La falta de relevo amenaza a los autónomos gallegos, que son ya 5.000 menos que en 2019

La pandemia y la crisis de precios derivada de la invasión de Ucrania tuvo una mayor afectación en el empleo por cuenta propia que en las sociedades anónimas y limitadas

Un trabajador autónomo

Un trabajador autónomo

El trabajo autónomo ha perdido fuerza en Galicia durante el último lustro. Los problemas económicos causados por la pandemia del COVID y la crisis inflacionista, todavía en liza, derivada de la guerra de Ucrania han provocado una pérdida media de un millar de trabajadores por cuenta propia al año desde 2018 (con la excepción del año 2020 cuando el Gobierno concedió las prestaciones por cese de actividad).

Si bien es cierto que estos problemas, fundamentalmente la pandemia, han tenido un carácter estructural y afectaron a todos los sectores económicos, la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) afirma que el empleo por cuenta propia se vio golpeado con más dureza que las sociedades anónimas o de responsabilidad limitada.

Según los datos de ofrecidos por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el pasado mes de agosto estaban dados de alta 206.255 trabajadores autónomos, frente a los 211.003 del mismo mes de 2019.

Jesús Diéguez, portavoz de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) en Galicia, tiene claro cual es el sector que cuenta en este momento con una mayor afectación. “El comercio minorista está siendo la auténtica tumba de autónomos”, señala. A su modo de ver, el no revertir legislativas como la liberalización de los periodos de rebaja o de los horarios de apertura otorgan a las grandes empresas una clara ventaja competitiva. “A nuestros políticos se les llena la boca hablando de conciliación, pero, ¿qué autónomo puede conciliar? Si el centro comercial de al lado está abierto de 9 de la mañana a 12 de la madrugada”, se pregunta Diéguez de forma retórica.

La situación no tiene visos de mejorar, ya que los autónomos gallegos conforman un tejido muy envejecido, “que supera con creces los 55 años de edad”, explica el portavoz de UPTA en Galicia. Sin embargo, mientras en los próximos diez años un enorme número de autónomos irán cogiendo el camino de la jubilación, la población más joven se resiste a dar el paso de trabajar por cuenta propia y la falta de relevo generacional amenaza a los autónomos gallegos.

“Una de las actividades que hacemos es organizar charlas con jóvenes de alrededor de 20 años y prácticamente ninguno quiere trabajar por cuenta propia. No se dan cuenta de que si no hay autónomos no va a haber quien los contrate a ellos”, explica Diéguez.

Según señalan desde UPTA, hay dos claros motivos que explican que el trabajo por cuenta propia no esté de moda. Por un lado, las buenas cifras de empleo con las que cuenta España, con un 11,6% de paro registrado –todavía menor en Galicia, con el 9,6%–, que lastran las ansias de emprendimiento.

“La gente acostumbra a refugiarse en el trabajo autónomo cuando no hay trabajo, pero estamos en una muy buena situación en cuanto a la generación de empleo y eso repercute evidentemente en que entren menos autónomos en el sistema”, señala Jesús Diéguez.

No es el único motivo esgrimido por el portavoz de los autónomos gallegos, que considera que la visión que se ofrece “sobre todo desde las organizaciones empresariales” del trabajo por cuenta propia es “total y absolutamente pesimista”.

“Está claro que falta protección social y las reformas se han producido de una forma muy progresiva, pero los trabajadores autónomos nunca estuvieron tan protegidos como lo están en este momento. Cuando yo empecé no existía ni un Estatuto del trabajo autónomo. Es innegable que se ha avanzado muchísimo en este sentido”, explica Jesús Diéguez, que considera que de cara a convertirse en un sector más atractivo para los jóvenes, es necesario afrontar un cambio comunicativo sobre las condiciones del trabajo por cuenta propia.

No obstante, no es el único ámbito en el que se debe trabajar. También en el institucional, en el que UPTA está solicitando a las Administraciones autonómicas, entre ellas la Xunta, un Plan de Relevo Generacional que ayude a reverdecer el emprendimiento de la mano de los jóvenes.

Sin autónomos hay pueblos en los que se pierde la vida

Sobre esta tendencia de aumento de las dificultades para encontrar relevo generacional en las pymes –empresas a menudo regentadas por autónomos– se llegó a hablar incluso en la cumbre europea de Empleo que tuvo lugar el pasado viernes en Santiago de Compostela.

No obstante, el peso de estas empresas es mucho mayor en España que en el conjunto de la Unión Europea. De ahí que la importancia de revertir esta propensión sea todavía mayor en el territorio nacional, pues aquí las microempresas suponen más del 90% de las compañías del sector privado.

“El problema no es que el trabajo autónomo pierda efectivos, sino que, al acontecer esto, hay pueblos pequeños que pierden vida”, señala Diéguez. Y es que en una comunidad con núcleos de población tan esparcidos como Galicia y donde la área rural tiene tanta importancia, el trabajo por cuenta ajena cobra una especial relevancia.

De hecho, para luchar contra la despoblación es preciso darle una salida económica a esos pueblos y, en ese punto, “el trabajo autónomo se está mostrando como una tabla de salvación para mantener población”.

No solo en el rural, “en aquellos barrios donde no hay trabajo por cuenta propia, donde no hay una tienda, un bar o una pequeña tienda de artículos de alimentación, no hay vida”, explica el portavoz de UPTA en Galicia.

Por eso llama a tomar conciencia sobre su importancia, no solo por parte de los propios autónomos, sino también las administraciones públicas y la sociedad en general.