Opinión | Firma invitada

La Universidad gallega hace cuarenta años

Hace cuarenta años la Universidad de Santiago elegia un rector, el autor de este artículo, de acuerdo con la primera ley democrática de autonomía universitaria que hubo después de la dictadura. En este sentido, era el primer rector democrático. El equipo, formado por profesores de prestigio, estaba lleno de entusiasmo e ilusión para que la Universidad consiguiese los estándares de una buena Universidad europea. Para ello se era plenamente consciente de la necesidad de hacer transformaciones radicales. Se partía desde una Universidad que durante mucho tiempo estuvo aislada del contexto social y científico de la sociedad occidental. Los contactos internacionales eran la excepción. Los grandes cambios científicos habidos en el siglo XX apenas habían llegado. La gestión se llevaba con papel y lápiz, para simples acciones, como la contratación de un profesor, había que tener el permiso de Educación y Hacienda de Madrid. En aquel tiempo los partidos políticos y los sindicatos estaban buscando su lugar en una sociedad viva, lo cual daba lugar a fuertes tensiones que repercutían en la Universidad.

En la elección también se presentaron las candidaturas de los profesores Miguel Ángel Ríos y Xosé Manuel Beiras que consiguieron en la primera vuelta 159 y 134 votos respectivamente frente a 180 y en la segunda vuelta 180 y 80 frente a 234 votos que consiguió la candidatura ganadora.

La transformación no fue fácil, encontrando resistencias internas y externas y sobre todo resistencias mentales acostumbradas a una Universidad aislada del contexto científico internacional, donde la investigación se consideraba algo excepcional y con una gran inercia en las formas y en las actividades. 

No se llevaban 6 meses al frente de la Institución, cuando en una manifestación de estudiantes organizada por los Comités Abertos de Facultade quemaron la puerta del Rectorado en uno de los más lamentables actos de la historia de la Universidad compostelana, siendo la noticia portada y editoriales de periódicos españoles y extranjeros.

Durante el período 1984-1990 se sucedieron cambios importantes en la estructura y en el quehacer de la Universidad de Santiago. Se hicieron y aprobaron los primeros Estatutos democráticos (más de 40 de sus artículos fueron impugnados por la Xunta de Galicia y la mayoría de ellos fueron finalmente aprobados por el Tribunal Constitucional dando la razón a la Universidad). Se eligieron los decanatos y direcciones de departamentos, en algunos de los cuales, el director lo era desde hace más de 20 años. Se normalizó el uso del gallego en la Universidad. En aquel tiempo se transfirió la Universidad desde el Gobierno central a la Xunta de Galicia y se desdobló la Universidad de Santiago en tres Universidades, la de A Coruña con el campus de Ferrol y la de Vigo con los campus de Pontevedra y Ourense. Este delicado proceso fue aprobado por el claustro de Santiago con solo 11 abstenciones siendo el resto votos afirmativos. Posteriormente el Parlamento de Galicia lo aprobó unánimemente.

La trasformación de la Universidad y el aumento de estudiantes requería una intensa actividad constructora. Así, en el campus de Santiago se construyeron las Facultades de Psicología, Ciencias de Educación, Física, Filología (acabada en el 91), residencias universitarias del Burgo de las Naciones y del Monte de la Condesa, Edificio de Mantenimiento, Animalario, Archivo universitario, Edificio de la Balconada para los servicios económicos, casa da Conga para el Consejo Social, urbanización de la parte sur del Campus Vida, urbanización del Campus Norte, adquiriendo previamente los terrenos. La operación concertada con el Ayuntamiento incluía para este los terrenos para construir el Auditorio de Galicia y el parque situado detrás. También pasó a la Universidad el llamado edificio de los catedráticos, donde hoy se sitúan hoy varios servicios universitarios. Algunos de ellos fueron creados en aquel tiempo, como el servicio médico. En los otros siete Campus se realizaron importantes obras. Por ejemplo, en Lugo se hicieron los diversos edificios de Veterinaria y la urbanización del Campus. 

La realización de la residencia del Monte de la Condesa diseñada inicialmente para hospital materno infantil, implicaba la necesidad de construcción del nuevo hospital como se hizo posteriormente.

Relacionado con el profesorado se crearon más de 600 plazas de catedráticos y titulares. Quizás lo más importante de lo realizado fue lo concerniente a la actividad investigadora, donde se pusieron en marcha muchos programas para incentivar la investigación, huyendo del café para todos y promoviendo la internacionalización. La ley de la Ciencia aprobada por el Gobierno en 1986 ayudó sobre todo en la creación de la atmósfera adecuada, Se crearon 30 plazas de investigadores seleccionando su adjudicación por investigadores externos. Esto podría haber sido la iniciación de una plantilla de investigadores en la Universidad pero estas plazas, desafortunadamente, desaparecieron más tarde, integradas en la plantilla docente. Se creó la oficina de transferencia de la investigación. Al mismo tiempo, se dotaron de infraestructuras de investigación, con especial énfasis en la Biblioteca, dotándola de personal e informatizándola como se hizo en toda la Universidad, lo que que permitió agilizar la gestión. Los primeros e-mail en Galicia fueron los de la Universidad de Santiago.

En definitiva, tiempos intensos que fueron posibles por el gran entusiasmo, dedicación y saber hacer de mucha gente que permitió a la Universidad dar un gran salto y transformarse dentro de los estándares de una Universidad europea investigadora.