{ tribuna libre }

La sabiduría que fortalece la esperanza

José Fernández Lago

José Fernández Lago

Hay algo que es propio de las personas sensatas, y es el recibir las enseñanzas de los antepasados y el adquirir además cuanto uno pueda la sabiduría que percibe. La búsqueda de la sabiduría es algo encomiable, más todavía cuando uno se da cuenta de que existe una sabiduría que viene de Dios y que engrandece al hombre cuando este la recibe.

La 1ª lectura de la Misa de esta tarde y de mañana, del Libro de la Sabiduría, trata de la sabiduría celestial, que está al alcance de quienes la aman, y que la encuentran los que la buscan. Quien se dirige pronto a alcanzarla, la encontrará “sentada a su puerta”, pues ella busca a los que se vuelven dignos de ella. Pensar en esa sabiduría “es prudencia consumada”.

El Evangelio de San Mateo recoge la parábola de las Diez Vírgenes, que salieron al encuentro del esposo, para danzar ante él en el día de su boda. Cinco de ellas eran necias, y otras cinco eran prudentes. Las primeras no se aprovisionaron de aceite, mientras que las sensatas llenaron sus alcuzas de aceite. Al llegar inesperadamente el esposo, se despertaron todas y se dispusieron a preparar sus lámparas. Las necias pidieron a las prudentes que les dieran de su aceite, pues ellas no conseguían encender sus lámparas. Las prudentes les dijeron que fueran a comprar aceite a quienes lo vendían. Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y recibió a quienes lo esperaban. Después llegaron las vírgenes necias, pidiendo que les abrieran la puerta del banquete, pero el esposo no quiso abrirles. Hemos, pues, de estar en vela, pues no sabemos qué día ni a qué hora vendrá el esposo.

La segunda lectura, de la 1ª Carta de San Pablo a los Tesalonicenses, nos llama a no vivir angustiados como pueden hacer los paganos, pues, cuando el Señor vuelva glorioso, llevará consigo a la gloria, en primer lugar, a los que han muerto con fe y esperanza en Él. Después recogerá a los que todavía vivan, de modo que unos y otros estarán siempre con el Señor.