En huelga de hambre contra la terapia electroconvulsiva: “Papá, que paren ya”

El padre del arzuano Iván le dará continuidad hasta que cesen ese método y se permita el traslado de su hijo // Cada vez que le impidan recabar permiso para el historial, denunciará // El Sergas incide en la judicialización

Juan Carlos, el padre del joven arzuano Iván que está recibiendo terapia electroconvulsiva en el hospital provincial de Conxo, este sábado al poco de emprender una huelga de hambre contra el tratamiento

Juan Carlos, el padre del joven arzuano Iván que está recibiendo terapia electroconvulsiva en el hospital provincial de Conxo, este sábado al poco de emprender una huelga de hambre contra el tratamiento / Jesús Prieto

“Papá, yo no quiero esto... que paren ya”. Es la petición desesperada de Iván, el joven de 30 años de Arzúa que está siendo sometido a una terapia electroconvulsiva (TEC) desde hace dos semanas, que rechaza también su familia. Y ante el poco caso que se les está haciendo, Juan Carlos, el progenitor, ha optado por emprender una huelga de hambre a las mismas puertas del hospital provincial de Conxo para que le dejen llevarse a su hijo a otro centro donde no usen estos tratamientos.

Así lo confirmaba este sábado desde la entrada de las instalaciones sanitarias, donde además de enarbolar cartelería solicitando el trasalado del joven, está recabando firmas. A las pocas horas llevaba ya cuarenta, sin contar con los papeles que están moviendo personas que simpatizan con su reivindicación. Con ellas busca reclamar, por un lado, “la suspensión inmediata del electroshock impuesto contra la voluntad de Iván y toda la familia” y, por otro, “la libertad de tratamiento” y “transparencia” en cuanto a una segunda opinión facultativa o acceso al historial del paciente, algo que intentaban en las últimas horas, y por lo que Juan Carlos acabó expulsado de las instalaciones hospitalarias.

“Ahora parece que quieren rectificar, y nos dicen que pueden verlo presencialmente su madre, la abuela o la hermana, pero no yo, y siempre sin papeles para firmar”, apunta el padre, por lo que están consultando con el abogado la mejor forma de recurrir el impedimento. Porque, hay que recordar, ya han denunciado esta forma de proceder tanto ante la Guardia Civil como la Policía Nacional –y lo seguirán haciendo cada vez que se lo impidan–, además de haber remitido escritos al juez en los que se hace constar la contestación de Sanidade que, con fecha de 17 de marzo, se precisa que el paciente está internado, pero sin que se haya establecido su “incapacidad”.

Desde el Sergas, asimismo, contestaban este sábado que “la historia clínica de todos los pacientes es propiedad de los pacientes y, por supuesto, a ellos o a sus tutores se les facilita siempre”, pero también citan la excepción: “Los casos en los que la autonomía del paciente está total o temporalmente limitada y su tutela está judicializada, la Administración pública no puede facilitar información asistencial sin una autorización judicial”. Acaban señalando que “si en algún momento los profesionales deciden medidas de aislamiento o similares es siempre por decisión clínica consensuada y por la preservación de la salud o el bienestar del paciente”, según reseñaron fuentes del área sanitaria de Santiago.

AL CUNQUEIRO

Por lo de pronto, Juan Carlos ha llevado la polémica con el tratamiento de su vástago hasta la misma Subdelegación del Gobierno de Galicia, comunicando que comenzaba la huelga a las puertas del hospital de Conxo “desde las 09.00 de la mañana hasta las 20.00 horas” para que cesen la TEC. Pero, además, concreta en la solicitud que su pretensión va “por un traslado urgente al hospital de Vigo Álvaro Cunqueiro por proximidad de familiares”, considerando que “hay una mala praxis médica desde el primer momento en el que ha sido ingresado Iván”. Argumenta que “era una persona sana, salvo el primer brote psicótico que sufrió y que ocasionó el ingreso el día 10 de febrero, primero voluntario y después contra su voluntad”. Y cree que desde ese día han empeorado tanto su salud psíquica como física, tras sufrir “una epistaxis que se nos ha ocultado hasta esta semana; tiene llagas e infección en la boca desde que inició la terapia TEC y le han dicho que tiene un trombo en el pulmón”, por lo que considera “evidentes” los efectos secundarios que su hijo de 30 años sufre.

Según se pudo constatar desde la misma entrada al centro hospitalario donde Juan Carlos está llevando a cabo la huelga de hambre, los pacientes y visitantes están empatizando con la batalla de esta familia arzuana, hasta el punto que alguno de los firmantes se hacía eco de problemas similares con este tratamiento en algunos de sus familiares e, incluso, no faltó el que cuestionó la paciencia con la que están llevando el caso los allegados de Iván, “porque se fora eu, entraba en psiquiatría e xa o tiña sacado á forza”, según comunicaban a este diario en la tarde de este domingo. Para la próxima semana se espera una nueva reunión del cuerpo facultativo de este hospital con los progenitores de Iván.