La USC nombra dos nuevos doctores "honoris causa"

Claire Chenu y Francesco Tonucci destacan por sus trabajos a favor de la sustentabilidad y de la mejora en la educación de niños y niñas, dos ámbitos de interés de la universidad, según recordó el rector Antonio López 

Acto de investidura como doctores 'honoris causa de Francesco Tonucci y Claire Chenu en el Paraninfo de la USC

Acto de investidura como doctores 'honoris causa de Francesco Tonucci y Claire Chenu en el Paraninfo de la USC / Antonio Hernández

La Universidad de Santiago tiene desde este viernes dos nuevos doctores honoris causa. Se trata de Claire Chenu y Francesco Tonucci, figuras destacadas en sus respectivos campos de conocimiento por sus trabajos a favor de la sustentabilidad y de la mejora en la educación de niños y niñas, respectivamente. 

En el acto de investidura, celebrado en el Paraninfo de la Universidad en la Facultad de Xeografía e Historia, el rector Antonio López, destacó el labor del profesor Tonucci en el ámbito de la pedagogía y salientó sus propuestas para la mejora de los colegios y para que “nenas e nenos poidan vivir unha experiencia autónoma de cidadanía”. Por otra parte, puso en valor el trabajo de la profesora Chenu “na conservación da biodiversidade dos ecosistemas agrícolas, que é crucial para a seguridade alimentaria das persoas”.

En un discurso que abrió en gallego y en el que también empleó el francés y el castellano, el reconocido profesor y pedagogo italiano Tonucci afirmó que el objetivo del sistema educativo debería ser ayudar a los niños y niñas “a desarrollar su personalidad al máximo”, para lo que “es necesario escucharlos” y permitirles “vivir libremente”.

Su madrina, la profesora Belén Caballo, recordó que “sempre estivo á vangarda da renovación pedagóxica, xerando coñecemento cunha mirada analítica, crítica e comprometida coa transformación social”.

Por su parte, Claire Chenu arrancó su discurso recordando que un 95% de los alimentos que consumimos proceden de suelos y que la mitad de las especies animales viven directamente sobre el mismo, de ahí la importancia que tiene su conservación para el mantenimiento de las condiciones idóneas en el ecosistema planteario, ya que entre otras funciones reciben el agua de la lluvia que filtran o mantienen, siendo una parte fundamental del ciclo del agua.

En la actualidad, Chenu es directora de investigación del Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medioambiente de Francia (INRAE).

La profesora María Teresa Barral, madrina de Clair Chenu, subrayó su interés por “promover un desenvolvemento sostible dos solos”. Y aseguró que : “Os seus estudos son de grande interese para Galicia, que acumula nos seus solos a maior reserva de carbono orgánico da península”.

La secretaria xeral de la USC, Dulce María García Mella, tomó juramento a los nuevos honoris causa y Antonio López fue el encargado de imponerles las respectivas medallas, en un acto en el que participaron varios vicerrectores de la universidad.

“Los deberes molestan siempre a los niños y les sacan tiempo libre”

Francesco Tonucci (Fano, Italia, 1940) es responsable del proyecto internacional ‘A cidade das nenas e dos nenos’ que propone un cambio de la ciudad hacia el desarrollo sostenible, tomando como parámetro la infancia. Incide en la necesidad de que los más pequeños en lugar de tener móviles hagan amigos reales en la calle.

P. ¿Qué papel juegan los niños y niñas en la sociedad actual?

R. Normalmente casi ninguna porque la actitud de los adultos es que los niños tienen que prepararse para hacer algo mañana. Cuando yo era pequeño sucedía más o menos lo mismo. La diferencia fundamental es que los niños tenían un ámbito de autonomía que era la calle. Se vivía como dependientes totalmente en la experiencia de la familia y de la escuela, pero en la calle éramos libres dentro de normas. Todos los que han podido vivir esta experiencia de autonomía han podido desarrollar una actitud moral de respeto de las normas que solo puede haber si hay suficiente libertad para transgredir las normas. La transgresión es una condición necesaria para el aprendizaje de una actitud moral. Esto hoy ha desaparecido. La infancia es rechazada del mundo adulto. 

P. En el año 1991 llevó a cabo en su pueblo natal el proyecto de Ciudad de los Niños. ¿En qué punto está el proyecto?

R. En la actualidad es un proyecto internacional que está presente en más de 200 ciudades a nivel mundial, en 15 países de Europa y América Latina. Hay ciudades que lo están desarrollando mucho y muy bien, y otras menos, porque el compromiso es muy alto. Escuchar a los niños y ponerlos como referentes de la ciudad moderna implica cambios que cuestan. Una ciudad pensada para las personas, asumiendo los más pequeños como referentes, implica una ciudad donde manda más el peatón que los coches. Los niños nos ayudan a hacer una nueva política de respeto de las necesidades de todas las categorías sociales empezando por las últimas.

P. Defiende lo positivo de que los niños crezcan en la calle. ¿Por qué?

R. Es también verdad lo contrario: la ciudad necesita niños en la calle. Su presencia en la calle obliga a la ciudad a hacerse cargo, una actitud de cuidado, de control y de seguridad. Un lugar donde hay niños que juegan, pasean, se mueven y van a la escuela sin adultos, es una ciudad más segura. Parece una paradoxa, pero tenemos datos para confirmarlo y para comprobarlo. 

P. Sobre el modelo de colegio actual. ¿Ha mejorado la educación académica en las últimas décadas?

R. Mi respuesta lamentablemente es no. A pesar de que hoy las leyes nos indican una escuela totalmente distinta y centrada en el desarrollo de las capacidades y de las vocaciones de cada niño y cada niña, la escuela sigue siendo un espacio donde son los profesores los que proponen contenidos, que los estudiantes tienen que repetir con exámenes y con deberes por la tarde. Todo esto se ha quedado prácticamente igual. Y cuando digo las leyes de hoy, cito específicamente el artículo 29 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que es un tratado internacional para todos los estados que lo ratifican y asume un valor jurídico más alto de las leyes ordinarias. Lo que dice la Convención debería ser prioritario, obligatorio y vinculante y lamentablemente sigue siendo poco conocida y por ello poco respetada. 

P. ¿Por qué dice no ser partidario de que se envíen deberes para casa?

R. Siempre he pensado que los deberes no tienen sentido pedagógico y didáctico, ya que nunca han sido capaces de modificar un aprendizaje. Lo único que consiguen siempre es molestar a los alumnos y sacarles tiempo libre. Los niños tienen derecho a ir a la escuela, pero también a jugar y el juego necesita tiempo libre. Ya es mucho el tiempo el que ocupa la escuela.

P. ¿Deberían los más pequeños tener más poder de decisión en el colegio?

R. La escucha de los niños creo que es la única puerta segura y de garantía que tenemos para acceder a su mundo. Hay estudios que analizan las “peticiones” de niños de pocos meses. Seguro que uno de dos o tres años es capaz de ayudarnos a entender lo que necesita y lo que quiere. La autonomía debería seguir creciendo a medida que crecen los niños y no esperar a que tengan diez años como hoy muchas veces ocurre en las familias. 

P. ¿Apoya el uso de las tecnologías en el aula?

R. Creo que la tecnología es un instrumento fundamental y hay que conocerlo y aprovecharlo, pero debería llegar mucho más tarde de lo que se está presentando en este momento. Hay niños de pocos meses que se duermen escuchando el móvil. Los padres se lo dejan y se sorprenden de cómo el niño en poco tiempo lo maneja mejor que ellos. Algo que está produciendo efectos muy graves tanto a nivel cognitivo como a nivel social. El mundo virtual es un mundo que nos ayuda mucho, pero también es un mundo peligroso. Tenemos que hacer un trabajo muy importante para que los niños, en lugar de tener móviles, tengan amigos, amigos reales. Con esto vuelve el tema de salir de casa, encontrarse con amigos cotidianamente y sin presencia de adultos.

P. ¿Los padres deberían de trabajar de la mano con los profesores para alcanzar los objetivos educativos? 

R. Hoy la referencia a tener en cuenta es el artículo 29 de la Convención sobre los Derechos del Niño que lo dice muy claro en dos líneas. El objetivo de la educación es el desarrollo de la personalidad del niño, de sus capacidades y actitudes hasta el máximo de sus posibilidades. El tema no es que aprendan mucho o que aprendan muchas disciplinas, sino que desarrollen su personalidad. Y la única manera que padres y maestros tienen para conocer la personalidad y actitudes de los niños, es escucharlos