El Cimus aspira a crear vacunas nasales para prevenir la transmisión de enfermedades respiratorias comunes

Participa en un consorcio europeo que le da 700.000 euros para centrarse en el desarrollo de la formulación 

Un menor recibe una vacuna por vía nasal

Un menor recibe una vacuna por vía nasal / Asociación Española de Pediatría

El Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas de la USC (Cimus) participará durante los próximos cinco años en el consorcio europeo NOSEVAC para desarrollar vacunas nasales contra enfermedades como la tos ferina, la pneumonía, la gripe o el Covid y así combatirlas desde las etapas más tempranas de la infección, evitando la transmisión.

Hasta el momento las vacunas disponibles contra estas enfermedades son inyectables. “La vía nasal sería importante para este mecanismo de acción porque como los patógenos, virus y bacterias, entran por las vías respiratorias si podemos actuar ahí y prevenir esa primera parte de la infección sería una estrategia bastante novedosa”, destaca a este medio la investigadora del Cimus Noémi Csaba, que junto a los miembros de su grupo Natural Polymers and Biomimetics y a un equipo de María José Alonso estarán trabajando en conseguir unas vacunas que “previenen eficazmente la colonización del trato respiratorio superior”.

Ambos grupos ya habían trabajado en otros importantes proyectos para crear tratamientos por vía transmucosa. “En esta ocasión hay una elevada carga de trabajo al ser cuatro patógenos. A mayores vamos a explorar diferentes antígenos para cada uno, basados en ARN o proteínas. Por tanto hay muchas moléculas y lo que tenemos que hacer es encontrar unas nanoformulaciones para poder liberarlos a nivel de la mucosa nasal”, detalla la investigadora.

De los más de once millones de euros de los que dispone el consorcio NOSEVAC (casi siete de ellos procedentes de la Unión Europea), un total de 700.000 van destinados para el centro de la Universidad de Santiago con la responsabilidad de liderar la unidad de trabajo enfocada en la formulación de las nanovacunas para vía nasal que se centrará en los dos primeros años. “A mayores, hay otras unidades encargadas de la identificación, purificación de los antígenos, la evaluación in vitro o in vivo, etc”, detalla Noémi Csaba.

El proyecto, coordinado por la Iniciativa Europea de Vacunas (EVI), se basa en un equipo colaborativo formado por doce socios y compuesto por grupos singulares de investigación de entidades públicas privadas y empresas biotecnológicas de la Unión Europea, Reino Unido y Suíza.

La investigadora confía en obtener buenos candidatos a vacuna, aunque asegura que en cinco años “es imposible llegar al mercado”. Lo posible sería llegar a prototipos que puedan después entrar en ensayos clínicos. “Nosotros podemos llegar a tener unos prototipos optimizados y a partir de ahí habría que pedir más financiación y pasar a una nueva etapa que sería la investigación en modelos más avanzados o incluso llegando a ensayos clínicos en humanos”, asegura.