El freestyle en Santiago busca batallas

Desde Compostela, CP (Iván Cerviño), Ruvix (Ramiro Ruibal), Thork (Víctor Castro) y Ykiam (Miguel Caamaño Gonzálvez), parte de la escena del rap improvisado

El parque de Vite, la Alameda, la sala Malatesta o Milladoiro, parte de su geografía

El Multiusos de Sar albergará una gran cita en otoño  

CP, Thork y Ramiro, charlando en unas escaleras del parque del Restollal, en Santiago. / jesús prieto

CP, Thork y Ramiro, charlando en unas escaleras del parque del Restollal, en Santiago. / jesús prieto / XABIER SANMARTÍN

8 millas, película de Curtis Hanson protagonizada en el curso 2002-2003 por el mc estadounidense Eminen, fue el Big Band del hiphop que popularizó las batallas de gallos de freestyle, duelos de rap improvisado sobre base musical o sin ella (a capela). Y 20 años después, el fenómeno crece en competiciones de millonario eco en Youtube. En Santiago y cercanías, el parque de Vite, la iglesia de la Alameda o Milladoiro, acogen a pequeña escala un palo de la cultura urbana que tiene por referente en Galicia al festival O Marisquiño (del 11 al 13 de agosto en Vigo) y a la web Gallos del Norte.

Ykiam (Miguel Caamaño Gonzálvez) en una competición/ cedida

Eminem en el cartel de la película ‘8 millas’ / Cedida

CP (Iván Cerviño), Thork (Víctor Castro) y Ruvix (Ramiro Ruibal), los primeros de Compostela, el tercero de Milladoiro, charlan con EL CORREO en el parque del Restollal. Al teléfono se suma Ykiam (Miguel Caamaño Gonzálvez).

Eminem en el cartel de la película ‘8 millas’ / CEDIDA

Ykiam (Miguel Caamaño Gonzálvez) en una competición / Cedida

CP, hoy más implicado en su rol de impulsor del freestyle que en la voz en grito, trabaja ahora para sacar adelante “una competición de calibre el 25 de julio en las Fiestas del Apóstol”, idea que ya llevó antes hasta la anterior corporación municipal, en vano. “Aunque son duelos donde se trata de ganar al contrario, hacer gestos, por ejemplo, es algo que no está bien visto. Cuenta más ser creativo”, dice sobre versos que ellos llaman barras, como al conjunto de cuatro, patrón, aclara. Son pulsos de uno o dos minutos donde los rivales se alternan la palabra cual daga verbal en desafíos que ponen a prueba “inventiva, rapidez, dicción, humor y capacidad de reacción ante el rival”, añade Thork.

Cada competidor (“Apenas hay mujeres y no sabemos la razón”, cuentan) traza su propio estilo, dice Ruvix, a quien piropean sus compañeros de coloquio. Él declara que, tras dejar los estudios, lo pone “todo” para crecer inspirado por el ejemplo cercano del lucense LE33, ya con eco a nivel nacional en un entorno con ligas profesionales como la Freestyle Master Series (FMS), cuya jornada siete del presente año llegará al Multiusos de Sar el 14 de octubre.

“Si no se te vienen ideas a la cabeza, juegas con el silencio, la escenificación. Yo procuro ser agresivo e ingenioso, sin descuidar los matices, y también melódico”, suelta Ruvix, que a finales de 2022 compitió en la fase regional de la Gold Battle en Santiago (Malatesta), luciendo allí una sudadera de Michael Jordan.

Thork asemeja estas riñas lenguaraces a las de los dramaturgos “Góngora y Quevedo”. Y CP lo allega “en cierto modo”, a las regueifas. En estas batallas, para abrir la boca primero se juega a Piedra, papel o tijera. Luego brilla quien rapea mejor métrica hiriente, mordaz o cómica, y escupe dardos orales evitando los básicos. “Los básicos son lo fácil, el decir: ‘Yo soy mejor que tu por esto’... o ‘Tu hiciste esto, yo hago lo otro’...”, relata CP, parte de una escena compostelana alicaída que busca repuntar.

“En un eventos que hubo en Vite (2017), estuvo Nathy Peluso, hoy famosa”, apostilla. “En los dos últimos años se creó un grupo de whastapp para hacer quedadas en Santiago pero la mayoría de gente que baja a rapear es gente de fuera que estudia en Santiago”, concluye Ykiam, pendiente de una ciudad que busca batallas freestyle.