La Asociación suiza de Amigos del Camino pide la entrada gratuíta a la abadía de Payerne

Desde 2020 y tras diez años de reformas, el lugar reabrió como museo con un precio de entrada de 16 euros

Vista exterior de la abadía de Payerne

Vista exterior de la abadía de Payerne / Turismo de Suíza

Redacción

Un grupo de 225 peregrinos de la Asociación suiza de Amigos del Camino de Santiago han firmado por el momento una petición solicitando que la abadía de Notre-Dame, ubicada en la ciudad suiza de Payerne y parada obligada en su ruta, vuelva a ser de acceso gratuito.

Desde hace mil años, este enclave se ha considerado un punto de paso obligado y una joya del arte románico, pero desde 2020 y tras diez años de reformas, el lugar reabrió como museo con un precio de entrada de 16 euros.

Este coste ha generado malestar en muchos peregrinos, pues consideran que es una suma injustificada en el presupuesto de alguien que emprende un viaje de varios meses, dijo a EFE el coordinador del Camino de Santiago en Suiza, Olivier Cajeux.

"Durante mucho tiempo se podía entrar normalmente a la abadía, pero hubo grandes trabajos de renovación y reabrió oficialmente como un museo. Lo que sucede ahora es que los peregrinos llegan a Payerne y ya no hacen esta parada", explicó Cajeux por teléfono desde Lausana, por donde hoy pasa un grupo con el que está realizando el recorrido suizo.

La caminata de estos días empezó el pasado día 3 en la localidad de Constanza (donde empalma en Suiza el recorrido que llega desde Alemania) y terminará este jueves en Ginebra, concretamente en la localidad de la Croix de Rozon, donde se conecta con el camino francés.

El Camino de Santiago tiene un segundo tramo en Suiza, que entra por la localidad fronteriza de Rorschach, desde Austria, y que luego se une al que entra desde Alemania.

Cajeux lamentó que la mayoría de peregrinos estén optando por obviar la visita de la abadía por razones económicas, ya que "se trata de un lugar excepcional y una verdadera joya espiritual y arquitectónica".

"Es el típico lugar en el que a un peregrino le gusta parar para reponer fuerzas. Los peregrinos no tienen la intención de visitar el museo, sino de sentarse, recuperarse y respirar la emoción que proporciona la abadía", añadió.

Ante esta situación, se ha propuesto a la dirección del museo religioso el uso de la cartilla del peregrino como pase distintivo frente a los turistas y otros visitantes.

La directora y conservadora Anne-Gaëlle Villet ha señalado que no se planteó ofrecer precios diferentes tras la reapertura del sitio porque "cualquiera podría hacerse pasar por peregrino" y que para los creyentes se ofrecen tiempos de oración los jueves por la noche y un sábado al mes, cuando la entrada es gratuita.

Sin embargo, Villet ha prometido a la Asociación suiza de Amigos del Camino de Santiago que presentará su petición al final del verano al comité que gestiona el lugar.