Estos son los puntos donde los conductores de bus urbano tienen que extremar sus destrezas

El comite de Tralusa señala el eje entre A Senra y Pastoriza como el que exige más maniobras delicadas debido a la alta densidad de tráfico

El problema se agrava durante las horas punta

Buses urbanos parados fuera de la zona habilitada para hacerlo

Buses urbanos parados fuera de la zona habilitada para hacerlo / Antonio Hernández

El que se denomina eje central de la ciudad supone hoy en día el principal desafío para los conductores de los autobuses urbanos de Santiago. Se trata del tramo comprendido entre el parque de la Alameda y San Caetano, y que discurre por las rúas da Senra, Fonte de Santo de Antonio,Tránsito da Mercé, Ensinanza, Virxe da Cerca, Aller Ulloa, Rodas, San Roque, Santa Clara, Basquiños y Pastoriza, hasta la praza da Paz.

Es el eje que el Concello de Santiago tiene entre sus planes humanizar a medio plazo, con el fin de reducir el tráfico rodado y darle preferencia al peatón; pero que por el momento se acoge a diario a una procesión constante de vehículos humeantes entre los que circulan los buses del transporte público urbano

Maica Dono, presidenta del comité de empresa de Tralusa, identifica este tramo como el que más complicaciones genera a la hora de prestar este servicio público en la capital gallega.“Todos os conductores coñecemos as diferentes liñas e as que pasan por Senra, praza de Galicia e Virxe da Cerca son as que más dificultades xeran”, explica la representante de los conductores.

La actividad se complica sobre todo a la hora de entrada o salida de los colegios, puesto que en el eje central hay varios centros educativos (Inmaculada, Compañía de María, Doña Emma, San Francisco Javier o La Salle), lo que supone un tráfico adicional de las familias que acuden a llevar o a recoger a sus niños al colegio.

‘Peregrinación de autobuses urbanos en la Virxe da Cerca en hora punta

‘Peregrinación de autobuses urbanos en la Virxe da Cerca en hora punta / Antonio Hernández

Dono explica que este hecho provoca no solo retenciones de tráfico, sino que con frecuencia se agolpen varios autobuses en una misma parada, lo cual lleva a una saturación y a que en ocasiones los usuarios tengan que subirse o bajar del vehículo fuera de la zona habilitada. Cabe recordar que este eje central, y concretamente la zona de Virxe da Cerca, supone a mayores el tráfico que genera el servicio de carga y descarga del casco histórico y la plaza de Abastos.

En A Senra, por ejemplo, las paradas en ambos sentidos carecen de un espacio aparte de los carriles de circulación, lo cual provoca momentos de caos en la circulación rodada; y lo mismo ocurre en la plaza de Galicia, un punto por el que pasan numerosas líneas del transporte público urbano. “No horario de entrada e saída dos colexios perdemos moito tempo en todo este eixo”, afirma Dono en referencia al tramo que se pretende humanizar. 

En cuando a la dificultades a la hora de conducir, identifica como especialmente peligrosas dos curvas que, casualmente, también se encuentran en este eje central. La primera es la que conecta la praza de Galicia con la rúa de Santo Antonio, junto al antiguo Derby y el Hotel Compostela. En este punto, donde también hay un paso de peatones, los buses urbanos tienen que invadir el carril contrario para hacer el giro, provocando situaciones de riesgo cuando se encuentra con vehículos de frente en sentido contrario.

Lo mismo ocurre en la curva de la rúa das Rodas con San Roque, donde también es necesario invadir el carril contrario para girar, sobre todo en sentido ascendente; un punto donde la conducción se complica de manera especial cuando se cruzan dos autobuses. Cerca de este punto, las obras de reforma de Pastoriza también han obligado a los conductores del servicio de transporte urbano a exprimir toda su destreza, sobre todo en el desvío de las líneas por La Estila y Xoán XXIII. La conexión de estas dos calles en una curva en cuesta también obliga a realizar una maniobra compleja. 

Campus Vida y el entorno del CHUS

Hasta no hace mucho circular por el Campus Vida suponía otro desafío para los conductores de los buses urbanos, sobre todo por las calles de un solo sentido y con estacionamiento en línea en ambos márgenes de la vía. Bastaba con que un vehículo aparcase unos centímetros por fuera de la línea azul para que el autocar quedase atrapado entre ambas filas de coches

.Este problema, explica Maica Dono, se solucionó cuando se decidió la eliminación de una de las filas de aparcamiento, lo cual permitió que el carril de circulación sea mucho más ancho y por lo tanto óptimo para el tránsito de buses.

Sobra decir que el Hospital Clínico y su habitual colapso de tráfico rodado, especialmente en las mañanas de jornadas laborales, cuando hay consultas externas, supone también un reto para los buses urbanos, que muchas veces se encuentran con la zona de parada invadida por turismos. 

Muchos usuarios se quedan en tierra en Lavacolla

Los conductores de autobuses urbanos también lamentan la situación que sufre la línea A6 que comunica el centro de la ciudad con Lavacolla y el aeropuerto Rosalía de Castro. Aunque esta ruta tiene comité propio, Maica Dono admite que muchos usuarios de la parroquia de Lavacolla se ven afectados por el colapso que sufre el servicio, sobre todo cuando coincide la llegada de varios vuelos y el autobús sale completamente lleno del aeropuerto.

En estos casos, quienes esperan en las diferentes paradas de Lavacolla con el objetivo de dirigirse hacia el centro de la ciudad están condenados a quedarse en tierra hasta que pase el siguiente bus, y además cruzando los dedos para quede alguna plaza libre, ya que es muy probable que también vaya lleno.

Este problema no lo sufren tanto de San Marcos hacia abajo puesto que este tramo ya estaría cubierto con la línea 6. El comité de Tralusa ha trasladado esta situación en varias ocasiones al Concello de Santiago, que le ha respondido poniendo todas las esperanzas en que el nuevo contrato de transporte público solucione esta deficiencia, teniendo en cuenta que se contará con un bus lanzadera que prestará servicio exclusivo al aeropuerto, por lo que se aliviará la ocupación de la línea de Lavacolla.