Santiago

El pleno municipal respalda declarar Santiago zona tensionada para limitar el precio de los alquileres

La proposición salió adelante con los votos de PSOE, BNG y CA, mientras que el PP la rechazó

El coste medio de los arrendamientos pasó de 408 euros a 554,5 en seis años 

Personas miran ofertas de alquiler en un escaparate

Personas miran ofertas de alquiler en un escaparate / ECG

El pleno municipal aprobó este lunes el respaldo a la declaración de Santiago como zona de mercado residencial tensionado, una medida que debe adoptar la Xunta y que está orientada a la limitación de los precios del alquiler, en continuo ascenso durante los últimos años. La medida está contemplada en la Ley de Vivienda estatal, que está en vigor desde el pasado mes de mayo. El Ejecutivo gallego se muestra abierto a la posibilidad de utilizar esta herramienta tras su reticencia inicial.

Durante la defensa de la propuesta, la edil socialista Mercedes Rosón señaló que Santiago cumple con los requisitos para la declaración de zona tensionada y citó que en agosto de 2023 un arrendamiento medio en la ciudad se situó los 554,5 euros frente a los 517 de 2022. Cinco años antes, el precio era de 408,7 euros. Según la estimación realizada por Atlas Real Estate Analytics, hasta el 82% de los hogares de la capital gallega cumple los requisitos que establece la norma para adquirir la condición de zona tensionada.

Rosón también cargó contra la Xunta porque "non executa os orzamentos" en materia de vivienda y, entre otras cuestiones, "leva unha década sen definir vivenda baleira por lei para intervir no parque de vivenda", con lo que consideró que "practica una política de bandazos".

Por su parte, el concejal de Vivenda, Iago Lestegás, aseguró que el gobierno local ya tenía la intención de solicitar esta declaración y criticó también los "obstáculos que puxo a Xunta no camiño para dificultar" la medida. Así, afeó que el Gobierno gallego "adxudicou aos concellos unha serie de obrigas que non recolle a lei estatal" y denunció el "decepcionante funcionamento" del Instituto Galego de Vivenda e Solo.

"A Xunta é a administración competente pero amosa pouco interese en exercela ou en usala para mellorar o dereito á vivenda", dijo. De esta forma, el edil nacionalista concluyó que "faremos todo o posible dende o goberno local para mellorar as condicións de acceso á vivenda a pesar dos paos na roda que nos pon a Xunta".

Reproches

Por su parte, el portavoz del PP, Borja Verea, indicó que este debate muestra "dúas maneiras de entender a sociedade", al entender que "hai miles de pisos baleiros, polo tanto miles de propietarios que non se atreven a poñer vivendas no mercado por medo". Ante esto, "o que lles están dicindo PSOE e BNG é que o goberno do BNG vai decidir o prezo co que teñen que colocar os pisos no mercado", por lo que valoró que la declaración de zona tensionada "vai xerar todo o contrario do que se pretende".

Frente a ello, contrapuso el modelo del PP que pasa por "darlle máis seguridade e garantías aos pequenos propietarios porque queremos que todo o mundo teña dereito a vivenda digna. Cando gobernemos facilitaremos que estes miles de pisos baleiros entren no mercado". Así, apuntó que “esperamos que non se adopte a medida porque sería agravar o problema. Reclamamos ao goberno local que poña en marcha as medidas que ten na súa man e teñamos unha política de vivenda 100% santiaguesa”. Con respecto a las críticas a la Xunta, indicó que "son unha tomadura de pelo" e instó al gobierno local a "poñerse a traballar", además de reprochar a Rosón su gestión “nefasta” como cocejala de Vivienda.

Por su parte la socialista, acusó a Verea de crear “un mix de confusión” con su discurso y aseguró que “medo ten a mocidade que non chega a fin de mes polos prezos do aluguer”. Mientras, Lestegás aseguró que el control de precios “funciona” y puso ejemplos de ciudades en las que se aplica. Además, insistió en que “sabemos que a Xunta non quere que se aplique a lei estatal e o triste é que nos maree aos concellos”.

Finalmente, la medida fue aprobada con los votos a favor del PSOE, BNG y Compostela Aberta y el rechazo del PP.