El centro de Belvís ofrecerá 14 plazas para las personas sin hogar y hasta dos años de estancia

El Concello trabaja en la remodelación del edificio para dotarlo de 10 habitaciones individuales y dos dobles y asume que perderá una parte de los fondos Edusi

Actualmente residen en Santiago trece personas sin techo 

Edificios del parque de Belvís que acogerán el centro de atencións social

Edificios del parque de Belvís que acogerán el centro de atencións social / ECG

La idea surgió hace dos décadas en Estados Unidos. Conocido como Housing First (primero hogar) supuso un cambio en la atención a las personas sin hogar. Si hasta entonces el proceso habitual era que los sin techo pasasen de la calle al albergue, del albergue a un alojamiento temporal y de ahí a una vivienda permanente, se decidió darle la vuelta al modelo para ofrecer primero un hogar estable.

Con esta filosofía quiere trabajar el Concello de Santiago en el centro de atención social de Belvís. Los edificios contarán con 10 habitaciones indivuales y 2 dobles para acoger a 14 personas durante periodos de tiempo que se prolongarán entre 18 y 24 meses. 

“La propuesta es muy diferente a la del albergue de Xoán XIII donde hay un límite de plazo máximo de diez días”, explica María Rozas, primera teniente de alcaldesa y responsable de Dereitos e Servizos Socias. Rozas indica que los expertos aseguran que se necesitan alrededor de dos años para “reinsertar a una persona sin hogar”.

En el centro de Belvís se les ofrecerá atención tanto desde el punto de vista psicosocial como de orientación laboral. “Pocos centros hay así en el estado español, en Europa sí, y muchos menos que sean públicos”, asegura Rozas.  

El Gobierno bipartito ha modificado en las últimas semanas el proyecto definitivo que se encuentra en tramitación por el departamento de Obras. El centro de atención social de Belvís recupera así la idea original que había para estas instalaciones durante la alcaldía de Martiño Noriega. En el mandato de Sánchez Bugallo se decidió eliminar las habitaciones para las personas sin hogar y destinar todo el edificio a oficinas.

Ahora se construyen dos módulos con habitaciones —una de ellas adaptada para personas con movilidad reducida- uno para hombres y otro para mujeres. El centro contará también con una zona de ocio abierta durante el día para otras personas sin techo que no estén allí alojadas permanentemente, lavandería y duchas. Además se permitirá que los usuarios puedan residir allí acompañados de sus perros. “Se habilitará un espacio porque muchas personas sin hogar tienen animales de compañía”, apunta Rozas.

Durante el mandato de Compostela Aberta al frente del Ayuntamiento se habían captado para el proyecto un millón de euros de los fondos europeos Edusi, destinados al desarrollo urbano sostenible. Pero ahora Raxoi asume que se perderá parte de este dinero. Las obras deberían de estar listas y certificadas a finales de este año y no se llegará a tiempo.

Rozas explica que el presupuesto total para adaptar los edificios de Belvís asciende a algo más de 800.000 euros. La convocatoria permite ir certificando partes de la obra aunque no esté completamente finalizada por lo que no desaparecerá toda la financiación procecente de la Unión Europea. “Hay dependencias que está previsto que acaben antes de final de año”, asegura Rozas. El Concello no tiene todavía una fecha concreta para la apertura del centro. 

Tampoco se ha determinado exactamente qué personal será necesario para acompañar a las personas en el camino para dejar definitivamente de vivir en la calle. “Aun lo estamos detallando, teníamos una propuesta hecha del anterior proyecto de Compostela Aberta, pero abarcaba más plazas porque se contemplaba expropiar una parte colindante que no es propiedad del Concello, esto no se hizo y hay que readaparlo”, indica Rozas.

La responsable de Servizos Sociais explica que durante el mandato de Sánchez Bugallo se reconvirtió todo el centro en despachos y ahora se mantendrán tres con “la visión puesta en la atención psicológica, de la trabajadora social y de la educadora para que tengan allí una ubicación para prestar atención a los usuarios”.  

Selección de usuarios

El personal de Servizos Sociais del Ayuntamiento de Santiago será el encargado de decidir quién entrará en el centro. En las últimas semanas en Santiago había 13 personas sin hogar. “Les prestan atención a través del Semus (Servizo Municipal de Urxencias Sociais) e irán viendo quién puede estar interesado y, sobre todo, que pueda ser un modelo que funcione, se hará una evaluación previa por parte de las técnicas de servicios sociales para evaluar quien accede al recurso de habitaciones. El centro de día estará abierto a quien quiera”, explica María Rozas. 

La teniente de alcaldesa defiende que si hay algo que funciona en toda Europa es el modelo Housing First. Según los datos del último informe de Provivienda, el 96% de los participantes en España en el programa Habitat, que promueve esta entidad, mantuvieron el alojamiento autónomo a los 18 meses. Para elaborar el estudio se analizaron 150 casos en 13 municipios españoles. Las iniciativas llevadas a cabo en Europa muestran resultados similares. 

El informe de Provivienda cita el proyecto Housing First Europe, impulsado y financiado por la Comisión Europea, en el que se incluyen evaluaciones locales llevadas a cabo en Ámsterdam, Lisboa, Budapest, Copenhague y Glasgow. Este trabajo “concluye que esta vía de acción es la más eficiente en la lucha contra en sinhogarismo”, apunta el documento.

“En varias de las ciudades estudiadas se ha destacado que el enfoque de Housing First es más rentable que otros servicios disponibles, y aunque es cierto que se necesitaría estudiar más este aspecto ya que los datos son insuficientes, las altas tasas de retención en cuatro de las cinco ciudades estudiadas parecen indicar un uso eficiente de los recursos económicos”, concluye. 

Cuatro pisos en Fontiñas

El Concello de Santiago lleva ya algún tiempo intentando implantar la filosofía de Housing First para combatir el sinhogarismo. Para ello cuenta con cuatro pisos en el barrio de Fontiñas que ofrecen 13 plazas en total. A diferencia del próximo centro de atención social de Belvís en este caso la gestión de la atención a las personas que vivían en la calle recae en entidades sociales como Cáritas o Feafes, que gestionan dos viviendas cada una. Hay también un quinto piso que autogestionan los propios usuarios, aunque con la supervisión de los técnicos de servicios sociales.

El Semus, el servicio municipal de atención a urgencias sociales, que gestiona la Cruz Roja con el Ayuntamiento, hace rondas tres días a la semana para saber cuál es la situación de los sin techo. Desde el Semus explicaron a El CORREO hace unos meses que algunas personas no quieren cambiar de vida. “Hay quien tiene serios problemas de salud o de adicciones y se niega a recibir ayuda o a integrarse en un programa de servicios sociales; y luego también están los que viven en la calle por elección propia: gente que se ha adaptado a ese tipo de vida y que se mueve de una ciudad a otra”, explicaron.