Empresas de Santiago se resignan a no cobrar por la rehabilitación del Palacete do Espiño

La constructora Bauen las subcontrató pero ahora está en concurso de acreedores y no paga las facturas, que llegan a superar los 12.000 euros

Raxoi tampoco se hace cargo al asegurar que es responsabilidad de la firma

Estado actual del Palacete de la Finca do Espiño, tras el intento frustrado de rehabilitación

Estado actual del Palacete de la Finca do Espiño, tras el intento frustrado de rehabilitación / Jesús Prieto

Oculto en una finca de más de 18.000 metros cuadrados, hoy convertida en parque público, el Palacete do Espiño de Santiago sigue siendo una ruina pese a los intentos de devolverle vida. El último, impulsado durante el anterior mandato de Sánchez Bugallo, fracasó a principios de este año cuando la empresa Bauen agotó el crédito disponible para la rehabilitación y dejó sin terminar las obras. La constructora madrileña entró en concurso de acreedores el pasado 30 de septiembre y su quiebra ha arrastrado a varias empresas compostelanas que habían prestado sus servicios en los trabajos de reconstrucción. Hoy se resignan a no poder cobrar las facturas pendientes, que en algunos casos superan los 12.000 euros.

Una deuda de casi 14 millones de euros

Bauen adeuda casi 14 millones de euros a más de 700 firmas de toda España. “Prácticamente va a ser imposible, los de abajo nunca recuperamos el dinero”, explica Marcos Rodríguez Raíndo, delegado de Excavaciones Rodríguez Raíndo. Fue una de las compañías compostelanas que mandaron sus máquinas a las obras de reconstrucción de un palacete, llamado a acoger usos institucionales, como reuniones o conferencias organizadas tanto por el Concello como por otras administraciones o la sociedad compostelana.

Raxoi adjudicó a la constructora madrileña en julio de 2021 las obras por 1,4 millones de euros. Pero no fueron suficientes porque los muros del único pazo gallego con sello modernista estaban en peor estado de lo que se pensaba. En enero se pararon las obras y el pasado mes de julio, informa el actual Ejecutivo local, se le incoa a la empresa expediente de resolución del contrato, que quedó finalmente liquidado el 20 de septiembre pasado.

Tres empresas de Santiago afectadas

La empresa Bauen agotó el crédito disponible para la rehabilitación del Palacio do Espiño y dejó sin terminar las obras

La empresa Bauen agotó el crédito disponible para la rehabilitación del Palacio do Espiño y dejó sin terminar las obras / Jesús Prieto

La semana pasada, cinco empresas, tres de ellas de Santiago, veían esfumarse su última esperanza para poder cobrar por los trabajos realizados. A Excavaciones Rodríguez Raíndo le deben 6.300 euros, a la empresa de andamios Míguez Cutrín 12.157 y Contenedores Puente Mantible tiene pagos pendientes por valor de 6.909 euros. “Lo pasamos un poco apurados”, indica Yolanda Vázquez, administradora de la última compañía, quien precisa que para una pequeña empresa estos impagos pueden comprometer su futuro. Por este motivo decidieron pedir al Ayuntamiento que se hiciese cargo de las facturas que Bauen no había abonado. Pero su demanda no fue estimada. El Concello les contestó que la Ley de Contratos públicos “establece expresamente que únicamente el contratista responde ante los subcontratistas, excluyendo la posibilidad de que éstos puedan reclamarle directamente a la Administración”.

“La obligación del Ayuntamiento, aún cuando dice que tiene que pagar Bauen, es ejecutar una labor de control y vigilar que el contratista principal tenga los pagos al día a medida que se vayan ejecutando las obras”, indica Manuel Ferreiro, abogado de Míguez Cutrín. Pero el Concello, en la resolución remitida a la compañía de andamios, asegura que como el porcentaje subcontratado por Bauen fue inferior al 10% y la obra no llegaba a los 30 millones, no existía legalmente esa exigencia de control. Manuel Míguez se consuela pensando que “nos pudo coger el impago con mucho más dinero, porque estábamos empezando la obra”. Su abogado cree que va a ser muy difícil recuperar los más de 12.000 euros. “Los concursos, cuando llega algo a los acreedores, suele ser a poquísimos”, se lamenta. “Vamos a tener que trabajar muchos meses para poder pagar sólo los gastos que hemos tenido en la obra del Palacete”, indica Marcos Rodríguez Raíndo. “Ya no digo para cobrar por nuestro trabajo, sino sólo por el gasóleo, material a la cantera, ruedas...”, explica.

Cinco empresas de Santiago están afectadas por los impagos de la contratista de las obras del Palacete do Espiño

Cinco empresas de Santiago están afectadas por los impagos de la contratista de las obras del Palacete do Espiño / Jesús Prieto

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Alrededor del año 1910, el arquitecto compostelano Jesús López de Rego recibía el encargo de construir un palacete para la familia del senador Ramón Gutierrez de la Peña Quiroga en el actual barrio de Galeras. De estilo modernista ecléptico, el inmueble quedó con el paso del tiempo abandonado y cubierto de maleza mientras sus muros de hormigón se deterioraban. En los últimos tiempos, se ha tratado de reconstruir en varias ocasiones. Todos los intentos fracasaron. El Ejecutivo de Goretti Sanmartín asegura que durante el mandato tratará de “buscar fondos ecónomicos para poder realizar la obra de rehabilitación”.

El encargo a Bauen se financió con fondos europeos en el marco de la Estratexia de Desenvolvemento Urbano Sostible (EDUSI Santiago). Pero, pese a que la inversión suponía 1,4 millones, no fueron suficientes. En la primera fase de la obra hubo que hacer modificaciones debido “al estado de los cimientos, que tenían muros que estaban prácticamente sobre el terreno, y obligó a recalzar buena parte de la estructura”, indica el Concello. El dinero se acabó y, según el informe municipal, para poder continuar con la reconstrucción del Palacete había que modificar el proyecto, lo que supondría un encarecimiento del 40 o 50% del presupuesto inicial. Se optó por rescindir el contrato y para continuar con la rehabilitación habrá que volver a redactar un nuevo proyecto y encontrar crédito para llevarlo a cabo.

No ha sido el único intento frustrado. En el año 2001, la promotora Layetana compró el Palacete do Espiño junto a los jardines. Anunció que iba a construir en esos terrenos pisos de lujo destinados a la residencia de personas de la tercera edad, que nunca llegaron a materializarse. En 2002, se anunció que la mansión de 900 metros cuadrado se iba a convertir en una residencia de lujo reservada para grandes recepciones del Concello. En mayo de 2006 llegó a Santiago el prestigioso arquitecto Jean Nouvel, que sería el diseñador del proyecto. La rehabilitación del edificio se haría en cristal y acero, según “una interpretación ruskiniana de la ruina, respetándola, consolidándola y dignificándola”. Nunca se llevó a cabo. Layetana no obtuvo el permiso de obras del Ayuntamiento y el tema acabó en un largo proceso judicial. Con la llegada de Agustín Hernández al Concello se abrió el parque al público y Layetana comunicó su intención de levantar 108 pisos de lujo en las inmediaciones, que tampoco nunca llegaron a construirse.

Posteriormente, en 2015, ya bajo el mandato de Martiño Noriega, la Xunta de Goberno local volvió a adjudicar las obras de rehabilitación del Palacete por unos 862.000 euros, pero esta vez para uso público. Pero finalmente se rescindió el contrato con Dragados, con la idea de sacar una nueva licitación. Hoy en día el Palacete sigue en ruinas a la espera de solución definitiva.