La última prueba para los futuros médicos los enfrenta a una consulta ficticia con actores como pacientes

Unos 360 alumnos de la facultad de la USC se someten al Examen Clínico Objetivo Estructurado en las instalaciones del CHUS

Alumnos y profesores en el descanso del examen, ayer en el Clínico/ antonio hernández

Alumnos y profesores en el descanso del examen, ayer en el Clínico/ antonio hernández / natalia sequeiro

El área de consultas del Hospital Clínico de Santiago salió ayer de la habitual tranquilidad que respira en sábado. Los 360 alumnos de último curso de Medicina, una treintena de profesores y numerosos actores que fingían ser pacientes tomaron las instalaciones del CHUS para participar en el Examen Clínico Objetivo Estructurado (ECOE), “el gran examen práctico del final de carrera”, explica el decano de la Facultad, Julián Álvarez.

La prueba comenzó a implantarse en el año 2016 y la de Santiago fue la cuarta facultad española en hacerlo. Actualmente, el examen se realiza ya en todos los centros. En jornada de mañana y de tarde y repartidos en cuatro grupos, los futuros médicos se enfrentaron a una consulta casi real si no fuese porque los pacientes son actores. “Están suficientemente entrenados para fingir que están sufriendo un infarto o un ataque de asma”, precisa el decano. Álvarez explica que evidentemente no contratan a profesionales consolidados, pero el elenco está conformado sobre todo por “universitarios que participan en grupos de teatro”. Todos ellos reciben remuneración por los servicios prestados en la formación de los futuros médicos.

Mientras se desarrolla la consulta los profesores evalúan la capacidad del alumno para responder ante el problema de salud que se le presenta, si aborda bien el caso, hace las preguntas correctas o toma las medidas adecuadas para atender al paciente, que además de un actor también puede ser un maniquí.

El decano de Medicina explica que la prueba es también importante por otro motivo. De algún modo sirve para evaluar si los profesores han sido capaces de enseñar bien a los estudiantes durante los años de carrera. “Si un alumno falla en un punto de sutura, vale. Si fallan todos es que entonces algo hemos hecho mal en la Facultad”, ejemplifica Álvarez. El decano agradece al Sergas y especialmente al Hospital Clínico por poner a disposición de la Facultad toda el área de consultas para realizar una prueba que es necesaria para que los alumnos puedan graduarse.