Monseñor Prieto aboga por una caridad curativa, preventiva y propositiva

El arzobispo de Santiago preside la procesión del Corpus Christi por una zona monumental abarrotada de fieles

Celebraciones del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, el popular Corpus Christi, en Compostela / J. PRIETO

Celebraciones del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, el popular Corpus Christi, en Compostela / J. PRIETO / k.m.

Cientos de fieles recorrieron a última hora de la tarde de ayer en procesión la Rúa Nova y do Vilar en el casco histórico compostelano para, una vez en la Praza de Praterías, recibir la bendición con el Santísimo Sacramento, acto que puso fin a la celebración del Corpus Christi en la capital gallega, en una tarde soleada y en la que la lluvia de jornadas anteriores se olvidó de hacer acto de presencia para disfrute de los participantes.

Fue una procesión en la que el Santísimo se colocó en la custodia monumental realizada en el siglo XVI por Antonio de Arfe y considerada una de las mejores piezas en la Península.

Encargada por el cabildo compostelano en el año 1539, se cree que esta obra del taller vallisoletano de los hermanos Arfe sirvió de modelo para diseños posteriores.

Antes, el arzobispo de Santiago, monseñor Francisco Prieto, presidió la eucaristía con la que se celebraba el Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo en el templo catedralicio compostelano, en la que invitó a los asistentes a comprometerse con los más necesitados.

El Corpus Christi, que coincide también con el Día de la Caridad, se conmemoraba en esta ocasión bajo el lema Tú tienes mucho que ver. Somos oportunidad. Somos esperanza.

De ahí el llamamiento del arzobispo a “no ser meros espectadores de estos momentos de crisis acumuladas, sino agentes de una esperanza que sana las heridas de tantas injusticias, necesidades y carencias, testigos de una caridad creativa que denuncia y anuncia, que acompaña y promueve abriendo oportunidades y nuevas puertas a una vida más digna y justa”.

Tras considerar que la caridad no puede ser meramente paliativa o asistencial, sino preventiva, curativa y propositiva, mostró su agradecimiento a todos los diocesanos, haciendo especial referencia a los que desde Cáritas y otras instituciones eclesiales y cristianas son el rostro samaritano de la Iglesia, “personas voluntarias, trabajadores y agentes comprometidos en la acción sociocaritativa”.

Deseó que la comunión de Cristo “haga de nuestras vidas creyentes un verdadero pan que se comparte con aquellos que siendo los últimos son los primeros para Dios, con aquellos que tantas veces olvidados por nuestra indiferencia siempre permanecen en el corazón misericordioso del Padre”.

Antes de la misa en la Catedral y la procesión por la zona monumental compostelana, monseñor Francisco Prieto presidió por la mañana la celebración de la Eucaristía en la iglesia de San Jorge de A Coruña y el posterior recorrido procesional con el Santísimo hasta la Colegiata de la ciudad herculina.