Ernesto Iglesias, responsable del sector aéreo del sindicato USO

"La sentencia contra Ryanair en Lavacolla no cambiará nada para sus 75 trabajadores en Santiago"

Un juzgado de Santiago obliga a Ryanair a readmitir a una tripulante del aeropuerto de Santiago despedida en la huelga de 2022

El sindicato USO, promotor de aquella protesta, considera que la sentencia no mejorará las condiciones laborales de los trabajadores de la aerolínea

Varias aeronaves de Ryanair

Varias aeronaves de Ryanair

"Esta sentencia no cambiará nada en Ryanair. La compañía se basa en el miedo y la presión a los trabajadores". Quien habla es Ernesto Iglesias, responsable del sector aéreo del sindicato USO, y se refiere a la condena que esta semana obligó a la aerolínea de bajo coste a readmitir a una tripulante de cabina de pasajeros de Lavacolla despedida durante la huelga de 2022 tras negarse a aceptar cambios de vuelo en los servicios mínimos.

Meses después de que la compañía lanzase en febrero el mayor programa de su historia en el aeropuerto de Santiago-Rosalía de Castro, la primera sentencia favorable a los más de 40 trabajadores despedidos durante aquella huelga pone el foco sobre el aeródromo compostelano. El juzgado de lo social número 2 de Santiago da en su sentencia la razón a la trabajadora al considerar que se vulneró su derecho fundamental a secundar la huelga y condena a Ryanair a abonar una indemnización de 7.501 euros, además de los salarios desde la fecha del despido, el 16 de agosto de 2022.

Durante aquella huelga, Ryanair realizó "un despido disciplinario" contra esta tripulante, que lleva años trabajando en el aeródromo compostelano, al igual que hizo con decenas de empleados en otros aeropuertos. La gran mayoría ha llegado a un acuerdo con la aerolínea y no desean seguir en la empresa. La sentencia recoge que durante los paros la compañía impuso unos servicios mínimos con cambios continuos para intentar garantizar el 100% de los servicios, para lo que recurría a esas modificaciones en función de la operativa diaria.

La despedida se negó a aceptar cambios de vuelo en los servicios mínimos asignados en las jornadas de la huelga. "Esta forma de actuar por parte de la empresa deviene casi imposible el ejercicio del derecho de huelga, haciendo primar la actividad empresarial sobre el derecho constitucional", indica la sentencia, que no es firme, porque Ryanair puede interponer recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

La condena, no osbtante, no parece que vaya a reforzar los derechos de los 75 empleados de Ryanair que trabajan en Lavacolla. "El modelo de negocio de Ryanair, basado en vulnerar los derechos de trabajadores y pasajeros, no va a cambiar", opina el responsable sindical de USO -que promovió aquella huelga-, porque "la empresa se caracteriza por la agresividad con la que encara las protestas laborales de sus trabajadores. Sus procesos disciplinarios son totalmente arbitrarios". EL CORREO ha intentado sin éxito obtener una respuesta de la aerolínea a estas acusaciones.

Ryanair aumentó recientemente su capacidad operativa y frecuencia de vuelos en Santiago con el objetivo de "ofrecer 25 rutas nacionales e internacionales" -con la novedad de Zaragoza, que ha vuelto a la parrilla de Lavacolla-. En su nuevo programa de vuelos, la compañía tuvo en cuenta la sugerencia del anterior Gobierno local sobre un incremento de frecuencias en la ruta de Madrid, que el pasado invierno se vio considerablemente mermada por la supresión de los vuelos de primera y última hora de la tarde, muy demandados por el pasaje de negocios o para enlaces con otras rutas internacionales.