Esto es lo que pasa si duermes con tu gato: cuatro razones para no hacerlo

Hay un hecho relativo a nuestra salud que hemos de tener en cuenta si dormimos con nuestro gato

Gato doméstico.

Gato doméstico. / Unsplash

Dormir con un gato es una costumbre habitual para los que tienen minino. Se trata de una práctica común en distintas culturas, pues compartimos espacio en nuestro hogar, y para algunos el ronroneo del felino puede convertirse en un arrullo que facilita el descanso. Además, su temperatura corporal más elevada y el hecho de que compartan su compañía durante la noche proporcionado una sensación de confort. Sin embargo, puede que te hayas preguntado alguna vez si es higiénico o incluso saludable que compartas la cama con tu mascota.

Hay un hecho que hemos de tener en cuenta si dormimos con nuestro gato: las enfermedades zoonóticas, aquellas que se contagian entre animales y humanos. Estas patologías pueden evitarse con un buen manejo del ambiente del animal y un seguimiento veterinario adecuado. Por ejemplo, si el gato sale con frecuencia al exterior, ya sea a la terraza, al balcón o al campo, hay más probabilidad que se infecte de algo que puede contagiarnos. Debemos tener en cuenta el cuidado que deben tener especialmente niños, personas inmunodeficientes y mujeres en estado de gestación. El gato podría contagiar hongos, sarna, tiña, la enfermedad de Lyme, bartolenosissalmonelosis y otras infecciones diversas.

Dormir con un gato conlleva ciertos riesgos por los parásitos. Tu mascota puede tener un parásito intestinal, como los nematodos o los cestodos. Estos se transmiten por medio de piojos y pulgas o por la ingestión de alimentos que están contaminados. También hay que tener en cuenta los externos, como garrapatasácaros y esos piojos y pulgas y ácaros pueden transmitir por su picadura enfermedades más graves.

Otra de las razones son las posibles alergias. Si ya tienes alergia a los gatos los motivos son obvios pero si no lo eres también puedes desarrollar desde alergia hasta asma y neumonitis por hipersensibilidad (los alérgenos presentes en el pelo que sueltan los gatos permanecen después en el colchón y en la ropa de cama).

También es importante el hecho de que los gatos son animales nocturnos por naturaleza y pueden interrumpir el ciclo de sueño de sus dueños al estar más activos durante la noche. Es decir, domir con nuestro gato puede afectar a la calidad de sueño por sus movimientos nocturnos. También pueden mostrarse territoriales con su espacio para dormir y reaccionar con agrevisidad. Nuestras mascotas duermen durante el día durante muchas horas seguidas así que por la noche, cuando nos toca descansar, ellas pueden estar rebosantes de energía.