obra-Sector Brandariz).

CONTINUIDAD Y VENTAJAS. La Xunta ha mostrado su disposición a continuar con los procesos de concentración parcelaria, y destinará 24 millones este año para llevarlos a buen puerto, tras destinar 118 millones en los últimos catorce años. Y al hilo, el conselleiro de Medio Rural, José González, junto a la directora xeral Inés Santé, presentaban hace dos meses el Manual práctico para a integración ambiental e paisaxística da reestruturación parcelaria en Galicia ante los representantes del Colexio Oficial de Enxeñeiros Agrónomos de Galicia, Alejandra Álvarez de Mon (secretaria) y José Antonio Rivas (secretario técnico). 

Desde este colectivo subrayaban que “no se trata de mantener el paisaje intacto, sino que la transformación, aunque perceptible, conserve sus características intrínsecas, ya que en muchos casos la alternativa es un paisaje agrario con alto grado de abandono, causa de fenómenos negativos como incendios forestales, plagas y pérdida de biodiversidad”.