Los Apóstoles vuelven tras rozar el cielo

Actúan en el Composfest, cita coral que festeja los 60 años de fútbol de la SD Compostela // Comparten cartel con Carlangas, Ruxe Ruxe y Nastasia Zürcher

Los Apóstoles: Juan Quinta Aller  (bajo), Carlos Arévalo (batería) y Moncho Lago (voz; guitarra).

Los Apóstoles: Juan Quinta Aller (bajo), Carlos Arévalo (batería) y Moncho Lago (voz; guitarra). / Jesús Prieto

Tras 22 años, Los Apóstoles regresan. Carlos Arévalo, Moncho Lago y Juan Quinta Aller dan un concierto este viernes en la Quintana, en el festival ComposFest (parte de las fiestas de la Ascensión), cita coral que festeja los 60 años de fútbol de la SD Compostela. En el cartel también destacan Carlangas, Ruxe Ruxe y Nastasia Zürcher, con entrada libre (20 h.).

“A mucha gente le ha impactado que volvamos. Si solo un tercio de las personas que nos lo dicen acude a la Quintana, ya casi se llena”, dice Ramón (Moncho) Lago, voz, guitarra y letrista de esta banda. Tocarán tres temas con letra centrada en el Compos porque sacaron “hace 27 o 28 años” un álbum tributo llamado ComposDisc, a los que sumarán "Gatita zalamera", su hit. “Todo el mundo nos dice: ‘La tocaréis, ¿no?’”, añade Carlos Arévalo, batería de este trío picheleiro.

Los Apóstoles, que sobresalieron a mediados de los años 90 con un primer disco llamado Se buscan, se presentan ahora como Moncho Lago y Los Apóstoles, volviendo tras 22 años desde su último concierto, un 28 de diciembre de 2001 en el pub M-31, en su ciudad, Santiago, donde ayer hicieron su primer ensayo, en las salas Duduá (Rúa Ulla), con EL CORREO presente para hablar con un grupo que vivió lo que pocos tras firmar con una gran discográfica y rozar el cielo de triunfar en la música.

“Conocí a Juan (Quinta Aller) en los billares de la cuesta de la Camelia. Era melómano, le animé a aprender a tocar el bajo y en dos meses progresó mucho. Le enseñó Quique Alvarado”, detalla Moncho. Antes de Los Apóstoles, él y Juan grabaron una maqueta en Radio Galega, firmada como Vía Oral, trío con Santi Otero a las baquetas (“Ahora es profesor”, aclaran).

 “Salimos varias veces en la Televisión de Galicia (TVG), en programas presentados por Pemón Bouzas, y un día que bajaba por la acera del Zum hacia la Plaza Roja, escuché "Stairway to Heaven" (Escalera al cielo), de Led Zeppelin, y vi que la tocaba en la plaza un grupo donde estaba Carlos (Arévalo), Montevideo Rock, contacté con él, le di la maqueta y ahí empezó todo”.

Acababan de nacer Los Apóstoles. Tras actuar en medio Santiago, graban un disco que sale en 1994, del que despunta "Gatita zalamera".

Se colocan “número nueve en la lista de Los 40 Principales” y les llaman desde Madrid. “Hay que recordar que Gabi Davila y Luis Rivero de Aguilar, ambos de Los 40 Principales y de la SER en Santiago, fueron quienes apostaron por Los Apóstoles. Ellos llamaron a Madrid para que nos escucharan”, añade el barbado Ramón.

El sueño estaba en marcha. Giran por varias ciudades de España con El Fantástico Hombre Bala, Princesa, Los Piratas... y la discográfica del grupo Prisa decide sellar un acuerdo con ellos y su sello, Cubo Records. Las expectativas crecen.

Moncho: “Carlos ya era músico profesional, y Juan y yo éramos amateurs, y no nos acuciaba tanto lo de vivir de la música. Prisa tenía una estrategia y Cubo, el ramal creado por la discográfica Karonte para grupos como el nuestro, tenía otra visión distinta. Yo pensaba que aquello iba hacia delante. La grabación del disco duró un mes, con Gonzalo Lasheras como productor, que era alguien muy conocido”. 

Carlos: “Nos hicieron creer que podíamos vivir de esto. Hubo una reunión entre Prisa y Cubo donde Luis Villalba, uno de los altos directivos de Prisa, nos llegó a dar consejos de qué hacer con el dinero si nos convertíamos en millonarios, cosas como invertir en arte...”

Ramón: “Yo en todo momento pensé que podíamos vivir de esto pero la música no son unas oposiciones a Correos. Nosotros estuvimos al máximo nivel, pero no salió”.

Carlos: “Hubo dudas razonables de que todo lo que nos contaban fuese tan bonito. Yo ya tenía mi cocido asegurado en otros proyectos y no iba a dejarlos para empezar una nueva etapa cuando veía que no había sintonía entre Prisa y Cubo”.

Juan Quinta Aller, bajista de Los Apóstoles, vive entre Santiago y Padrón. Y así, suma su visión del ayer y el hoy: “Respecto al regreso de ahora, en mi fuero interno tenía reticencias pero al explicarme Moncho la idea del homenaje al Compostela, me pareció bien. A partir de este concierto, si sale algo nuevo, genial. En los 90 vivimos una época corta pero intensa, recorrimos ciudades y esa etapa dio hasta donde dio. Más tarde, Moncho y yo intentamos volver pero no fue un intento lo bastante sólido”.

Moncho: “Cuando la industria de la música cree que le fallaste no te lo perdonan. A los tres años intentamos grabar un segundo disco pero… no salió adelante”.

Hoy, sin que nadie les pueda quitar el tesoro de lo vivido, Los Apóstoles retornan para celebrar el nexo emocional de la SD Compostela. 

Juan, Carlos y Ramón saben que la música siempre regala buenos momentos si se buscan... en equipo.