Sanidade pide el apoyo de Raxoi para iniciar las obras de Protonterapia en cuatro meses

Las dos empresas adjudicatarias se coordinarán con los responsables de los servicios de Oncoloxía Radioterápica y Radiofísica para que el centro esté en funcionamiento en 2025

El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña (en la cabecera de la mesa) presidió la reunión con los responsables del proyecto /sergas

El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña (en la cabecera de la mesa) presidió la reunión con los responsables del proyecto /sergas / REDACCIÓN

Redacción

La Consellería de Sanidade se marca como prioridad una reunión con el Concello de Santiago de cara a superar lo más rápido posible los trámites necesarios para iniciar las obras del nuevo Centro de Protonterapia. El objetivo es comenzar antes de cuatro meses. Así lo confirmó el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, en una reunión que presidió esta semana con las empresas adjudicatarias del proyecto y servicios médicos del CHUS. En la cita participaron representantes de las compañías adjudicatarias de la ejecución de la obra, Copasa; y de la instalación del acelerador de protones, IBA. También contó con la presencia del grupo de trabajo del Servicio Galego de Saúde integrado por oncólogos radioterapeutas, radiofísicos, arquitectos e ingenieros.

Esta primera reunión entre las dos empresas responsables tuvo como objetivo definir los pasos a realizar en los próximos meses para que, cumpliendo los compromisos adquiridos, la obra pueda comenzar en un plazo máximo de cuatro meses.

Uno de los primeros pasos, explica la Consellería de Sanidade, será mantener una reunión con el Concello de Santiago para “explicarlle cales van a ser os traballos preliminares de acordo co anteproxecto contratado, para pedirlle a axilización dos trámites, e comenzar coas obras de xeito inmediato”. Al tratarse de una licitación conjunta —proyecto y obra—, se agilizará todo el proceso de diseño y trazado de la planta, apuntan desde el Sergas. Así, el Ejecutivo gallego espera que en los próximos cuatro meses, plazo previsto para tener el proyecto, pueda comenzar la construcción del Centro de Protonterapia de Galicia.

Su ejecución se prolongará por un período aproximado de 12 meses y, a continuación, se abordará la instalación de sus equipos, unos dispositivos cuyos trabajos previos de ajuste y calibración durarán también en torno a 12 meses. El Sergas sostiene que la previsión es que los primeros pacientes puedan ser tratados en junio de 2025 y que, además, lo hagan con el primer equipo de estas características instalado en España, del conjunto de dispositivos financiados por la Fundación Amancio Ortega.

La puesta en marcha del Centro de Protonterapia de Galicia supondrá “un privilegio absoluto para los gallegos” en el abordaje de diferentes tipos de cánceres, puesto que “significará que mientras el magnate con más poderío económico del mundo se puede pagar un tratamiento con acelerador de protones en Estados Unidos si lo necesita, en Galicia van a poder acceder a él todos los ciudadanos que lo necesiten a través del sistema público de salud”, tal y como subrayaba en unas declaraciones recientes a EL CORREO GALLEGO el director xeral de Asistencia Sanitaria del Servizo Galego de Saúde Pública, Jorge Aboal.

Esta primera reunión entre las dos empresas responsables tuvo como objetivo definir los pasos a realizar en los próximos meses

Esta primera reunión entre las dos empresas responsables tuvo como objetivo definir los pasos a realizar en los próximos meses

Con la incorporación de esta tecnología de última generación especialmente indicada para tumores complejos, “tendremos todas las opciones terapéuticas contra una enfermedad que va a más y de la que se calcula que en cinco o seis años se diagnosticarán treinta millones al año en todo el mundo”, explicaba.

El Sergas será el primer sistema de salud público de España en implantar este tratamiento, el más novedoso a nivel mundial y sobre el que señala que en la actualidad hay en torno a 80 aceleradores en funcionamiento en todo el planeta, de los cuales una treintena están en Estados Unidos, una veintena en Europa y el resto en Japón y otros lugares. En total, y según los cálculos de finales del pasado año, se habrá tratado a más de 180.000 pacientes con esta terapia hasta la fecha.

Su enorme ventaja respecto a otras técnicas reside fundamentalmente en la precisión con la que actúa sobre el tumor y la seguridad que proporciona. Dos aspectos sobre los que incidía Jorge Aboal, recalcando que “ofrece una gran precisión porque libera energía en el lugar exacto donde está el tumor sin dañar los tejidos de alrededor y sin casi efectos tóxicos y, como además permite diseñar dónde debe explotar en concreto, se puede aumentar la dosis sin dañar los tejidos circundantes”.

De forma gráfica, señalaba que la principal diferencia con respecto a los aceleradores lineales de fotones (de los que el Sergas tiene nueve en la actualidad) reside en el hecho de que en este caso “el haz de energía entra en el cuerpo, ataca el tumor y sigue liberando energía, es como una bala que entra por un orificio y sale por otro, y en su recorrido daña partes que no son el tumor. En cambio, con el acelerador de protones sólo se atacan las células cancerígenas que se pretenden destruir porque la explosión tiene lugar en el punto concreto en el que se quiere actuar, sin que sufran el resto de tejidos”. Una radiación residual mínima que reduce de manera significativa los posibles efectos secundarios.

Pensada sobre todo para aquellos cánceres que exigen una profundidad específica y con tejidos circundantes especialmente sensibles, el director xeral de Asistencia Sanitaria del Sergas se refería a los tumores de ojo, “donde es muy importante llegar a las células cancerígenas para matarlas sin dañar por ejemplo la retina”. Lo mismo sucede con el cáncer de médula porque es una zona muy sensible, o el de cerebro, y aseguraba que “está especialmente indicado para los niños, puesto que sus células están en continuo crecimiento, por lo que hay que preservar las no tumorales, algo fundamental para su futuro desarrollo”. Y es que, a diferencia de lo que sucede con la radioterapia convencional, la protonterapia reduce al mínimo las secuelas en el menor con cáncer.

La empresa Copasa ha sido la seleccionada por el Sergas en concurso público para la construcción del centro, que se ubicará en una zona del parquin del hospital Clínico, junto al hospital Gil Casares. Su oferta es de 19,8 millones (IVA incluido). La constructora se encargará de levantar el edificio que albergará el acelerador de protones. Para su puesta en marcha ha sido fundamental la donación de la Fundación Amancio Ortega, que sufraga con 28 millones la adquisición del acelerador de protones. La Xunta preveía otros 22,28 millones de euros para la construcción del edificio, pero el 60 % de esta cuantía será cofinanciada por el programa Feder Galicia 2021-2027.