El "banco acústico" de la Alameda compostelana que guarda más de cien años de secretos y susurros

Incorporado al parque alrededor de 1916, las parejas enseguida descubrieron sus propiedades excepcionales

Su fenómeno acústico permite escuchar la voz de alguien sentado en el otro extremo con sorprendente claridad

El Banco de los Susurros, en la Alameda de Santiago

El Banco de los Susurros, en la Alameda de Santiago / Compostela Verde

Redacción

El idílico Parque de la Alameda de Santiago de Compostela, recientemente incluido en el Itinerario europeo de Jardines históricos, evoca la atmósfera de una finca rural. En su corazón se encuentra la majestuosa capilla barroca de Santa Susana, una joya arquitectónica que data del siglo XVII. Rodeando esta capilla, el parque se despliega en una sinfonía de belleza natural y arte humano. Este espacio, adornado con exuberantes jardines, estatuas históricas y una serie de escalones es uno de los lugares de recreo de la ciudad. Sin embargo, uno de sus tesoros más singulares es un banco de piedra aparentemente simple, conocido como el "Banco de los Susurros" o en ocasiones como el "Banco de los Amantes". Este banco semicircular, debido a su diseño y posición, crea una acústica sorprendente. Al sentarse en un extremo, e inclinar la cabeza contra el respaldo hablando en susurros, la voz viaja hasta el otro extremo con una claridad sorprendente, a veces incluso más nítida que al principio. La sensación es sorprendente. Las palabras, emitidas a varios metros de distancia, suenan como si fueran dichas al lado de nuestra oreja.

Este peculiar banco de granito ha sido testigo de innumerables momentos compartidos, desde secretos susurrados de amigos íntimos hasta las palabras apasionadas de amantes enamorados. A lo largo de los años, ha guardado en su frío pero acogedor asiento cien años de secretos y susurros, convirtiéndose en un símbolo de la intimidad y la conexión humana en medio de la belleza natural y la historia que envuelve al Parque de la Alameda.

Confidente desde 1916

Detalle del plano de construcción del "Banco de los susurros" de la Alameda

Detalle del plano de construcción del "Banco de los susurros" de la Alameda

El banco, obra del arquitecto municipal Mariano Fernández Rangel, fue incorporado al parque alrededor de 1916, y no pasó mucho tiempo antes de que las parejas de novios descubrieran sus propiedades excepcionales. Durante los años de Franco, un período en el que las rígidas normas sociales regulaban la conducta de las parejas jóvenes solteras, este rincón se convirtió en un destino muy conocido para citas discretas y románticas.

En aquellos tiempos, mostrar muestras de cariño en público, e incluso entablar una conversación, estaba estrictamente prohibido. Por lo tanto, sugerir un paseo inocente por el parque, donde quizás tu prometido o prometida también estaba presente, ofrecía la oportunidad de intercambiar algunas palabras románticas de manera secreta.

El fenómeno acústico del banco es comparable a las "Whispering Galleries" en lugares emblemáticos como la cúpula de la Catedral de San Pablo o la Terminal Grand Central. Aunque no está del todo claro si una persona sentada en el centro del banco puede captar los susurros que viajan por su superficie, si lo logran es de esperar que guarden celosamente esos secretos susurrados para sí mismos, preservando así la magia y el misterio que rodean este rincón especial del Parque de la Alameda.