Refugiados en la USC: “La beca nos permite acabar el grado”

Una decena de alumnos procedentes de zonas de conflicto se benefician de las ayudas de la Universidad

El programa se inició en 2016 y hoy es uno de los proyectos sociales claves de la entidad académica

Alumnado de la Universidad de Santiago de Compostela en el Campus Vida

Alumnado de la Universidad de Santiago de Compostela en el Campus Vida / Jesús Prieto

“Aprovecho al máximo cada minuto por lo afortunada que soy”, dice Khrystyna Romaniuk, estudiante ucraniana en la USC (Universidad de Santiago de Compostela) gracias al programa de becas a personas refugiadas que desde 2016 tiene en marcha la institución académica. “Agradezco la beca, nos permite acabar el grado, en mi caso porque debido a la guerra que afecta a mi país es imposible continuar los estudios allí con normalidad”, explica.

Junto a ella son este curso 2023-2024 un total de 10 beneficiarios de diversos países en conflicto: con estatuto de persona refugiada, de protección temporal o procedentes de países en guerra. Desde la puesta en marcha del programa, el total de beneficiarios es de 26, según explica la vicerrectora de Titulacións e Internacionalización de la USC, María José López Couso: “La universidad considera necesario continuar dedicando parte de sus esfuerzos a la atención de personas en situación de vulnerabilidad, también en el terreno internacional”, señala. 

Una atención que cuenta con una inversión de más de 100.000 euros, en colaboración con el Consello Social de la USC y el programa de micromecenazgo de la universidad, ‘Sumo Valor’. “No podemos dejar de apelar a la comunidad universitaria y a la propia ciudadanía para contribuir a la continuidad de estas ayudas a través del micromecenazgo; toda colaboración, por pequeña que sea, es siempre bienvenida para tratar de ofrecer el máximo número de ayudas posible”, insiste López Couso, que reivindica el papel social que debe jugar la universidad.

“Desde la universidad es necesario seguir dedicando esfuerzos dirigidos a personas en situación vulnerable”

María José López Couso

— vicerrectora de titulacións de la usc

“En el curso 2022-2023, el énfasis estaba situado fundamentalmente en países con los que la USC tenía ya establecidos proyectos de cooperación a través de programas de Erasmus Mundus”, cuenta María José López, “como eran Líbano, Palestina, Siria, Irán, Irak... Los años siguientes, las necesidades de refugio no dejaron de incrementarse, sobre todo después de la toma del poder en Afganistán por parte de los talibán, por ejemplo”. 

La invasión rusa de Ucrania multiplicó de manera significativa la cantidad de solicitudes de estudiantes que buscaban plaza, no sólo en la USC sino en todas las universidades españolas. “Normalmente llegan peticiones. Durante todo el año recibimos solicitudes de personas que a título individual se ponen contacto con nosotros para preguntar si hay algún tipo de ayuda, si se pueden adherir a algún tipo de programa de acogimiento”, cuenta López Couso.

Unas ayudas que consisten en el pago de la matrícula por una anualidad, una habitación en una de las residencias del SUR (Sistema Universitario de Residencias) y una mensualidad de 400 euros para gastos de manutención del alumno. A ellas accedió Khrystyna Romaniuk para continuar sus estudios de medicina. “Hace dos años encontré a una familia en A Coruña, porque en Ucrania no podía continuar mis estudios con normalidad, y me invitaron como familia de acogida y me ayudaron a encontrar la beca en la USC”, cuenta Romaniuk. 

“Aprovecho al máximo cada minuto por lo afortunada que soy de tener esta beca y terminar el grado”

Khrystyna Romaniuk

— Estudiante ucraniana en medicina

En aquel entonces esta refugiada ucraniana todavía no conocía el idioma, por lo que la ayudó esta familia de acogida con la documentación y la certificación de “protección temporal”. Una vez realizados todos los trámites y pasado el filtro de selección que debe establecer la universidad, Khrystyna Romaniuk se incorporó a la Facultad de Medicina de Santiago. “Me encantan las clases”, cuenta, “a los profesores sólo puedo dirigirles palabras de respeto y agradecimiento”.

Ahora realiza prácticas en el Hospital Clínico Universitario (CHUS), algo en lo que valora la profesionalidad de nuestros sanitarios pero también la ayuda que supuso para integrarse y estudiar el curso de español, incluido en la beca. “Empecé a aprender español con esa familia en A Coruña y luego me ayudaron muchísimo los cursos de español”.

Sobre el tiempo que podrá quedarse en España, Romaniuk no tiene dudas: “Me gustaría formarme más aquí y continuar mis estudios”, explica, “tengo la suerte de ver cómo trabajan los doctores, y son un gran ejemplo, no sólo por su profesionalidad, desde el punto de vista humano también”, destaca la estudiante.

Las ayudas no sólo cubren los estudios de grado, sino que también se pueden aplicar a másteres y doctorados. Es el caso de un estudiante de Administración de Empresas que llegó a Santiago “con una beca Erasmus en Citius, en febrero de 2021”, explica este alumno que prefiere no desvelar su identidad. Ahora está estudiando un doctorado en Economía que compatibiliza con un trabajo a tiempo parcial, ya que está residiendo aquí con su familia.

“Llegué a Santiago en 2021 con una beca Erasmus en Citius y ahora continúo haciendo el doctorado”

Refugiado africano

— Estudiante de doctorado en la usc

Desde 2016, cuando tan sólo se ofertaron dos plazas para estudiantes refugiados, el trabajo de la USC en este sentido no ha parado de crecer, hasta llegar a la decena de alumnos beneficiados este año por las becas, cuya convocatoria la universidad está decidida a continuar, también apoyándose en ‘Sumo Valor’.

Ucrania, poder estudiar tras la invasión rusa

Krhystyna Romaniuk cursaba sus estudios de medicina en Kiev cuando las tropas rusas invadieron Ucrania, el 24 de febrero de 2022. “Me acuerdo de que esa mañana me desperté con sonido de misiles, de explosiones, y tampoco puedo olvidarme cómo me asusté, con todos mis compañeros”, relata Romaniuk. Esa misma mañana hizo la maleta “en cinco minutos y me fui a mi pueblo”.

Después de dos años en España, esta estudiante todavía no puede dormir, “y mi familia, que está allí, tampoco, no pueden dormir mucho porque por las noches se producen muchos ataques de misiles y es muy peligroso”. Según explica Romaniuk, en “el oeste se sufre mucho por el lanzamiento de misiles, aunque está más lejos de la frontera con Rusia”.

“Muchas veces se producen estos ataques con misiles y suenan las sirenas constantemente, la gente no puede dormir, no puede vivir con normalidad porque interrumpe el trabajo, interrumpe todo”. A pesar del conflicto, Romaniuk asegura que los ucranianos, su familia, “intentan disfrutar todo lo que pueden pero la situación es muy dura”.

En busca de micromecenas: 'Sumo Valor'

Además de sus propios fondos la USC también tiene en marcha un programa de micromecenazgo denominado ‘Sumo Valor’, a través del que cualquier particular o empresa puede hacer sus donativos para contribuir a mantener en marcha de estas bolsas para estudiantes en situación de refugiados.

De esta manera la universidad procura que la sociedad también sea partícipe de sus iniciativas, colaborando con ‘micro donativos’. Se trata de aportaciones por un valor máximo de 3.000 euros, con derecho a deducción fiscal, para financiar determinadas iniciativas como, en este caso el Programa de Axudas a Persoas Refuxiadas ou con Estatuto de Protección Temporal.

Las personas físicas o jurídicas que deseen hacer un micro donativo para este propósito a través de Sumo Valor, simplemente tienen que acceder al formulario web disponible en la página de la USC que da nombre al micromecenazgo.