Santiago es la única ciudad gallega donde crece la vivienda en alquiler: un 34 % más en dos años

Un informe de Agalin confirma que solo el 9 % de las fincas que están en el mercado tienen rentas por debajo de los 600 euros al mes

La entidad atribuye el aumento de la oferta a la “semiregulación” de los pisos turísticos

Una mujer observa los anuncios de una inmobiliaria situada en la zona nueva de Santiago de Compostela / jesús prieto

Una mujer observa los anuncios de una inmobiliaria situada en la zona nueva de Santiago de Compostela / jesús prieto / ARTURO REBOYRAS

La capital es la única ciudad gallega donde crece el número de viviendas en alquiler. La oferta de arrendamiento tradicional ha aumentado un 34 % en Santiago en menos de dos años. Así se desprende del último balance elaborado por Agalin, la Asociación Galega de Inmobiliarias, que detalla que actualmente son 201 las viviendas en alquiler en la capital gallega, frente a las 150 que había en abril de 2022, cuando la entidad publicó el primer informe de estas características. Agalin indica que este incremento de la oferta se debe principalmente a la “semiregulación” de Viviendas de Uso Turístico (VUTs) que puso en marcha el anterior gobierno municipal, liderado por Xosé Sánchez Bugallo. Sin embargo, los datos actuales confirman que el precio de los alquileres tienden al alza.

La entidad indica que se ha mermado el stock de vivienda de alquiler de precio inferior a 600 euros al mes de renta. De hecho, en el informe se señala que tan solo el 8,95 % de las viviendas de alquiler se ofertan por una renta por debajo de los 600 euros, cuando hace dos años el porcentaje se situaba en el 40,6%. Además, de las que cuestan menos de 600 euros, más del 70 % cuentan con tan solo un dormitorio.

Agalin puntualiza que solo una de cada cinco viviendas en alquiler (19 %) tienen rentas comprendidas entre 601 y 750 euros, cuando en abril de 2022 la cifra era del 27,33 %. Además, apunta que una de cada cuatro viviendas que están en el mercado de arrendamiento tiene precios comprendidos entre 750 y 900 euros al mes, lo que representa un 24,37 % del total, un porcentaje que ha aumentado considerablemente desde hace dos años, cuando era del 12 %.

También se confirma que se ha triplicado el porcentaje de vivienda en alquiler entre 900 y 1.200 euros al mes de renta, es decir, el 28,86 %, cuando en el inicio del periodo comparativo se situaba en el 9,33 %. Además, en el estudio de Agalin se recoge que en estos momentos hay 36 viviendas en alquiler en Santiago cuya resta mensual supera los 1.200 euros.

Sobre la situación del alquiler en el área metropolitana de Santiago, Agalin señala que no ofrece muchas alternativas, puesto que indica que la oferta sigue siendo muy baja, y los precios de lo que hay supera de renta los 500 euros al mes. Concretamente, en más del 90 %.

Lo cierto es que Compostela es la única de las siete grandes ciudades gallegas donde ha aumentado el número de viviendas en alquiler. A Coruña ha registrado un descenso del 30 % en los últimos dos años, pasado de 545 inmuebles en el mercado a tan solo 387. Algo parecido ha ocurrido en Ourense, donde también se ha registrado una caída del 33 % en la oferta actual. Desde Agalin apuntan que en la ciudad de las Burgas hay actualmente 228 viviendas en el mercado del arrendamiento tradicional, cuando en abril de 2022 la cifra ascendía a 319 inmuebles.

En cuanto a Vigo, la caída se ha quedado en el 23 %, ya que las inmobiliarias ofrecen actualmente en este régimen 491 fincas, frente a las 636 que se anunciaban en abril de hace dos años, cuando la entidad emitió su primer informe de estas características. En Pontevedra se ha contabilizado una baja del 12 %, pasando de 88 a 77; mientras que Lugo y Ferrol son las únicas urbes de nuestra comunidad donde las cifras se mantienen. En la primera la oferta en estos momentos se sitúa en 115, frente a las 108 de hace dos años; y en la segunda está en 101, cuando en abril de 2022 era de 108.

En lo que se refiere a los precios del alquiler, se ha registrado una subida de las rentas en todas las ciudades gallegas, si bien en algunas se ha percibido un aumento más fuerte. A Coruña y Vigo son las dos urbes donde el arrendamiento tradicional se ha encarecido más. Agalin habla de una subida muy fuerte; mientras que en Ourense, Lugo, Ferrol y Pontevedra ha sido más suave.

El presidente de Agalin, Carlos Debasa, valora positivamente los datos registrados en Santiago en este último estudio que ha elaborado la entidad. En conversación con EL CORREO, señala que el aumento experimentado en Santiago se debe principalmente a dos factores. Por un lado la semiregulación de las viviendas de uso turístico (VUT) que se ha realizado desde el Concello; y por otro, la puesta en marcha del programa ‘Viviendas vivas’ que impulsa el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) y que ofrece una serie de garantías al propietario, como un seguro contra impagos o que asume la tramitación de desahucios en caso de ser necesarios. “Es evidente que se está viendo el efecto de la regulación, aunque ahora el proceso se ha ralentizado con respecto a la anterior legislatura”, sostiene Debasa.

No obstante, el responsable de Agalin destaca que en la capital gallega “sigue habiendo mucha vivienda vacía. Galicia está a la cabeza de las comunidades españolas con más viviendas vacías; y Santiago lidera el ranquin de las urbes gallegas”. ¿Por qué? Indica que se debe principalmente a tres motivos. El primero, los problemas de inseguridad que llevan a algunos propietarios a negarse a sacar al mercado sus inmuebles.

También hace referencia a la escasez de obra nueva, y concretamente, de nuevas construcciones en cuyo proyecto se establezca que un porcentaje determinado de fincas tiene que estar destinado al alquiler convencional. En tercer lugar, Debasa apunta a la vivienda de uso turístico como uno de los problemas que hasta ahora provocaban que la capital gallega sufriese tal escasez de oferta de arrendamiento tradicional.

Una de las consecuencias de la falta de vivienda en alquiler es el encarecimiento de las rentas, que ha aumentado en todas las ciudades gallegas, principalmente porque todas han disminuido su oferta. En Santiago, aunque ha crecido el número de inmuebles en el mercado, la demanda es tal que sigue manteniendo una tendencia de precios al alza.

Desde abril de 2022, cuando había 120 inmuebles la oferta ha variado de la siguiente manera: el 15 de diciembre de ese mismo año la cifra se situaba en 220; en junio de 2023, coincidiendo con la campaña de verano, descendió a 178; y en octubre de 2023 volvió a subir hasta alcanzar 252. Este mes se sitúa en 201.